Historias

A 8 años de la muerte del “Chino” Saldaño, su familia lo recordó como "un ángel que pasó por la tierra"

Emanuel “Chino” Saldaño murió el 25 de enero de 2014. A 8 años la familia lo recuerda con numerosas anécdotas y trabajando con la bandera de la solidaridad como él siempre quiso.
martes, 25 de enero de 2022 00:06
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El 25 de enero del 2014 ocurrió una de las tragedias con mayor impacto en el deporte sanjuanino. Emanuel “Chino” Saldaño perdió la vida en un siniestro vial, y a 8 años de aquel episodio su recuerdo sigue latente en su familia y seres queridos.

Lorena Saldaño, hermana de Emanuel y su padre Raúl Saldaño resaltaron que el "Chino" llevó el apellido a los más alto. El reconocido ciclista dejó una huella imborrable en todos los que lo conocieron. Era dueño de una sonrisa única y desde los 6 años deseaba ser un ciclista profesional.

Raúl Saldaño, con lágrimas en sus ojos, recordó el gran cariño de la gente hacia Emanuel quien empezó desde muy abajo y logró  un reconocimiento a nivel mundial. Con mucho trabajo y dedicación cumplió todos sus sueños.

“La carrera deportiva de Emanuel empezó porque a mí me gustaba el ciclismo. Nunca se me habría ocurrido que él podía llegar a ser ciclista”, comenzó contando Raúl a Diario La Provincia SJ.

“Un vecino que teníamos en Villa Hipódromo lo llevó a ver las carreras de niños, infanto-juvenil, que llegaba a San Juan. Cuando dijo que venían infanto-juvenil de otras provincias a competir, lo llevaron a presenciar una de las carreras. Miraba eso y ya venía medio loquito. Solo tenía 6 años y cuando cumplió los 7 años, para la fiesta de Reyes le regalé una bicicleta sport. Él desde pequeño pedaleaba fuerte”, recordó.

Raúl destacó que los papás de los demás niños decían: “llega a tener una bicicleta de carrera y este niño va a volar”.  A los pocos meses, con esfuerzo, le compraron su bicicleta de competición y de ahí en más, pasó toda su etapa de infantiles ganando la Vuelta del Sol de todos los años.

“Ganó la vuelta San Juan de juveniles y dije que con el sub 23 le va a costar mucho. Pero no, no le costó nada. En el primer año me lo llevaron al campeonato argentino y clasificó cuarto”, remarcó.

Emanuel representó a San Juan en distintos países: Chile, México, Uruguay, entre otros lugares del mundo donde dejó a la provincia en lo más alto del podio. “Me dijo 'papá quiero ser ciclista' y claro sabía que debía enfrentar a grandes monstruos de España, Italia, Alemania y Holanda. Un día le preguntó a su entrenador, Armando Borras, un chico que falleció, si con la clasificación que había logrado estaba bien. El entrenador le dijo que a los 19 años no andaba, así como él. Después empezó a recorrer el mundo”, detalló Raúl.

El papá del “Chino” comentó que su hijo amaba este deporte con todo su alma y su corazón. Era lo que lo impulsaba a seguir adelante en cada desafío. “En el campeonato de Alemania, Emanuel salió a entrenar sólo e hizo 170 km. No sabía cómo volver al lugar donde se estaba quedando. Lo agarró una lluvia torrencial con viento. Se paró en una estación de servicio para preguntar cómo regresar y le dijeron que se había pasado 70km. El Chico se pedaleo ese día 240 km. Era un gran fondista”, describió.

Emanuel fue campeón argentino en muchas ocasiones. “Ganador de todas las vueltas siempre. Ése fue el gran paso del Chino Saldaño por esta vida. Yo creo que fue un ángel que pasó por acá. Era tan buena persona, todos los querían por su gran forma de ser. Ese fue mi gran Chino”, resaltó.

Raúl acompañó a su hijo toda la etapa de infanto-juveniles. Luego, cuando lo tomó la Federación de Ciclistas Argentinos ellos se encargaron de la carrera de Emanuel. “Le tuve que soltar la mano”, dijo. Y agregó: “Cuando la Federación le decía que tenía que estar en Buenos Aires, se iba a la casa de un amigo que vivía allá y desde ahí se iba al aeropuerto de Ezeiza".

Innumerables son las premiaciones y reconocimientos que tuvo esta figura del ciclismo sanjuanino. Su ausencia dejó un dolor enorme en todas las personas que lo conocieron. Su padre a pesar de ello siguió unido al mundo del ciclismo. “Después que Emanuel falleció vino una carrera llamada Media Agua. Llevé a Leandro, mi otro hijo, porque él ya estaba corriendo”, recordó.

“Seguir estando al lado de los ciclista me llevó a salir adelante. No se imaginan el dolor que tenía en mi alma. Era muy fuerte. No hace mucho tiempo que me aferré a la iglesia y allí pude entender muchas cosas. Hoy puedo hablar, puedo mirar los vídeos y miro las fotos. A mi esposa le costó mucho más. Volvió a las carreras hace poco”, comentó.

Los hijos de Emanuel son otro de los motores en la familia de el "Chino" para seguir de pie. El más grande, Juan Ignacio, pasó a segundo año del secundario y el más chico, Juan Martín, pasó a cuarto grado. “Cada vez que vienen los disfrutamos un montón. Están grandes. El más chico es la cara de Emanuel. Ellos cuando sean grandes se van a dar cuenta lo que era su papá. Están aplicados en el deporte, pero en el fútbol”, dijo Lorena Saldaño.

Entre las anécdotas que recordaban los familiares de Emanuel comentaron, entre risas, que un día había ganado un campeonato argentino y lo recibía la Federación de Ciclistas Sanjuaninos. En el lugar habían hecho un escenario y el locutor del momento había dejado el micrófono abierto. “El Chino no tuvo mejor idea que ponerse a cantar. Le gustaba cantar y en los altavoces de Rufino sonaba el 'Ramito de violetas' de la Mona Jiménez cantado por el Chino. En la apertura del ciclismo y cuando se retiraban sonaba la voz de mi hijo”, recordó el padre de Emanuel.

Era un profesional del ciclismo y complementaba su vida junto a su otra pasión, la música. “Al parecer se la creyó que cantaba bien. Cantaba muy clarito y preparaba canciones. Como todo deportista se cuidaba, pero cuando tenía un lugarcito salía a bailar como cualquier chico de su edad. Se iba a los boliches donde estaba Omega porque le gustaba que lo invitaran a cantar. También cantó con el Yeyo. Le gustaba el cuarteto”, destacó Lorena.

Su heramana resaltó que a Emanuel le encantaba la música y de no haber sido ciclista tal vez se habría dedicado a la música: “La gente lo quería porque era muy buena persona,  muy solidario y humilde”.

Su padre agregó que era una persona que no tenía maldad y recordó otro de los episodios que hacía a diario Emanuel. “Un día vino a pasear con sus dos hijos. Justamente habían venidos dos nenes pidiendo algo para comer, yo salí corriendo a la heladera y solo tenía un pedacito de dulce de membrillo. Preparé dos sándwiches para llevárselos. En ese momento justo entra Emanuel y vio que uno de los nenes no tenía zapatillas. Agarró, le sacó las zapatillas de su hijo y se la dio al niño que venía pidiendo. Era voluntarioso”, remarcó.

Su padre resaltó: “él tenía todo para vivir, pero bueno aquel accidente me lo llevó. Le gustaba aprender y todo lo abocaba a los jóvenes. Él no cobraba nada por enseñar. Le pedían que mandara los entrenamientos porque querían ser igual a él. Emanuel les pedía el teléfono y se los mandaba. Yo le hacía recordar para que no se olvidara”.

Raúl mencionó que en la última carrera que ganó Emanuel brindó un discurso que parecía una despedida}: “Empezó a contar su historia. Le preguntaron quien había sido su primer sponsor y él contestó 'mi papá'. Yo tenía un sonido para trabajar en los eventos y él agradeció. Empezó a explayarse era su despedida".

“Emanuel llegó a vivir de sus piernas porque nunca trabajó. El 'Chino' se me fue con 28 años y se fue sin saber trabajar. Colo corría en bicicleta. Y así tenia bien a su familia. Iba, ganaba afuera y me decía 'papi que hago con la plata'. 'Mi hermano compra ladrillos y termina de cerrar tu casa', le decía. Tantos proyectos y lo sorprendió la muerte como a nosotros que él se fuera”, finalizó Raúl.

La Fundación Emanuel Saldaño

Lorena Saladaño decidió abrir una fundación que lleva el nombre de su hermano. Ella en conjunto con su marido se encargan de la parte social. Su padre se encarga de la parte deportiva. “En mi dolor de hermana en aquel entonces me hacía muchas preguntas, cerca de Dios entendí que debía hacer algo para ayudar. El mensaje era que tenía que hacer una fundación”, dijo.

Desde la fundación realizan distintas actividades solidarias. Por el momento están buscando un espacio físico donde abocar las actividades que realizan. Realizan festejos de reyes magos, día de la madre, día del niño, entre otras.

“Poder ayudar es muy satisfactorio. Muchas veces me consultan si pueden compartir imágenes de mi hermano y yo no tengo problema es un gusto que lo sigan recordando. Su legado sigue en la fundación”, mencionó Lorena.

Cuentan con un equipo dentro del mundo del ciclismo que se llama “Fundación Emanuel Saldaño” y está a cargo de Raúl.  Son 8 chicos los que están corriendo para la fundación. Unos son de la provincia y otros vienen de afuera. “Ellos se hospedan en la casa de mi papá. Hay mucha gente que está colaborando porque solo no podes hacer nada”, comentó la hermana de Emanuel.

La familia Saldaño confesó que sintieron muy cerca la perdida de Nicolás Naranjo. “Fue revivir todo el dolor otra vez. A Nico lo conocemos de los tres años. Era muy amigo de Emanuel. Eran muy compinches”, resaltó Lorena.

“Queremos que siempre lo recuerden con alegría. Era un chico humilde, sencillo y carismático, con buenos valores. Lo vemos reflejado cuando nos cuentas anécdotas e historias. La gente lo recuerda bien por las cosas que hizo. Estoy muy orgullosa de ser su hermana. Dejó el apellido marcado para toda la historia”, destacó.

Emanuel realizó innumerables campañas solidarias y su familia sigue con el legado del reconocido ciclista. Ayudaron a familias afectadas por las tormentas en Ullum. “Muchas personas nos ayudaron. En ese momento teníamos el nombre 'Corazones unidos por Emanuel Saldaño”, remarcó Lorena.

“Todavía nadie le puede romper el récord. Era muy completo. Él ganaba en pista, ruta, contrarreloj. Un periodista le preguntó en su momento a Emanuel cuáles eran los ciclistas que le gustaban y en ese reportaje nombró a Nicolás Tivani. El Chino era muy inteligente estudiaba todo”, resaltó Raúl.

Emanuel tuvo muchos reconocimientos después de su muerte “Placas, una calle, una plaza, innumerables homenajes y lo denominaron ciudadano ilustre post mortem. Fue un potencial natural y eso pasa solo una vez en la vida”, detalló Raúl.

“Queremos agradecer en nombre de la fundación a: Juan Carlos González, Saúl Mallea, Fernando Ocaña, Juan Jacamo, Orlando Yacanto, Nolberto Caballero, Betty Aguirres, Ruth Tapia y Dora Domínguez”, finalizó Lorena.

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