María Ester Atencio nació en 1939, tiene 82 y vivió toda su vida en la zona de Carpintería, en Pocito. Su padre, Carlos Atencio, por la década del 1940 era empleado de Aldo y Federico Cantoni. El hombre era el encargado de llevarle algunas tierras en aquellos años.
Con 5 años, aquel sábado 15 de enero de 1944, la manera de ver la vida de María cambió para siempre. “Cuando era niña vivíamos con mis padres y 7 hermanos en la finca de los Cantoni, eran caserones de adobe enormes. En cuestión de segundos todo se agrietó y quedó en el piso, prácticamente quedamos en la calle”, resaltó María a Diario La Provincia SJ.
Ese sábado, a las 20.52, un terremoto de gran magnitud dejó a San Juan con más de 10.000 muertos, innumerable cantidad de heridos e incontables familias sin hogar. Fue una de las tragedias más duras que atravesó a la provincia.
“Era impresionante ver la cantidad de muertos que había en las calles, fue algo de terror. Recuerdo muy bien, cuando hacían las enormes fosas para acarrear los cadáveres, luego los tiraban allí y los cremaban. Las cenizas, fueron enviadas a distintos lugares. Gran parte se encuentra en El Cerrillo, allí pusieron la placa e hicieron un altar, en forma de cruz, donde colocaron las cenizas”, destacó María.
El 16 de junio de 1947, el Diario Tribuna de San Juan, daba a conocer que, en Cerro Valdivia, en las cercanías de Carpintería habían realizado un acto religioso para colocar la piedra fundamental del templo Votivo por las víctimas del terremoto de 1944.
María recordó que, en aquel acto, donde colocaron las cenizas de las víctimas, estuvo presente la banda de música del RIM 22. “Fue un homenaje muy grande y muy triste. Muchas familiares asistieron, ese momento quedó marcada en mi vida para siempre”, contó.
Y agregó: “recuerdo cuando las maquinas estaban limpiando. Allí armaron una base grande para colocar los restos de las víctimas del terremoto. Como si fuera poco, llegó un viento zonda que voló el techo de la capilla Nuestra Señora del Tulum. En aquellos años, la familia Parodi salió a pedir ayuda a los vecinos, para levantar aquella capilla con la imagen de la virgen del Tulum. Habían pasado ya unos años del terremoto, la provincia comenzaba a ponerse de pie”.
Actualmente, el cerro Valdivia está ubicado en la Ruta Nº40, justo en el sur de la Capital sanjuanina, a los pies de la patrona de Pocito se encuentran las cenizas de algunas personas que murieron durante aquella tragedia.
Pasaron 78 años del terremoto de 1944, el sismo más grande que recuerda la historia que marcó a todo San Juan, pero en la memoria de María siguen vigentes los recuerdos, jamás se borrarán.
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