Celebración

Una multitud profesó su fe en la procesión de la mañana por la Inmaculada Concepción

A las 5 de la mañana y bajo tenues brisas del Sur, los peregrinos caminaron para honrar a Madre de Jesús. Monseñor Gustavo Larrazábal presidió la misa.
jueves, 8 de diciembre de 2022 07:55
jueves, 8 de diciembre de 2022 07:55

Con una brisa de viento Sur y puntual a las 5 de la mañana, la tradicional procesión en honor a la Inmaculada Concepción partió desde el Colegio Santa Rosa de Lima, en Capital hacia el Santuario del Pueblo Viejo que cumple sus 45 años. De acuerdo a estimaciones de la Policía, participaron más de 3000 personas. 

Una multitud se congregó para caminar detrás de la imagen que estaba adornada con flores y se abrió paso lentamente entre la gente. Con rezos del santo Rosario, "vivas" y oración por intenciones, los peregrinos marcharon en familia. Desde bebés en sus cochecitos hasta adolescentes, caminaban de la mano de sus padres, muchos de ellos, caminando descalzos por promesas a la Madre de Jesús. Aunque no hubo viento fuerte ni lluvias, como años anteriores, el calor fue protagonista con 27º al momento de la procesión.

Sobre las 6:15 hs., la peregrinación llegó al santuario. Con pañuelos celeste, blancos y amarillos recibieron a la Inmaculada Concepción. Los celulares en alto, registrando cada momento, también se destacaron.

Monseñor Gustavo Larrazábal, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de San Juan de Cuyo, celebró la santa misa, acompañado de sacerdotes de distintas comunidades que han participado de la novena.

En su homilía, Larrazábal destacó que la Iglesia debe recuperar la alegría y resaltó la actitud de escucha de María. "Entre nosotros, muchas veces nos falta alegría. Con frecuencia nos dejamos contagiar por la tristeza de una Iglesia envejecida y gastada. ¿No sentimos la alegría de ser los seguidores de Jesús? Queridos hermanos, cuando falta la alegría, la fe pierde frescura; la cordialidad desaparece y la amistad entre los creyentes se enfría. Todo se hace más difícil. Es urgente que despertemos, que reavivemos la alegría en nuestras comunidades y recuperar la paz que Jesús nos ha dejado en herencia".

Agregó que "no es fácil la alegría en la Iglesia de nuestros días y sólo se puede lograr con la confianza en Dios. No estamos huérfanos; nunca lo hemos estado. Dios Padre nos acompaña, nos defiende y busca siempre el bien de todos nosotros. Esta Iglesia no está sola; Jesús el Buen Pastor nos está buscando y su espíritu nos está atrayendo. Con Jesús todo es posible".

También se refirió a a influencia del miedo en las comunidades. "Son muchos: al mundo moderno, a la secularización, a un futuro incierto, a nuestra debilidad y a la conversión al Evangelio. El miedo siempre hace mal. No podemos olvidarnos de esto. Una persona puede tener miedo en un momento ocasional pero no puede vivir movida por el miedo. Nos impide caminar hacia el futuro con esperanza; nos encierra en el pasado. Cuando vivimos en el miedo crece la desesperanza, desaparece el realismo ano y la sensatez cristiana. Tenemos que construir una Iglesia de la confianza y humilde".

Una gracia especial

En el marco de los 45 años del santuario, desde Roma se concedió la Indulgencia Plenaria, que suprime plenamente la pena que se debe pagar por los pecados cometidos y confesados hasta ese momento.

"En el marco de los 45 años de la creación del Santuario, nombrado un 8 de diciembre de 1977, esta parroquia ha querido en el tiempo de novena que tenemos de la Inmaculada Concepción, tener como temática el peregrinar. Si hay algo que caracteriza a los santuarios es justamente que se eleva ese título porque la gente de diferentes lugares, siente la necesidad de venir a esta iglesia en particular", comenzó explicando el sacerdote de la parroquia, Rodrigo Sáenz Peña, a Diario La Provincia SJ. 

En este escenario, reveló que desde la Penitenciaría Apostólica en Roma, concedieron la gracia de que, durante toda la novena patronal e incluso el día de la peregrinación y la fiesta, este 8 de diciembre, se reciba la indulgencia plenaria, que es una gracia que el Papa sabe conceder a los Obispos. 

"En el marco de los 45 años, la hemos recibido para que los peregrinos puedan sentir que desde la Iglesia se sientan escuchados en sus plegarias y oraciones. Incluso para las personas que estén enfermas y no puedan asistir a la peregrinación o la novena, pueden unirse desde sus lugares, rezando por esta parroquia y las intenciones del Papa", agregó el sacerdote. 

 

 

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