No es el primer ataque pero despierta la misma bronca e indignación. El paraje turístico y religioso "Medalla Milagrosa" en el distrito El Alamito, en Angaco, fue blanco de ataques vandálicos nuevamente. Así lo descubrieron los responsables del lugar, ligado a una promesa de fe y que fue creciendo a lo largo de los años.
Es un lugar muy visitado por la comunidad, por baqueanos de la zona y por turistas que tienen a su disposición desde agua a mesas y parrilleros. Allí se celebran misas en honor a la Virgen y los promesantes celebraron mejoras, entre ellas las de levantar un "salón del peregrino".
Sin embargo, la postal actual generó indignación. "Así quedó el Paraje de la virgen Medalla Milagrosa en Angaco, este fin de semana, luego de que manos anónimas pintaran paredes de refugios y rompieran parrilleros. Qué vergüenza ajena me da... y a su vez tristeza. Lamentablemente, otra vez el paraje es víctima de la maldad de algunos que se confían y se resguardan en la impunidad", destacó Natalia Tobares Wancel, sobrina de Omar Wancel erigió el santuario en la década del `90 para cumplir una promesa a la Virgen.
Con aerosol rojo, dejaron enormes grafittis en las blancas paredes de la construcción. En tanto, a un parrillero de ladrillo le rompieron uno de los extremos.
Este hecho se suma a un triste historial que incluye daños, roturas, robos (desde las carpetas y manteles de la Capilla a macetas, materiales de construcción, dinero, sillas, instalación de cableado y portafocos) y un episodio en enero del 2020 que causó indignación: fue el uso de una pileta de agua como baño. "Se han metido en la pileta de agua potable para bañarse y luego, al parecer, no contentos con eso, hicieron sus necesidades fisiológicas. Al parecer no midieron la dimensión de su "broma", o su "saboteo a lo sagrado". Quizás no les enseñaron que todos somos diferentes y las libertades de unos terminan donde comienzan los derechos de otros; que nadie está obligado a creer lo que no quiere pero si a respetar el culto, religión, o fe del otro" expresaron desde la Comisión a este diario en ese momento.
Vale destacar que en el paraje no vive nadie pero los encargados los visitan asiduamente. Tras trabajos encarados con donaciones de particulares y con el apoyo del municipio de Angaco, se redobla el repudio ante ataques contra un patrimonio de la comunidad.