Historia

El difícil momento de una histórica vendedora de la Difunta Correa: "es desesperante"

Gladys vive en Vallecito, a 2 kilómetros al sur de la Difunta Correa. Y hasta allí llega para poder vender lo que pueda.
martes, 6 de abril de 2021 12:00
martes, 6 de abril de 2021 12:00

Lleva 38 años trabajando en el paraje de la Difunta Correa y es una de las vendedoras más queridas. Sin embargo la dura situación que se atraviesa con la disminución de la circulación de los fieles y la falta de "fuerzas" para seguir trabajando allí hace que ahora piense en vender el local y dejar todo.

"Me mantengo con un kiosco desde hace años pero cuando hubo la pandemia perdí todo, todo, porque no nos dejaban pasar ni circular. Se venció todo lo que tenía porque no nos dejaban pasar para sacar las cosas", comenzó contando Gladys Vera a Diario La Provincia SJ.

Luego explicó que lamentablemente perdió mil unidades de patay que es un alfajor con fruta de algarrobo. "Hasta ahora no pude abrir el kiosco porque necesito 70 mil para comprar mercadería para así poder vender pero no tengo ese dinero", confesó con la voz quebrada y sumida en el dolor e impotencia porque significa perder su fuente laboral de varias décadas.

La mujer de 61 años de edad es diabética y está medicada contra la tiroide. Es madre de 8 hijos, 7 mujeres y 1 varón, y si bien los mayores tienen sus trabajos, la situación se complica para que ella pueda seguir en el kiosco por la falta de recursos económicos.  

"Mi deseo es poder llenar mi kiosco para volver a vender o sino poder vender el local. Son más de 38 años vendiendo acá y estoy cansada ya de todo esto. Si no lo puedo llenar, lo quiero vender. Estoy sola, cada hijo tiene sus cosas y ellos no pueden venir porque tienen su familia", lamentó mirando con nostalgia el pasado. 

Actualmente Gladys vive en Vallecito, a 2 kilómetros al sur de la Difunta Correa. Y hasta allí llega para poder vender lo que pueda. Durante Semana Santa puso una mesita en el ingreso al paraje para vender papa de zorro, un tuberculo que traen de los cerros y que, ella asegura, hace bien para la salud.

Además tenía como objetivo vender velas para que los promesantes pusieran a Deolinda pero el resultado fue el menos esperado. "No vendí una sola caja. No se vendió como se tendría que haber vendido. Años anteriores me pasaba que el día miércoles ya tenía 2 mil pesos vendiendo velas, el jueves era más y el viernes el triple. El domingo se recuperaba porque se vendía un montón. Ahora no hay nada de gente y no se vendió nada. La pasé muy mal. Es desesperante", agregó con gran preocupación.

La preocupación de Gladys radicó en que para recuperar lo invertido en velas tenía que conseguir 8.500 pesos pero sólo logró adquirir 5.500 pesos a partir de la venta de las papas y con eso pagará la deuda que tiene. 

"No tengo miedo al coronavirus porque me cuido con distancia, barbijo, alcohol en gel. Tengo mis cuidados, tengo guantes. La Difunta Correa es muy milagrosa y hasta acá le pido a la difunta por mi salud, la de mi hijo, mis nietos", finalizó.

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