Incertidumbre. Ésa es la palabra que engloba el sentimiento que encierra a los empleados de Garbarino en San Juan. De los más de 100 que formaban parte de la plata laboral, sólo hay 12 trabajando y con el miedo de no saber si mañana llegan y el local del Hiper está cerrado como pasó con el que estaba en el microcentro.
"No sabemos qué va a pasar con al empresa", aseguran los trabajadores cuyas noticias con las novedades sólo llegan a cuentagotas a través de la prensa nacional y no hay nada oficial
Ricardo Quinteros lleva 17 años trabajando en la empresa en San Juan y se siento muy agradecido por los años de alegría que le dio. Sin embargo hace 3 años comenzó a ver cómo se venía abajo y ahora atraviesa toda una pesadilla con 6 meses sin cobrar el sueldo.
"Somos 12 personas trabajando y nos turneamos día por miedo. Estamos desde las 10 a 16 horas. Es llegar y no saber qué va a pasar. Nadie te dice nada, no tenes novedades de nada ni de nadie. Solamente los encargados se comunican con regional", expresó a Diario La Provincia SJ.
El empleado destacó que las únicas comunicaciones que tienen con la regional es cuando se trata del proceso de compra-venta de productos pero nada más. "Es vivir con la incertidumbre de no saber si mañana llegamos y está cerrado porque le pueden pedir las llaves del local", lamentó.
En su memoria aún permanece el recuerdo de cuando entró a trabajar a la empresa en el 2004. Mientras era empleado pudo casarse, tener hijos y brindarle un buen pasar a su familia, gracias a la estabilidad laboral. "Mis hijas nacieron ahí. Nunca tuvimos problema. Todos los 4 de cada mes o a lo sumo el 6 teníamos depositado el sueldo. Para el día de la madre recibíamos mercadería y un bono por trabajar previo a esa fecha", recordó con melancolía destacando que "nunca tuvimos problema" y "estoy muy agradecido con la empresa".
"Por eso me duele. Imaginate cuando hicimos la mudanza y vimos el depósito vacío, eso fue muy duro", confesó el empleado que hoy atiende día por medio la empresa y el resto del tiempo reparte semitas y hace comida rápida para vender.
Por su parte, Javier Mier atraviesa una situación similar. Él es empleado de la empresa desde hace 15 años pero hoy está sin ser afectado a trabajar. Al igual que el resto, hace meses que no cobra el sueldo y no sabe en qué condición está.
"Pasar de laburar y de un día para el otro dejar de trabajar, es muy difícil. Estás acostumbrado a recibir un dinero mensual, te metes en deudas como el colegio de tus hijos y de golpe no hay nada y hasta se cayó la prepaga", comenzó expresando.
Él tiene 3 hijos y actualmente su esposa es la que trabaja de manera estable mientras él hace algunos trabajos extras de lo que sale. "Por ahí nos mantenemos con eso, ayuda de familiares. La idea es buscar la vuelta", señaló.
"En estos años mis 3 hijos nacieron estando trabajando ahí. Mi casa la pude tener gracias a la empresa. Durante los años en los que estuvimos trabajando, la empresa siempre estuvo presente y nunca tuve inconveniente. Pero desde hace 3 años hasta ahora todo cambió y ya no es la mismo. Nos adeuda 6 meses, han despedido un montón de gente, no hacen los aportes", destacó.
Gabriel Manzue es padre de familia, tiene 3 hijos y gracias a este trabajo y su esfuerzo pudo criarlas. Ahora hace changas y lo que sea para llevar adelante su familia. Cuando entró a trabajar a esta firma, él tenía 27 años de edad. Aún recuerda aquellos tiempos, donde en la peatonal también habían otros locales grandes y emblemáticos como Falabella y La Rueca. Ambos ya cerraron.
"En mi caso mi mujer trabaja, sino recibimos ayuda de mi suegra, mi madre. Nosotros hacemos changas. Tenemos la posibilidad de buscar otro trabajo pero si entramos a trabajar perdemos 17 años de antiguedad y es volver a empezar. Queremos que esto se defina, que nos digan esto no va más o seguimos para adelante", finalizó.
