Historias

El nuevo comienzo de la docente que atropellaron y marcaron de por vida: “volver al aula es un milagro”

Daniela Bilbao, la sanjuanina que estuvo grave después de ser atropellada y abandonada en 2019, vuelve a dar clases como docente de Inglés y asegura que vive un milagro.
domingo, 7 de marzo de 2021 16:56
domingo, 7 de marzo de 2021 16:56

El 17 de agosto de 2019, San Juan se conmovió por el caso de una joven a quien atropellaron y abandonaron cuando intentaba bajar a su pequeña hija del auto, en Rawson. El hecho tomó interés provincial y movilizó a la policía en la búsqueda de quien cuatro días después se conocería con el apellido Caballero, conductor y protagonista del siniestro. 

Con el correr de los días y meses, la víctima Daniela Bilbao pasó por varias cirugías en su cadera y columna y aunque el pronóstico que los médicos le daban a la familia, muchas veces planteó más dudas que certezas, finalmente el 21 de octubre recibió el alta y pudo volver con su familia a casa. Desde entonces su recuperación fue lenta y dura, pero ella jamás perdió la fortaleza que según sus allegados siempre la caracterizó, y esta semana volvió a dar clases como profesora de ingles.  

"Estoy muy bien, gracias a Dios, poniéndole mucha pila a todo, los kinesiólogos me dieron el alta y volví a trabajar que para mi es algo inexplicable. Entré a la escuela y todos me miraron y saludaron, fue muy emotivo, hermoso. En este tiempo tenía la incógnita de que si iba a poder volver o no, ¿Qué será de mi vida?. Siento que haber podido entrar al aula otra vez es un milagro, me siento útil y lograr lo que hacía antes es tocar el cielo con las manos", relató Daniela a Diario La Provincia SJ, con profunda emoción y alegría. 

En este nuevo comienzo, Daniela siente que volvió a nacer, que le dieron la oportunidad de seguir viviendo y que en esta etapa no va a desaprovechar cada momento con su familia, su trabajo y todo lo que le gusta hacer. Lo mismo le dijeron sus médicos, con quienes comparte el asombro y para ella, también el milagro, de su recuperación. 

"He tratado de ver a los médicos días antes de empezar a trabajar para ver cómo iba a poder hacer. Pensaba que tal vez no iba a poder largarme de una a trabajar otra vez si no tenía el okay de los médicos y que me dijeran "cuidate en esto o en aquello", pero me dijeron que estoy de 10. Tuve una consulta con el traumatólogo que me operó de la cadera y me hizo una radiografía para ver como estoy. Con la radiografía me puse re mal porque vi que tengo clavos por todos lados, y alambres, y pensé "Dios mío, lo que es esto". Él me dijo que iba a decirme una sola cosa para que entienda la magnitud de mi caso, me dijo "esto es una radiografía de una persona que no podría volver a caminar, lo tuyo es parte milagro, otra de los médicos y también de la gente que estuvo detrás tuyo"", recordó aún con un notable sorpresa en su voz. 

"Los profesionales no pensaban que iba a llegar a la instancia en la que estoy ahora ya que me dijeron que cuando llegué al hospital "me levantaron con cucharita". Lloramos todos de emoción, por eso trato de ponerle el pecho a las balas y volver a la normalidad, para mi es esto. Se trata de empezar desde cero en un montón de cosas, soy muy creyente y siento la presencia de Dios en todo momento, estoy tranquila porque si él puso la mano en tantas cosas sé que me va a seguir acompañando", agregó. 

Más allá de tanta felicidad, Daniela ahora reflexiona sobre las cosas que se terminan invisibilizando en la cotidianeidad pero que tienen el verdadero sentido de la vida. "Uno siempre quiere más y está bien, pero no vemos que todos los días nos levantamos y tenemos a nuestra familia ahí, tenemos un techo y un plato de comida, pienso en que estuve tan mal y que ahora estoy con mis seres queridos y volviendo a trabajar que lo veo todo como muy loco. En este regreso doy clases en primaria, en primero, segundo y tercero grados. Sin embargo me encantan los chiquitos entonces estoy replanteándome volver también a nivel inicial y ver cómo me siento, ya que ellos demandan más juego y cuidados", reveló. 

"Antes del accidente llevaba una vida de corridas y siempre a contrarreloj, era una locura, pero ahora pienso que en realidad era para poder trabajar un poco más y eso me llevaba a perder tiempo de tranquilidad y disfrute. Quiero estar con mis hijos y al trabajo lo voy a evaluar siempre de la mano de mi salud y mi recuperación, pero también disfrutándolo. No quiero dejar de lado que más allá de la ayuda divina, estuvieron cientos de personas rezando y haciendo fuerza por mi y ellos también influyeron", concluyó. 

Hasta el momento la causa judicial no tuvo mayores avances debido a las contradicciones temporales provocadas por la pandemia y la familia sostiene un claro pedido de justicia, no sólo por el caso propio, sino por muchos otros que ocurren en San Juan. 

 

 

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