Historia

Movilizada por la fe: tiene 77 años y "restaura" la imagen de la Inmaculada Concepción en la peatonal

Amalia Norma Correa es ama de casa y desde hace una década, todos los años pinta la imagen que está en la peatonal.
miércoles, 14 de abril de 2021 17:22
miércoles, 14 de abril de 2021 17:22

Un delantal y unas mangas. Un carro cargado de tachitos, sachets de pinturas y pinceles. Y la alegría de sentirse amparada por la virgen. Así llega Amalia Norma Correa hasta la peatonal para hacer lo que desde hace 10 años viene realizando: pintar la imagen de la Inmaculada Concepción.

Tiene 77 años de edad y desde hace 20 años vive dedicada a Dios. A partir de lo que ella asegura fue el llamado de Jesús comenzó a restaurar la figura de la virgen sin conocimientos previos. Fue después de numerosos reclamos que hizo para que alguien se ocupara de cuidar a la estatua que está en plena peatonal allá por el año 2010.

"Yo rezongaba porque estaba muy fea, sucia y rota. En mi oído cuando rezongaba, escuché a Jesús que me retó. Lo escuché enojado, con voz de un hombre joven, fuerte, muy serio, muy enojado que me dijo 'por qué no lo haces vos'", comenzó recordando Amalia a Diario La Provincia SJ. Luego agregó: "yo nunca toqué un pincel, nunca me subí a una escalera y tenía miedo. Empecé. No encontré quien me enseñara a hacer colores o que me dijera que lo hiciera de una forma porque iba a ser mejor. la imagen de la madre es muy bella, he estado pidiendo que me ayude, cuide y proteja porque la quiero bella". 

A partir de ese día, compró pintura y todo lo necesario para restaurarla. Todos los años la pinta pero en el 2020 no lo pudo hacer por la pandemia. Ahora, apurada antes de que se aplique cualquier nueva restricción, decidió comenzar otra vez con los trabajos. Empezó el martes limpiando y este miércoles se abocó al rostro. Piensa seguir hasta que termine de hacerla para que "quede bella".

Para ello usa pintura sintética porque resiste al sol y al agua. Previamente la raspa "para que esté más lisa la piel" y luego le da los colores. Luego a mitad de año vuelve al mismo lugar pero esta vez para limpiarla con una gamuza húmeda y así sacar la grasitud y tierra.

"Por la edad me cuesta un poco. Gracias a Dios estoy bien, puedo subir la escalera, manejarla, por eso le doy gracias a Dios y a la Virgen. Estar cerca del rostro de ella es estar en el cielo, siento que ella me lleva al cielo. Me siento tan feliz, tranquila y no tengo miedo de nada", expresó.

Los hijos y nietos de Amalia no quieren que vaya a hacer eso a la peatonal por los riesgos de la pandemia pero también porque al subirse a la escalera puede caer, quebrarse o hasta costarle la vida. "Me vengo escondida de ellos. Ayer le dije a uno de mis hijos y me dijo no vas, te va a pasar algo. Son riesgos pero si hay algo que sé en estos años, después del 2000 cuando empecé con la religión, es que la fe mueve montañas", confió.

Amalia vive a pocas cuadras de la peatonal y todos los días que restaura a la Inmaculada llega caminando con su carrito con las herramientas de pintura. Ella tiene 4 hijas, 9 nietos y 2 bisnietos y a todos pone siempre en manos de Dios pero también le dedica oraciones a sus vecinos, amigos y hasta su enemigos. "Estamos todos en manos de la Virgen, yo me pongo en manos de ella y le encargo a todos", aseguró.

"Siento que un día salí del infierno y le dije a la Virgen que quería misionar. Hice muchas cosas para el señor y quiero que mi vida sea siempre de servicio para él. Me equivoco, meto la pata, hago líos pero trato de evitar el pecado. No dejo de luchar todos los días, es la tarea que no se termina nunca. Ésa es mi meta", finalizó.

 

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