Día del trabajador

Enfermera sanjuanina: "con la primera persona que vacuné, sentí que vacunaba a mi madre"

Carmen Paz es enfermera hace 29 años y jamás pensó que tendría la tarea de vacunar contra el coronavirus en Ilusionada, cuenta cómo lleva su labor y el orgullo que le produce.
sábado, 1 de mayo de 2021 08:55
sábado, 1 de mayo de 2021 08:55

Todo un traje especial color blanco recubre su cuerpo, su pelo y su rostro, sólo sus ojos claros pueden verse en medio de toda la protección con la que ella trabaja en el Estadio Aldo Cantoni, convertido en centro de vacunación contra el coronavirus. Sin embargo, ver su mirada es lo único que basta para que todos los que llegan allí noten la alegría y emoción que siente por su labor. 

Se llama Carmen Beatriz Paz, es auxiliar de enfermería hace 29 años y jamás pensó que podría llegar a trabajar en medio de una pandemia. En menor medida se imaginó que su tarea sería nada menos, que la de vacunar contra el Covid-19 a la población sanjuanina. Tarea que pese al cansancio, la llena de orgullo y esperanza por lo que puede llegar a venir. 

“Cuando empezó lo de la pandemia nos sorprendió y todos nos sentimos desbastados, nos sentíamos afectados de distinta manera. Desde nuestro lugar tuvimos que poner la cara y el cuerpo para enfrentar este virus y tratar de apaciguar a la gente, de contener. Nosotros estábamos asustados pero somos quienes debemos sostener a la población”, recordó Carmen, a Diario La Provincia SJ.

Carmen, sin tapabocas sólo para la foto

Hace pocos meses fue afectada desde Salud Pública como una de las enfermeras encargadas de vacunar, cuando llegaron las primeras dosis de las vacunas y desde entonces no paró. Cumple turnos de 8 horas y ya lleva cientos de sanjuaninos que recibieron algunos de los sueros desde su mano y su amor. 

“Primero sentí mucha emoción porque es la mejor forma que tenemos el personal de salud de proteger a la población de los virus, de las enfermedades. La primera sensación fue esa, a pesar del cansancio porque sí tenemos mucho agotamiento físico y mental; no sólo contenemos a los externos sino también a nuestros grupos familiares. Pero recuerdo que a la primera persona que vi y que me tocó vacunar, sentí que vacunaba a mi madre. Ella era, en ese momento, la ansiosa de querer ponerse la vacuna, tiene 80 años y lo quería hacer, yo vi justo a esa persona que era mayor y me imaginé a la mi madre. La mujer se emocionó y mi mamá también, es increíble cómo las personas mayores reciben la vacuna con tanta ansiedad y alegría”, reveló con emoción. 

Fuera del estadio, Carmen es madre, esposa, hija, amiga, hermana y compañera entre otras cosas, pero a cada una de sus facetas, siempre le implanta su alegría y su orgullo por ser trabajadora de la Salud en una pandemia. “Todos los días es una experiencia diferente, son distintos grupos, han venido personas mayores, docentes, personal de salud, personas con discapacidad, con riesgos, con comorbilidades; muchas experiencias pero todas emocionantes, bonitas. Hay quienes llegan y lloran, otros que se sacan fotos porque quieren guardarlo para siempre, para sus nietos, todo es entendible y aceptable y lo podemos acompañar, eso es muy lindo. Nos ponemos muy contentos en que ellos puedan recibir la vacuna”, contó. 

Desde lo profesional y lo personal, siente que cumplir el rol de ser vacunadora contra un virus de tan severas consecuencias, es algo que marca un antes y un después en su vida. La gratificación se le anuda en el pecho y ella sabe cómo demostrarla de la mejor manera, más allá del tapabocas que protege su rostro. 

“Le agradezco a Dios porque soy creyente, y también a mis padres por los valores que me enfundaron y a mis profesores de auxiliar de enfermería y desde mi lugar, yo creo que entre la experiencia que tenía, esto ha sido algo que me ha sobrepasado. Las expectativas son diarias, a emoción es diaria y la alegría es diaria a pesar de que después llegamos a casa y escuchamos que el virus sigue arrasando, pero el saber que mi granito de arena está aportando para mejorar a la población, no creo que yo pueda solucionar o frenar la pandemia pero mi granito de arena puede ayudar”. 

Y añadió, además, que “me gratifica llegar a casa y ver a mis hijos, a mi familia bien y saber que hice las cosas bien, de eso se trata que en cada eslabón de la cadena, cada uno haga su parte. En casa tengo a mi familia que me acompaña muchísimo, a mi marido y mis cuatro hijos, ellos son mi motor y los que me sostienen a mí para yo sostener a la población. Mi marido siempre eme lleva y me trae, me acompaña en todo, que se hace cargo de la casa cuando estoy acá, y mis hijos que ayudan muchísimo. Estoy acá trabajando pero estoy tranquila porque ellos están bien, ojalá ellos se sientan orgullosos de su madre, lo hago para dejarles un ejemplo”. 

En este 1 de mayo del 2021, diferente a cualquier otro que antes se haya vivido, Carmen no dejó de lado un buen deseo para todos los trabajadores sanjuaninos, acompañado de buenas recomendaciones para que el virus "no nos gane". 

“No quiero dejar de saludar a todos los trabajadores, que pasen un día espectacular dentro de lo que podemos hacer, las personas que tienen familiares enfermos, acompañarlos pero que tengan la confianza de que va a pasar, entre todos tenemos que salir de esto y tenemos que estar unidos para luchar. Vacunándonos, cuidándonos, el distanciamiento social, el uso del barbijo, hacer las cosas bien para que nos vaya bien y tratar de disfrutar con la familia, la base son ellos, de toda sociedad. Si tenemos una familia bien constituida, los niños van a saber recibirlos y transmitirnos”, finalizó.

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