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Terremoto del 18 de enero: los enigmas que encierra el subsuelo para los investigadores

El geólogo Dr. Gustavo Ortiz destacó qué se conoció del movimiento sísmico y qué queda aún por descubrir en la particular zona de epicentro.
martes, 18 de enero de 2022 14:50
martes, 18 de enero de 2022 14:50

"No hallar nada también es un descubrimiento". La frase del geólogo sanjuanino, Dr. Gustavo Ortiz se refirió a uno de los enigmas que todavía encierra la zona del epicentro del terremoto que sacudió a San Juan, el 18 de enero de 2021. Con fenómenos muy característicos, los profesionales de distintas disciplinas se abocaron rápidamente a conocer cómo ocurrió y el comportamiento del suelo y alguna preguntas quedaron por ahora sin responder. Sin duda, la inquietud científica hará lo suyo para construir conocimientos.

Eso se percibe en las palabras del director del Gabinete de Sismotectónica, miembro del Observatorio Sismológico y subdirector del Departamento de Geofísica y Astronomía de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFyN) de la Universidad Nacional de San Juan. En diálogo con Diario La Provincia SJ recordó que "apenas ocurrido el terremoto, salimos en movilidades de la FCEFyN e iniciamos todas las investigaciones. En el Gabinete tenemos, además de geólogos, geofísicos, físicos y programadores y trabajamos en conjunto con ingenieros agrimensores que nos ayudaron con los drones para relevar el terreno y abarcar grandes extensiones. Por supuesto, también nos articulamos con el INPRES a través de sus técnicos y especialistas y obtuvimos datos de las estaciones sismológicos. Emprendimos un trabajo interdisciplinario".

Tras varias jornadas de trabajo con reuniones, exploración en campo, análisis de información e intercambio de conocimientos se editó un trabajo de investigación, el año pasado. "Obtuvimos los primeros parámetros del terremoto, con medidas más ajustadas acerca del epicetro, qué magnitud y profundidad tuvo; qué estructura geológica lo generó y eso ayuda a las ramas de la ingeniería Civil, de la construcción para poder obtener, a su vez, parámetros de la aceleración del suelo", detalló.

Y puntualizó en algo importante: "llamó mucho la atención el por qué en esa región. El epicentro no fue en Carpintería, en Pocito como se lo ubicó en un primer momento sino 20 a 30 km. al Oeste. Esa zona fue una de las más afectadas y en la búsqueda de respuestas, llegamos a las características propias del suelo: está más embebido en agua y esas capas están más cerca de la superficie. Eso llevó a que se comportara como "una arena movediza", es un fenómeno que se llama licuefacción. El suelo pasa de comportarse como sólido a hacerlo como un líquido".

Ortiz describió que ese fenómeno "es más común de lo que parece", aunque no deja de sorprender esa capacidad de transformación. Además, señaló que cuando fueron al lugar se encontraron con testimonios valiosos que fueron anclajes para su búsqueda en los registros históricos de la UNSJ. "Veíamos las grandes grietas y las casas derrumbadas y escuchábamos a personas que habían vivido allí el terremoto de 1977 y recordaban que "había pasado lo mismo". Y se referían a esas fracturas (algunas de hasta 3 km. atravesando campos y casas) y a los "volcanes de arena" que son estructuras piramidales de 10 a 20 cm. en el suelo con escapes de agua", dijo. De forma que eso da un parámetro que cada vez que haya sismos de gran intensidad allí habrá fenómenos similares.

El geólogo también destacó que junto a la Dra. Patricia Alvarado trabajaron con la comunidad científica de Estados Unidos. "Ellos hicieron el análisis de las imágenes satelitales para ver cómo se veía la zona y si se podía encontrar una fractura en el terreno que concordara con el origen del terremoto. No se pudo encontrar nada de eso y eso en sí, fue un descubrimiento. Es muy raro ya que no vimos expresión en la superficie de la falla que generó el terremoto. Estamos ante una falla ciega; una falla que no aflora en terreno. En el terremoto de 1944, uno puede identificar la falla en La Laja, se ve la estructura que se activó y hubo desplazamiento de bloques. Pero en el terremoto del 18 de enero no se pudo determinar la estructura. De manera que la falla se encuentra en el subsuelo y que no las podemos ver".

Para Ortiz, "esto hace aún más interesante a este terremoto porque se hace hincapié en aquello que no podemos ver y se necesita investigar más al subsuelo". 

Un valioso aporte con sello sanjuanino

Con la participación de investigadores de la UNSJ y del INPRES, se incluyó en la edición de diciembre de 2021 de la Revista de la Asociación Geológica Argentina un trabajo que analiza el origen del terremoto del 18 de enero de 2021, al que califica como “el más grande y destructivo (IMM máxima de VII) en las últimas cuatro décadas caracterizado cuantitativamente con su secuencia de réplicas”.

Destacado por la UNSJ, la investigación concluye que dada la localización del sismo y la ocurrencia de las réplicas posteriores, “sugieren la ocurrencia del sismo en la porción austral de la Precordillera Central y por debajo del despegue sugerido por Cardó, alrededor de los 8 km de profundidad, desencadenando rupturas de basamento puestas en evidencia por la gran cantidad de réplicas, las cuales se posicionan en su mayoría a profundidades mayores o iguales que la del sismo principal”.

“Este análisis -concluye- indica que no es posible asociar el evento sísmico principal y su conjunto de réplicas registradas hasta ahora con los sistemas de fallamiento neotectónicos expuestos en superficie y en las cercanías, tales como los de Las Osamentas, Maradona y Papagayos. En forma similar, estudios de la sismicidad temporal entre 2008 y 2010 en la Precordillera han identificado un nivel medio de corteza continental sísmicamente activo que estaría comprendido a profundidades entre zonas de despegue”.

El estudio también sugiere que “esto evidencia la reactivación de estructuras de basamento formadas durante el Paleozoico en el terreno de Cuyania con potencialidad de generación de sismos de tamaño moderado a grande, a poca profundidad focal (5- 15 km) como el terremoto del 18/01/2021. Este terremoto representa el más grande y destructivo (IMM máxima de VII) en las últimas cuatro décadas caracterizado cuantitativamente con su secuencia de réplicas”.

Participaron Gerardo Sánchez, Gustavo Ortiz, Mauro Sáez, Luciana López, Irene Pérez, Marcelo Moreno, Agostina Venerdini, Martín Fernández y Patricia Alvarado, investigadoras e investigadores que forman parte de diferentes instituciones como el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), el Departamento de Geofísica y Astronomía de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, el Grupo de Sismotectónica del Centro de Investigaciones de la Geósfera y la Biósfera (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas CONICET– Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, UNSJ) y el Departamento de Informática de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

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