Historias

Mónica Agüero, la sanjuanina que se transformó en reina maga gracias a cientos de padrinos y madrinas

Inició con una campaña para devolverle la alegría de la visita de los Reyes Magos a 60 chicos de un hogar y terminó llegando a más de 700.
domingo, 3 de enero de 2021 16:41
domingo, 3 de enero de 2021 16:41

Mónica Agüero es una proteccionista sanjuanina que decidió reencauzar su corazón solidario para que cientos de chicos tuviesen un regalito junto a sus zapatos el próximo miércoles. La idea era convocar a sus contactos para que se convirtiesen en padrinos y madrinas de un niño y la respuesta fue tan grande que terminó llegando con un presente personalizado para más de 700 pequeños.

"Soy proteccionista, trabajo en el grupo choquitos del oeste. Atendemos sobre todo a perritos de Rivadavia y Zonda, pero también a los que vamos encontrando. A raíz de esto, un sábado fuimos con mi esposo a darles de comer a unos que estaban en Comandante Cabot y Meglioli. Pasamos cerca del Hogar de la Medalla. Yo ya venía pensando en hacer algo para los niños de allí. Todos los días les mando a mis contactos un mensajito de esperanza, de buena onda que llamo "bellísima mañana". A algunos se los mando solos y a otros con el Evangelio dependiendo de si tengo entendido que es creyente o no. Así que conecté las dos cosas y se me ocurrió convocar a través de "Bellísima mañana" a que padrinos y madrinas se sumaran a este proyecto de revivir la magia la noche de Reyes Magos", contó Mónica en diálogo con Diario La Provincia SJ. 

El Hogar de la Medalla fue el lugar con el que comenzó esta gran campaña. "Me acerqué al hogar y hablé con las monjitas a cargo. Me dijeron que los niños eran sesenta pero que podíamos extendernos a los hermanitos de manera que quedaran cubiertas las familias. Les expliqué que la idea era que cada niño tuviera un padrino especializado que supiera su edad y su sexo, de manera que le pudiera comprar un regalo y mandarle un mensajito de amor. Les gustó la idea, me puse a trabajar y convoqué a mis contactos. Mis contactos fueron pasando el mensaje y se empezó a hacer no una ola sino un tsunami de amor".

El grupo Medalla Milagrosa de Santa Lucía donó 500 bolsitas de golosinas que van abrochadas a los regalos de los niños.

Con la llegada de más padrinos y madrinas, la campaña se pudo expandir a distintas instituciones de San Juan. "Sumé a los chicos del asentamiento Sagrado Corazón de Jesús de La Bebida, en donde me ayudó la maestra Sandra Tulco, que fue mi puntal para esa zona. Después seguí con el merendero Mercedes Sosa del Barrio Hualilán que incluye unas seis villas y está a cargo de Sole Malbrán. Luego seguimos con el merendero Cuchach Toco del Barrio Wilkilson a cargo de Angélica Chiqui Molina. También sumé a un grupo de chicos que hace actividad física en la Villa Hipódromo con la profesora Érica y terminé con los niños de la Villa Inés y Villa del Carmen con el contacto de Isabel Linares", agregó la coordinadora.

Todos los rincones de su casa se fueron llenando con juguetes personalizados.

La campaña creció tanto que copó toda la casa de Mónica y que llevó horas de trabajo al que se sumaron su hija y su marido para que ningún niño se quede sin regalo. "Empezaron a llegar tantas donaciones a casa que teníamos que ir etiquetando para saber a dónde iban, ya que el padrino sabía el nombre y la edad pero no el lugar. Así que comenzamos a trabajar con mi hija Ana Paula y mi esposo Carlos que me ayudó a hacer los traslados a varios de los lugares de entrega. Además, gente de los merenderos que venía a buscar tandas de juguetes". 

Fue así como un proyecto que inició para devolver el espíritu de Reyes a 60 niños, terminó por llegar a 758 pequeños. "En este año en el que hemos vivido tan para nosotros, encerrados en nuestra realidad, nuestros miedos y evitando mirar a los costados por temor a los contagios, me imaginé que iba a haber un montón de niños que no iban a tener un juguete en la mañana de Reyes. Quería que es despertaran, que miraran sus zapatos y se dieran cuenta de que los reyes se habían tomado el agua, comido el pasto y que sintieran lo mismo que yo experimentaba con mis cuatro hermanos cuando éramos chicos. Creo y espero que se cumpla", sentenció Mónica. 

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