El pasado 31 de mayo, el coronavirus se cobró la vida de una mamá sanjuanina que tras dar a luz, pasó a terapia y falleció por complicaciones a su salud. Se trata de Silvana Tulco, la mujer por quien la sociedad se vio conmovida y unida en solidaridad, hizo llegar importantes donaciones a su esposo, quien ahora se encuentra al cuidado de sus hijos.
Ariel Quintana, con quien Silvana vivía un matrimonio de 17 años, se mostró agradecido por todo lo que los sanjuaninos le hicieron llegar, aunque el dolor no cesa por la pérdida de su compañera de vida. "Estoy muy agradecido, he recibido muchísima ayuda por parte de la Directora de la escuela de mis hijos, que me decía que las donaciones se fueron de las manos", comenzó agradeciendo Ariel, en diálogo con Diario La Provincia SJ.
Abocado al cuidado de sus hijos y sobre todo del bebé recién nacido, el hombre ahora se regocija en el cariño de la gente y el amor de sus padres, quienes lo ayudan en este difícil momento. Pese a todo el amor, no olvida los últimos momentos que vivió con su esposa ya que él se aisló junto a Silvana para cuidarla.
"Después de que le hicieron cesárea, la trasladaron al área covid y mi señora decía que le faltaba oxígeno. El bebé ya tenía el alta y en esos tres o cuatro días ella pudo conocerlo y darle la teta, lo tuvimos con nosotros y gracias a Dios él siempre estuvo bien. Yo la vi sufrir, la vi como se agitaba tanto cuando se levantaba al baño, no llegaba y tenía que volver a la cama para ponerse oxígeno", recordó en una profunda emoción.
"En todo momento estuvo consciente y ella les decía a los médicos cuánto le costaba respirar, la tos que tenía y que le dolía mucho, pero ninguna le indicaron ningún estudio. Cuando la trasladaron a terapia, recién ahí le hicieron estudios de sangre y tomografía. Compartió esos momentos con Joaquín Horacio, él ahora está muy bien de salud, ya fue a control y está bien. Es muy tranquilito, sólo llora para tomar la leche pero después nada más", agregó Ariel.
El hombre se encuentra con sus hijos en la casa de sus padres y por el momento no piensa en volver a la casa que compartían con Silvana. "El más grande de nuestros hijos tiene 12 años, y nosotros estábamos desde antes que él naciera. Mi señora era una persona hermosa, totalmente diferente a mi, se daba con todos y siempre estaba con los niños en la escuela, siempre fue una madre muy presente", reveló entre lágrimas.
Ahora, a Ariel le quedan los recuerdos y el amor que hasta el último minuto de la vida de su esposa, compartieron. En ese sentido contó que son varios los sueños que ella tenía y que en algún momento él buscará cumplirlos en su nombre.
