Sanjuaninos por el mundo

Se recibió de médica, apostó por España y ahora tiene una nueva “familia” de argentinos

María Constanza Giaccagli es sanjuanina, pero decidió buscar estabilidad en otro país junto a su novio y ahora intentará convertirse en pediatra a miles de kilómetros de su tierra natal.
martes, 24 de enero de 2023 16:46
martes, 24 de enero de 2023 16:46

María Constanza Giaccagli es una sanjuanina de 26 años que en el 2021 tomó junto a su novio una difícil decisión: dejar la Argentina para encontrar un mejor lugar para establecerse. Llegaron a España y allí formaron una nueva familia rodeados de otros chicos que están en su misma situación.

Ella es médica, se fue apenas pudo poner un título bajo su brazo y planea continuar allá con su educación. “Me recibí en febrero de 2021 de médica en la Universidad Católica de Cuyo. Me parece un privilegio poder acompañar a los demás en momentos especiales de sus vidas, ya sean los más felices o los más difíciles. Desde chica siempre quise ser médica, siempre admiré mucho a la gente que se dedicaba a cuidar la salud de los demás, sobre todo a mi mamá a quien ahora puedo llamar colega”, aseguró Coti en diálogo con Diario La Provincia SJ.

El armar la valija y decir adiós no es sencillo, pero todo se vuelve más ameno con el apoyo de los seres queridos. “Tomé la decisión de emigrar durante el último año de mi carrera. Empezamos a pensar en la idea junto a mi novio Agu, de a poco fue tomando forma hasta hacerse realidad. Mi familia siempre me apoyó y me ayudaron a planificar todo. Por supuesto las despedidas fueron muy duras pero nos acompañamos muchísimo día a día con mensajes y videollamadas y eso reduce las distancias”.

Constanza se recibió de médica y se subió a un avión para vivir una aventura madrileña. 

Ya sea por herencia de los antepasados o porque el hablar el mismo idioma posibilita la adaptación, muchos jóvenes elijen España para establecerse. “Decidimos venir a España porque los dos habíamos tenido la posibilidad de conocer este país antes y nos había gustado mucho. También nos pareció importante el hecho de que compartimos idioma, cultura y costumbres”, agregó Constanza.

El lado bueno y el lado malo de emigrar

Como toda decisión, la de emigrar también viene con sus consecuencias, algunas buenas y otras dolorosas. “Los primeros días fueron una mezcla de sensaciones, por un lado la alegría de la linda bienvenida que nos dieron amigos que ya vivían en Madrid, y la emoción por conocer más en profundidad esta ciudad increíble y por otro lado la angustia de haber dejado la familia y amigos lejos. A eso se sumó la ansiedad por todos los trámites que teníamos que hacer y por todas las condiciones que nos solicitaban para poder alquilar un departamento. Pero creo que todos esos días, incluso los más difíciles se hicieron mucho más fáciles de superar gracias a haber venido juntos”.

Su novio fue y sigue siendo su gran pilar para emprender la mudanza (de fondo se puede ver el Palacio de Cristal en el Parque del Retiro).  

Una de esas trabas es que no puede ejercer su profesión como tal hasta que su título no pase por un proceso de homologación. Dependiendo de cuál sea la profesión, hay quienes incluso deben rendir materias en el lugar de llegada para poder obtener la aceptación de su título.

Mientras estos papeles llegan, Constanza ya está incluida en el mundo laboral, aunque siempre con la mira en poder seguir estudiando y creciendo como profesional. “Actualmente estoy trabajando en la empresa Orpea, es una multinacional que se dedica al cuidado de personas mayores y dependientes. Mi título aún está en proceso de homologación, pero mi proyecto es poder rendir el próximo examen MIR (examen para ingresar a la residencia médica en España) para poder hacer mi especialidad acá, me gustaría entrar a pediatría y luego especializarme en cardiología pediátrica”, explicó la joven.

En el lado “bueno” de la balanza de emigrar están aquellos que te reciben con los brazos abiertos solo por el hecho de compartir la misma idiosincrasia. “Encontramos apoyo en otros migrantes. Desde el día uno que nos recibieron en un bar de tapas y brindamos todos por nuestra bienvenida supe que esas personas iban a ser más que importantes para mí y así lo fue. Tenemos un grupo de 12 argentinos que ha sido sostén, compañía, amistad y familia en estos meses y sin duda hacen que esta experiencia sea aún mejor”, confesó la sanjuanina.

Doce argentinos que viven en Madrid formaron un grupo unido para apoyarse a miles de kilómetros de sus hogares.

Finalmente, si hay una lección que ha aprendido es a dejarse llevar y siempre esperar lo mejor. “En estos casi ocho meses mis planes han cambiado muchísimo y he aprendido que las cosas no siempre salen como uno lo planea. Por eso es que no puedo decir si esto es algo definitivo o no. Me gustaría completar mi especialidad acá pero luego de eso definiré el siguiente proyecto. Hay días increíbles y días difíciles, pero creo que es una experiencia de crecimiento absoluta, donde se te presentan desafíos que no imaginabas y tenés que reinventarte para seguir adelante”, sentenció.

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