Marisel Mestre, docente y bailarina sanjuanina, volvió a la danza luego de atravesar un duro momento, debido a un serio problema de salud que la alejó por mucho tiempo de la pista y de la enseñanza. Reincorporándose de apoco y con la fe puesta en su familia y en Dios, está a la espera de unos estudios luego de pasar 6 meses sin sangrado por un cavernoma cerebral en el bulbo raquídeo que la afecto la motricidad.
Mestre finalmente no fue intervenida quirúrgicamente y evoluciona favorablemente. “Hará un mes que he vuelto a mis actividades de a poco, sin esforzar al máximo la máquina porque eso sigue ahí, pero el médico me aconseja ir volviendo de a poco mi actividad”, dijo la bailarina a Diario La Provincia SJ.
Antes de que termine julio se someterá a un nuevo control médico, una resonancia y otros estudios, para chequear la evolución y ver si el cavernoma ha crecido o no.
El año pasado amigos, familiares, alumnos y colegas realizaron un evento artístico para colaborar con el tratamiento debido a las reticencias de la obra social para la cobertura médica. Si bien estaba planeado realizar también una cirugía, finalmente ésta no se hizo por su evolución, aunque no es una posibilidad que se halla descartado. “Mientras este quietito y no sangre el médico considera que no me pone en riesgo y es mejor no operar, pero en caso de que eso comprometa mi estado de salud si habría que operar con urgencia”, explicó Marisel.
Marisel ya había comenzado con clases en la escuela, pero la vuelta a la pista fue muy esperada y necesaria para retomar su vida en toda plenitud. “Estoy enseñando en la escuela y la parte privada también, pero como bailarina tenía muchas cosas postergadas, recién o hace poquito pude empezar de nuevo”, agregó.
Pese a las dificultades que tuvo que atravesar por los problemas de cobertura de su obra social hoy se encuentra esperanzada en poder continuar: “como familia se tomaron todos los recaudos económicos de la última vez, hicimos fondo que está destinado por cualquier cosa. Hoy estamos peleando como siempre, pero con tranquilidad y tratando de vivir lo más normal posible, poniendo todo en manos de Dios”.
“Las obras sociales son así, a la hora que necesitas un respaldo se demoran mucho, hasta mi propio médico fue a hablar con auditoría médica y siempre sigue faltando un papel que tengo que presentar”, explicó.
Finalmente agradeció el apoyo de sus seres queridos que supieron acompañarla en los momentos más difíciles: “aquella vez, mis alumnos se movilizaron con lo que a mí me pasaba y me ayudaron económicamente con muchos gastos que tenía que hacer, recibí apoyo de exalumnos que tenía, me sentí mi contenido en ese tema”.