Científicos sanjuaninos pertenecientes al Instituto de Automática de la Facultad de Ingeniería, de la UNSJ en conjunto con el CONICET, trabajan en un robot que se encargue de revisar los cultivos y desmalezarlos. El trabajo surgió a partir del requerimiento de la Asociación Tomate 2000, pero la idea es que se pueda adaptar a otras plantas.
“Estamos trabajando desde hace un par de años en el desarrollo de un robot para hacer tareas de monitoreo y de eventual desmalezado en plantaciones de tomate y de otros cultivos hortícolas. Está pensado más que nada para aquellos que tienen problemas de malezas resistentes a los agroquímicos o que requieren algún tipo de tratamiento especial con respecto a los agroquímicos que se pueden usar o no”, explicó a Diario La Provincia SJ el Dr. Ingeniero Santiago Tosetti a cargo del proyecto.
Para poder avanzar con el armado, están trabajando en dos áreas en paralelo. El equipo de desarrolladores se completa con el Ingeniero Sebastián Sansoni, el Dr. Javier Gimenez, el Dr. Ingeniero Carlos Soria y el Téc. Pedro Campillo.
“Tenemos toda una parte dedicada a lo que hace al control del robot y a la detección del entorno, donde se mueve y también la detección de las malezas; por otro lado, tenemos la parte de física que es la que se encarga de construir el robot en sí mismo”, agregó el Dr.
Es esta última parte la que va más lento ya que para poder ir avanzando tienen que ganar partidas presupuestarias e ir comprando los materiales de a poco. “Al momento de hoy tenemos el robot armado en un 60 casi 70 por ciento. Nos faltan un par de elementos para ya poder ponerlo operativo para hacer algunas pruebas”, especificó.
El robot que detecta malezas
Estiman que cuando esté terminado tendrá un tamaño similar a un tractor, de aproximadamente un metro cincuenta, que se corresponde con la trocha o con el marco de plantación que usan en la mayoría de las plantaciones comerciales de tomate.
“Es un robot terrestre, o sea, que todo se hace en tierra, pero para detectar tanto malezas como plagas se instalan cámaras. Las imágenes que va levantando se comparan con una base de datos de malezas y de enfermedades y en función de eso se determina si lo que está viendo el robot es una maleza, una enfermedad o es la misma planta el tomate que no hay que tocar”, detalló el ingeniero.
Una vez que detecte un problema la idea es que pueda o bien ingresar un agroquímico específico o que saque la maleza, siempre teniendo en cuenta los requerimientos de la plantación y las necesidades del productor. “En cuanto a cómo remover las malezas de forma mecánica, puede ser que directamente la mate aplicándole, por ejemplo, calor con un láser o sino con algún tipo de herramienta la remueve y le deja la raíz expuesta para que se muera”.
Hasta el momento es un trabajo que se hace a mano con unas cardillas pero es muy laborioso y termina resultando un dolor de cabeza para los agricultores que tienen que disminuir sus zonas de sembrado debido a que no consiguen mano de obra. “Además, los productores se encontraron no solo con basuras resistentes a los agroquímicos sino con malezas que, desde el punto de vista fisiológico, son muy parecidas a la planta de interés. Por ejemplo, si el tomate tiene malezas que funcionan igual que la planta de tomate entonces no podés usar el agroquímico porque sino mataría el cultivo. Por eso, la única opción que les queda es removerlas a mano”.
Por otro lado, están las verduras que no pueden contener agroquímicos ya que la gente las consume en crudo. “Hay muchos cultivos que tienen restricciones en cuanto al tipo y o directamente en cuanto a lo que es la aplicación de agroquímicos. Una vez que los plantaste no podés hacer nada más para evitar que proliferen las malezas. Suelen ser productos que se consumen como alimentos congelados como la espinaca, el brócoli. Como es un alimento que se consume prácticamente fresco las procesadoras te exigen que no contamines el producto con ningún agroquímico”, especificó Tosetti.
Finalmente, el robot tendrá otro uso que ayudará a mejorar la producción. “También sirve para hacer el monitoreo con relativa continuidad del cultivo. Cuando tenés una plantación de cinco o seis hectáreas, es importante el monitoreo para saber si está enferma, si te falta agua y si está creciendo. A todo eso lo hace la gente que camina por el campo, pero no tiene la posibilidad de caminar todo el campo todos los días, entonces a veces los problemas se detectan tarde. Con este robot podés levantar datos de todo el terreno y hacer el control de forma regular”, sentenció el ingeniero.
