Por estas horas, las familias de Ailén Páez y Julieta Farías, dos amigas de 11 años que fueron atropelladas el 28 de febrero de 2020 en Pocito, y que tras el impacto del auto que conducía Sergio Eduardo Arenas, murieron; viven momentos de conmoción y dolor tras la condena al hombre.
El miércoles 5 de mayo, el juez Ricardo Moine homologó un acuerdo de Juicio Abreviado por el caso de Homicidio Culposo triplemente agravado, y condenó a Arenas a la pena de 4 años y 6 meses de prisión de cumplimiento efectivo e inhabilitación especial para conducir cualquier vehículo automotor por 9 años. Tras enterarse de la condena, la mamá de Ailén, Susana Méndez relató, sumida en llanto, que ninguna de las dos familias de las nenas conocían que se llevaría a cabo la lectura de sentencia y tampoco estaban enterados del acuerdo a juicio abreviado.
"Los abogados tampoco estaban notificados, mañana vamos a ir todos a Tribunales. Ese asesino mató a dos niñas, no a dos perros, le había prometido a Ailén vengar su muerte y ni siquiera pude estar presente ahí. Esto estuvo muy mal, siempre van todas las partes a un juicio y nosotros no estábamos ni enterados", dijo Susana a Diario La Provincia SJ.
Este viernes 7 de mayo, la familia asistirá hasta el palacio de Tribunales, para pedir justicia por las niñas y conocer en qué marco se dio el acuerdo de juicio abreviado y la audiencia de sentencia. "Yo venía sintiendo como algo malo, una desesperación que me daban ganas de salir corriendo. Ayer vino la mamá de Julieta y me dijo 'tenemos que hacer algo para que se acelere esto', ella vino en la siesta y estuvimos llorando, era por esto, de la nada nos juntamos. Ailén me mandó a avisar algo, yo quería que se pudriera en la cárcel", agregó.
El procesado estuvo presente a través de la plataforma Zoom, ya que se encuentra detenido en el Servicio Penitenciario Provincial. Arenas aceptó la responsabilidad penal por haber cometido el delito de Homicidio Culposo agravado por la conducción imprudente, negligente, antirreglamentaria de un vehículo con motor, triplemente agravado por darse a la fuga, por conducir con un nivel de alcoholemia superior al máximo permitido por ley y por ser más de una las víctimas fatales.
"Era mi hija, las nenas estaban paradas esperando a pasar y el tipo se les vino de una. A la otra nena la arrastro viva y a mi Ailén ya la había matado, le sacó el hombro", recordó con dolor.
