Día del Heladero

Una histórica heladería sanjuanina se animó a innovar helados de vino y fernet

Se trata de Montecarlo que es una heladería 100% familiar que está en San Juan hace 30 años.
martes, 12 de enero de 2021 00:00
martes, 12 de enero de 2021 00:00

El vino y fernet son bebidas tradicionales en bares sin embargo también pueden convertirse en sabrosos helados y una histórica heladería de la provincia se animó a innovar y el resultado fue atrapante. Montecarlo es una heladería familiar con mucha historia en la provincia que detrás de ésta, se encuentran Silvia Augusto y su marido Carlos Martínez, que honran el trabajo artesanal desde hace 30 años en San Juan.

“El de fernet, se llama ´Tentación´, desde hace mucho tiempo lo hacemos, hace como 15 años”, aseguró Silvia a Diario La Provincia SJ quien destacó que el sabor “se le ocurrió" a su marido a partir de que "es una de las bebidas más tomadas de la argentina”.

La fórmula del éxito no es ningún secreto, hay que estar atento al paladar del cliente: “nuestra costumbre es dar a probar el helado a los clientes, se hace un poco si los clientes lo aceptan, sigue”. Una mezcla sencilla: base de crema y una buena medida de este amargo. ¿El resultado? ¿Postre o aperitivo? “Es como si estuviera tomando fernet”, aseguró.

Como si fuera poco, otra obra de la casa gana su lugar desde hace unos años, el helado “Noche Eterna”. Silvia gusta de vinos tintos y el conocido Noche Eterna la inspiró para la elaboración de una nueva variedad de helado con alcohol. “Es un vino tinto dulce muy rico. Lo fui probando con frutilla y otros sabores, hasta que decidí probarlo con coco y quedó mejor. Este lo hacemos por temporada”, señaló sobre las bondades del helado con alcohol.

“Son muy aceptados y es un helado noble. No se endurece, tarda un poco más en perder el sabor genuino, el helado artesanal con el tiempo se pone terroso por la cantidad de azucares que tiene, cuando tiene alcohol se conserva mejor", señaló.

A este par de combinaciones se le suman tres más que son del repertorio clásico, pero que en Montecarlo preparan con especial dedicación. “Para el chocolate cabsha, usamos una pasta que ya trae alcohol, en este caso es whisky que se le agrega a la muestra de chocolate”, rememoró aquellos bocaditos de chocolate tan sabrosos.

“Los kinotos al whisky lo hacemos con el helado de kinotos y le agregamos media botella de whisky, es bien alcohólico”, sonríe la mujer emprendedora. Y por último el de tiramisú: “en una mezcla blanca se agrega café soluble y licor de café, cuando va saliendo de la máquina se siembra con piononos borrachos en licor de café y chocolate”. 

Esta empresa familiar en la que trabajan hasta siete personas, todas miembros de la familia, tiene una larga tradición y es muy agradecido de sus clientes los cuales también consideran como miembros de la misma. “Tengo clientes tan fieles que pasan a ser parte de una familia más grande nos conocemos de tantos años”, expresó.

“En invierno, en julio y parte de agosto, cerramos un mes y medio para descansar, aquí trabajamos entre 17 y 18 horas diarias. Los clientes siempre vuelven y preguntan sobre nuestros hijos. Igual nosotros, siempre estamos pendientes de ellos, eso es muy bueno”, confesó.

Para el futuro esperan poder continuar y hacer tradición en este trabajo que hacen con mucha dedicación. “Queremos que nuestros nietos continúen con el trabajo, pero no se los vamos a exigir. Mis hijos nos ayudan, pero cuando eran chicos hemos estado muy dedicados al trabajo de la heladería y ellos han buscado sus propios proyectos”, finalizó Silvia, consciente de que es una labor que debe hacerse con amor.  

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