Historia

Murió en Río Negro tras una ligadura de trompas: a 3 años del deceso, su familia pide justicia

Stella Maris Vega murió en Río Negro tras una laparoscopía. Su familia pide que la causa no se olvide y que haya justicia.
jueves, 14 de julio de 2022 20:00
jueves, 14 de julio de 2022 20:00

El 14 de julio del 2019, Stella Maris Vega murió tras someterse a una laparoscopia para efectuarse una ligadura de trompas. La mujer tenía 37 años de edad y era oriunda de San Juan, pero vivía desde hacía 5 años en Río Negro. A 3 años de aquel desenlace, su familia mantiene vivo el recuerdo y pide que se haga justicia.

“Luego de haber tenido su último varón, a los 3 meses ella logró tramitar la ligadura. En la cirugía le perforaron el intestino. Le dieron el alta con dolores e inflamación. A las 2 horas volvió de nuevo a la guardia en el que le hicieron análisis y una ecografía. En ésta se muestra que hay líquido del intestino. Hubo una malísima atención, un abandono total hacia mi hermana”, recordó con dolor Celeste Vega, hermana de Stella Maris, a Diario La Provincia SJ.

La chica era madre de 3 chicos y la intervención quirúrgica se la hizo en el hospital Francisco López Lima. Tras la autopsia se determinó que ella sufrió una perforación en el intestino que le provocó una peritonitis y posterior muerte. 

“Llegada las 30 horas después de la cirugía, ella perdió la conciencia, con vómitos y muchos dolores. Cuando la vio su cirujano, en la que constata que había una perforación, ya era demasiado tarde porque tenía complicados otros órganos. De la segunda cirugía, salió con pocas probabilidades de vida y el domingo lamentablemente ella falleció”, expresó.  

Luego de este terrible desenlace, el caso tomó curso judicial de la mano de una prima de Stella, quien es abogada y representó a la familia. “Con el tema de la causa ha quedado en la nada. Lamentablemente, es mucha plata la que tenemos que conseguir para iniciarla de nuevo. Pero queremos justicia. Tenemos que volver a hablar en Río Negro, para ver cómo quedó la causa”, lamentó.  

"Tenemos mucho dolor el no poder llevarle flores acá como uno quisiera, esa necesidad que a mí me nace. Todas sus amistades y familiares están acá, mucha gente quedó sin poder despedirla”, contó Celeste. 

“Era una madraza”, son las palabras que más reza su hermana. Jugaba con sus hijos todo el tiempo, vivía para ellos. “Algo muy característico de ella era una alegría constante. Hemos sido muy unidas, nos quedamos horas en la noche conversando, era mi otra mitad”, recordó destacando que su hermana “sigue tan viva y tan presente como siempre”.  

 

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