Solidaridad

Cocineros sanjuaninos se pusieron al hombro las viandas para las víctimas del terremoto

Pertenecen a distintas agrupaciones solidarias que empatizaron con quienes lo perdieron todo hace menos de un mes y ayudan con un plato caliente a los vecinos afectados.
domingo, 14 de febrero de 2021 18:10
domingo, 14 de febrero de 2021 18:10

Conseguir donaciones, pelar y cortar cientos de verduras, disponer de grandes ollas y darle vida a una apetitosa comida. Repetir el proceso varias veces por semana durante casi un mes. Esa ha sido la rutina de muchos sanjuaninos que se conmovieron con el sufrimiento de quienes perdieron su casa el pasado 18 de enero tras el terremoto que golpeó a la provincia.

No salen en un reality de televisión y claramente no compiten unos contra otros por ganar un premio. De hecho, todos concuerdan en que el mejor salario consiste en el "muchas gracias, que Dios lo bendiga", que reciben cada vez que visitan las zonas de los afectados. Diario La Provincia SJ dialogó con tres cocineros de distintas agrupaciones que se pusieron al hombro la tarea, aunque siempre respaldados por otras docenas de manos listas para sacar adelante la tarea.

Cintia Marquez
Lidera a un grupo de vecinos del Quinto Cuartel de Pocito que comenzó a realizar ollas populares en el inicio de la pandemia. "Vimos que había mucha necesidad y un grupo de amigos organizamos una olla popular pidiendo colaboración entre los mismos vecinos para los que menos tenían. Lo hacíamos los sábados durante la pandemia, y los miércoles organizábamos una merienda. Todo para el Quinto Cuartel y eso nos unió como grupo. Gracias a la página de Facebook nos empezó a conocer más gente y a recibir más donaciones".

Con la llegada del terremoto ya tenían aceitado el proceso. "El miércoles 20 cuando salimos para calle 15 nos tocó ver una realidad muy dura. Chicos sacudiendo los escombros de los colchones, gente pidiéndonos agua. Por eso empezamos a hacer comida para la gente de calle Aberastain y Calle XV, a un asentamiento en calle XV y Costa Canal, y para La Florida en Carpintería. Si bien íbamos una vez por semana, comenzamos a rotar para visitarlos. Así que salimos tres veces por semana. Somos 32 en el grupo de whatsapp y vamos trabajando según la disponibilidad de cada uno". 

Cintia abre las puertas de su casa para que los voluntarios de todas las edades colaboren en base a sus tiempos. "Para un día de comida nos juntamos la noche anterior para pelar y picar la verdura cosa que al otro día no sea tan larga la jornada. Así que demoramos una mañana entera y la noche anterior. Todo se hace a mano, entonces es demoroso", explicó la cocinera.

Quien pueda colaborar con ellos, se puede comunicar con Cintia al  2644543245 o a través del Facebook "Manos solidarias Pocito".

Liseth Seva
Ella es hincha de San Martín, y aunque el fútbol está de descanso, se unió junto a un grupo de fanáticos del Verdinegro para aportar su granito de arena. "Llegué a formar parte del grupo por un amigo que tengo en Facebook. Vamos a la cancha y me preguntó si quería formar parte de todo esto y me prendí. Lo primero que pensé fue "¡vamos a hacer algo diferente por esas personas!", contó Liseth a este medio.

A pesar de su juventud, ya tiene experiencia en el rubro gastronómico así que unió su pasión por el Verdinegro con el de la cocina. "Con el paso del tiempo fui aprendiendo a cocinar. Llegué a trabajar de cocinera porque es un mundo que me apasiona mucho. Esto fue lo mejor que me pudo pasar en esta pandemia. Pensar en las sonrisas de las personas y saber que iban a tener un plato de comida, que iban a pasar un día diferente".

Es su primera vez participando de un evento de esta magnitud, pero espera seguir haciéndolo. "Siempre doné ropa o alimentos cuando se podía, pero nunca había hecho un trabajo tan grande como este. Vamos a seguir cocinando, pero pensamos llegar a lugares más alejados. La idea es ir a Bermejo, hasta la gente a la que se les inundó la casa". 

Pollo al disco en plena preparación. 

Quien pueda colaborar, puede aportar alimentos no perecederos, artículos de limpieza, artículos de higiene, ropa y calzados. Comunicarse con Miguel, el coordinador de este movimiento, al 2645763323.

Rolo Garepia
Es chef ejecutivo y también decidió poner sus conocimientos al servicio de los demás desde el inicio de la pandemia. Desde su juventud ingresó a los Scouts y todavía continúa "siempre listo", esta vez, liderando la división Rover de Santa Lucía, conformada por 15 jóvenes.  Con el terremoto, gracias al sacerdote Fabricio Pons que les presta un lugar en la Capilla de Andacollo, cada sábado y domingo elaboran 500 viandas.

"Trabajo desde hace 22 años en panificadora Mauri. Era cocinero de oficio y ellos me pagaron la carrera. Me recibí de cocinero profesional y especialista en alta cocina internacional. Junto a Mauricio Barón trabajamos para dar a conocer la punta de espalda a nivel nacional e internacional. Más allá de todo, me crié en Caucete con los scouts y ahora fusioné las dos cosas", contó Rolo. 

Sus principales receptores son aquellos que viven en la denominada Zona 2, que comprende calle Aberastain entre 15 y 16 y el Barrio que está sobre el Canal Céspedes desde calle 15 hasta 17. "Cuando ocurrió el terremoto vimos que había familias que tenían la primera necesidad que es la alimentación y pusimos manos a la obra. Es muy satisfactorio cuando ves que jóvenes de 17 a 21 años se prestan al servicio de la comunidad". 

"Nos hemos encontrado con diversas realidades e incluso hacemos viandas específicas para celíacos y diabéticos, además de que cada comida sea nutritiva. El tema gastronómico es un abanico terrible de enseñanza. Incluso yo, con los años que llevo, día a día aprendo. Es un ida y vuelta con los chicos", sentenció el cocinero mientras repartía potaje de calabaza con carne ahumada. 

Quien tenga donaciones, sobre todo de productos frescos como carnes, verduras y lácteos, se puede comunicar al 2644704894.  

No lo hacen por fama, ni por likes en las redes sociales. Tampoco buscan consagrarse como el chef del año en el reality de turno, pero tienen muy en claro que el vapor que se desprende de sus grandes ollas inundándolo todo de olor a hogar, sirve para llenar panzas y al menos por un ratito, ponerles "el corazón contento" a quienes lo perdieron casi todo. 

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