Historia

Pequeña leona: sobrevivió al terremoto tras la caída de la pared encima y ahora lucha contra las pesadillas

Soledad Valle, mamá de Agustina Flores (6) la nena que sufrió la caída de una pared encima, brindó detalles sobre la noche del terremoto que casi se convierte en tragedia.
lunes, 1 de febrero de 2021 00:00
lunes, 1 de febrero de 2021 00:00

Han pasado 2 semanas de aquel 18 de enero que sacudió a los sanjuaninos. Un terremoto de 6.4 de magnitud en la escala de Richter se sucedió en horas de la noche, para dar inicio a un nuevo capítulo en la historia de San Juan, anecdótico para algunos y doloroso para otros. Tal es el caso de la pequeña Agustina Flores, de tan solo 6 años de edad, quien sufrió quebraduras, golpes y cortes en sus brazos luego de que una pared de ladrillos se viniera sobre ella.

La nena permaneció más de una semana internada y el miércoles pasado finalmente fue dada de alta. A partir de ahora debe visitar el hospital para hacer los controles y poder avanzar en su recuperación. Sin embargo su daño no es solo físico sino también psicológico ya que quedó traumada por lo que pasó.

“En las noches no puede dormir porque se despierta con pesadillas y empieza a recordar, todavía tiene temor de lo que vivió esa noche”, declaró Soledad Valle, mamá de Agustina a Diario la Provincia SJ. Contó además cómo vivió el terremoto que dejó su casa inhabitable, a vecinos en la calle y a su hija internada aquella noche que para Agustina aún no termina. 

“El día lunes en la noche estábamos cenando en la casa de mi hermano y Agustina estaba jugando con sus primitos afuera cuando empezó todo el movimiento del terremoto”, expresó Soledad y continuó: “en la entrada hay una pared en construcción de material de ladrillo y Agustina atinó a ir donde estábamos nosotros, cuando va entrando se agarra de una columna porque no podía caminar y se le vino encima la pared de ladrillo que la aprieta a ella y a un primito”. La situación se puso más dramática para la familia cuando se cortó la luz y en al medio de los escombros no podían encontrar a los niños. 

“¡Fue una desesperación!”, manifestó la madre que recuerda que hasta que pudieron divisarlos debajo de los ladrillos la angustia no mermaba. Agustina se llevó la peor parte, ya que su primo no tuvo heridas graves.

“Ella se agarró de la columna y quedó arrodillada, la parte de la esquina de la pared se la viene encima y la alcanzó a agarrar a ella. Con la misma columna que ella se agarra le hace el corte en el brazo”, explicó Soledad. 

“Gracias a Dios estaba consciente hasta que llegamos al hospital de Pocito y ahí la trasladaron de urgencia al Rawson entrando directamente al quirófano”, recordó subrayando que la angustia mayor que tuvo en aquel momento fue cuando le dijeron que la pinza-monitor que colocaron en su dedo no recibía signos vitales. “Había perdido mucha sangre, el bracito como se le veía parecía imposible de rescatar y gracias a los médicos pudieron operarla”, dijo agradecida por la atención de los doctores que actuaron rápidamente.

Agustina fue intervenida quirúrgicamente en dos ocasiones, ya que tuvo quebradura en el brazo derecho por lo que le pusieron clavos, además de perder una de las arterias principales. “Ella tiene que estar viniendo a curación y también le van a estar haciendo plaquitas para ver cómo va evolucionando el brazo hasta que hayan soldado los huesitos”, dijo la mamá de Agustina que junto a su padre la acompañan en el largo camino de la recuperación. 

En cuanto a la casa de Agustina que es de caña y barro, se encuentra inhabitable ya que se abrieron las paredes. “Gracias a Dios no se cayó del todo la casa y pudimos sacar varias cosas. Ahora estamos en la casa de mi madre, ella nos presta una habitación hasta que podamos levantar una casita”, agregó Valle que resaltó la ayuda de la comunidad para sobrellevar este momento tan difícil que están viviendo: “estamos recibiendo mucha ayuda de gente solidaria que nos lleva portlan, mercadería y ropa. También han hecho rifas para ayudarnos ya que nos trasladamos en remis hasta acá, mi marido ahora no está trabajando para ayudarme con ella, él tiene trabajos temporarios, trabaja en la uva y cobra el fondo de desempleo”.

A pesar de la situación que les toca atravesar, no se quedan con los brazos cruzados a la espera de asistencia, ya que también ayudan a otros vecinos damnificados por el terremoto. “Hacemos comida para todos los vecinos que han tenido muchas perdidas y las casas se les han caído, asique tenemos un comedor ahí”, dijo la joven mamá y finalizó: “por las noches les damos cena y en las tardes merienda a los niños”. 
 

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