Hace exactamente un año, el viernes 20 de marzo de 2020, San Juan emprendía, sin dudas, uno de los mayores cambios sociales de la historia, en medio de un contexto de pandemia que no sólo azotaba al mundo, sino que también lo empezaba a hacer en Argentina.
“A partir de las 00 horas del viernes todos los argentinos deberán someterse al aislamiento social, preventivo y obligatorio", resonó en el anuncio presidencial, frase que sin dudas marcó un antes y un después, un momento de dudas y temores que hizo eco en cada rincón del país, y por supuesto de San Juan. De esa forma y casi sin saber mucho, todos comenzaron a implementar medidas preventivas para mitigar el posible contagio del coronavirus que aún no era comunitario en la provincia, pero que ya no tan lejos, amenazaba con serlo.
Inmediatamente los cambios fueron notorios, los chicos dejaron de ir a las escuelas a dos semanas del comienzo de clase, iniciando así la virtualidad total en la tarea de la educación, en todos los niveles. En San Juan se comenzaron a implementar las guías de estudio que eran trabajadas diariamente y que contenían las diferentes materias. Más, tarde, precisamente en agosto, cuando los chicos volvieron a las aulas sólo por unos días, un exhaustivo protocolo marcó el camino para el regreso definitivo en marzo del 2021.
“Por normativa internacional, la escolarización de las personas es algo que debiese siempre tratar de mantenerse, porque es lo que hace que niños, niñas y adolescentes, puedan en esos momentos de congojo y desastre, volver a tener cierto grado de conexión con la realidad, con el mundo, y que no pierda su escolarización. Por eso la importancia, por un lado cuando hablamos de evacuados, tener lugares pensados que funcionen como centros para eso, pero que las estructuras escolares siempre dispuestas para la tarea de escolarización”, señaló el subsecretario de Medicina Preventiva, Matías Espejo, a Diario La Provincia SJ.
Respecto a esto, el Subsecretario resaltó la importancia de continuar con las medidas básicas de cuidado a atañen a todos. El lavado de manos, uso de tapabocas, distanciamiento en los espacios comunes y la desinfección de superficies, son las cuatros tareas que se deben dejar de practicar. En un momento, todos las mantenían dentro de casa, mientras que bastantes días después, las mismas pudieron verse en el uso del espacio urbano como plazas, comercios y sin dudas la Peatonal de la Ciudad.
“Uno de los cambios fundamentales es el dinamismo impuesto por la propia evolución de la pandemia y cómo hizo que prácticas estandarizadas y arraigadas en el sistema, hayan tenido que cambiar rápidamente. Ajustados a la nueva normalidad y al protocolo, es que tenemos que ser enérgicos con la sociedad de hacer entender que esta situación es producto del trabajo de todos, y que si lo mantenemos, podamos estar mucho mejor a través del tiempo”, sostuvo Espejo.
“El Estadio Aldo Cantoni, el Estadio del Polideportivo de San Martín, el polideportivo de la Escuela San Juan, el Estadio Papa Francisco en Jáchal, el polideportivo departamental en Rodeo, el Estadio Marcelo García en Pocito que pasó por diferentes etapas, pensado como hospital de campaña y luego en centro de aislamiento, casi en centro de vacunación y convertido nuevamente en centro de aislamiento. Hubo mucha infraestructura a la que se pudo echar mano y se pudo reestructurar y que nos ha servido para dar respuesta”, dijo el médico.
“Esos son cambios que también deben quedar arraigados en nosotros, la posibilidad de tener, pensando en el futuro, lugares que ante determinadas circunstancias puedan reconvertirse en algo que permita que el resto de las actividades y de la sociedad pueda llevar una vida lo más acorde posible a la normalidad”, agregó.
Los cambios nacieron también desde lo que es el seno del sistema de salud, donde todo se reorganizó y prácticas comunes a ese espacio, como la realización de un traige, comenzó a expandirse también a otros ámbitos como ingreso a ciertos comercios y lugares cerrados, gimnasios, viajes y actividades sociales que involucren estar en contacto con personas que no corresponden al círculo familiar.
"El triage es un sistema de clasificación ideado para asistencia a víctimas múltiples generalmente víctimas de traumas en múltiples eventos. Luego se fue trasladando a otras patologías y finalmente, uno se da cuenta que en la práctica todos los días está haciendo clasificación. Hoy se hace un triage previo a toda actividad, eso fue otro de los cambios fundamentales", aclaró Espejo.
A un año de todo aquello que parecía extraño y causó tantas emociones, el país y también San Juan vuelve a ponerse en vilo por el riesgo de la llegada de una posible segunda ola, caracterizada por la dureza y mayor letalidad. La sociedad cambió, se transformó. Primero, desde el interior de cada vivienda y bastantes días después en las calles, donde nadie se volvió a mirar igual.
"Los cuidados básicos es algo que no se nos puede ir nunca más, inclusive estamos hablando de un proceso de inmunización, hasta no obtener un porcentaje muy alto de inmunización en toda la población, las medidas deben continuar siempre iguales. Esto lejos de terminar, está en proceso de modificarse", finalizó Matías Espejo.