Historia

Don Martín, el productor sanjuanino que no baja los brazos en plena pandemia

Jorge Andrés Martín vive en Angaco y gracias a las tierras heredadas por su padre, hoy es el encargado de viñedos y animales. Su historia en medio de la pandemia y su deseo para que el virus no perjudique su labor.
domingo, 6 de septiembre de 2020 00:00
domingo, 6 de septiembre de 2020 00:00

A 18 kilómetros de la ciudad de San Juan y a 2 kilómetros del centro de Angaco, trabaja en su propia finca Jorge Andrés Martín, un productor de toda la vida dedicado a la vid gracias a las tierras que le heredó su padre, y productor fiel en esta pandemia. Don Martín, como es conocido por los vecinos del lugar, ofrece parte de su producción a comerciantes de alimentos y quienes transforman la materia prima en productos varios de exportación. 

En medio de la pandemia por coronavirus, el hombre de 58 años que además cría animales, cuenta que a diario le pide a Dios para que el virus no siga avanzando en San Juan y provoque algún tipo de interrupción en su tarea, aunque sabe mejor que nadie que su labor es esencial. 

"Acá tengo viñedos de hace 60 años, ahora terminamos la época de poda y estamos en la atada. En este lugar se respira aire puro y con el obrero que tengo trabajamos tranquilos, pero pensamos en lo que podría pasar si la cosa se pone difícil", relata Jorge a Diario La Provincia SJ, mientras recorre sus tierras y divisa los primeros rayos de sol de la mañana. 

El hombre, que también trabaja en la producción del vidrio de noche para dar un mejor pasar a su familia, tiene un objetivo claro, el poder terminar el año de siembra y lograr cosechar el producto que le permita seguir viviendo.

"Al principio cuando todo empezó allá por marzo, teníamos miedo pero seguimos igual. Ahora hay que ver qué pasa, yo prefiero estar 24 horas trabajando sin parar que estar todo el día en un hospital con coronavirus. Nunca me operaron de nada y solo una vez tuve un problema médico. A los médicos los quiero y les agradezco todo lo que hacen y se sacrifican, pero no quiero estar cerca", cuenta entre risas y nervios por la situación. 

Los kilos de producción que Jorge obtiene gracias a su incansable trabajo, las provee a la fábrica Lomas del Sol, ubicada en Albardón, donde se comercializan productos de exportación a Estados Unidos y otros países de América. 

"En cuanto al trabajo y venta no tuvimos problemas en este tiempo, para mi es un orgullo poder vender las uvas que salen de Argentina. En otros países me imagino familias numerosas, mesas largas comienzo las pasitas de acá de Angaco, de estas tierras. No me gustaría que el coronavirus frene todo eso, más allá que es con lo que a mi familia le doy de comer, cuando exportan no solo envían un producto sino el trabajo con esfuerzo de un productor que a veces pasa por cosas muy difíciles para obtener una buena cosecha. Esto tiene historia, fue de mi papá, eso también se envía", revela con emoción. 

"Lo que nos interesa a nosotros es trabajar la calidad, ofrecemos uvas de variedad cereza, torrontés y flame, y aunque la cantidad no es tanta, siempre otorgamos calidad. Le pido a Dios que podamos terminar la temporada y el año para poder entregar como se debe una vez más, que el virus no se meta entre nosotros, que nos cuidemos hoy más que nunca. El esfuerzo del trabajo en la tierra es mucho. Tuvimos suerte ya que el trabajo de vitivinicultura no fue muy afectado pero uno nunca sabe", agrega. 

Las pasas de don Martín al mundo

A cargo de Lomas del Sol, empresa que compra la producción de don Martín, Francisco Paladini asegura que en este tiempo de pandemia la exportación se mantuvo igual aunque no dejaron de percibir algunos problemas en el proceso. 

"Gracias a Dios no tuvimos mayores inconvenientes en la exportación ni grandes cambios. Una vez que enviamos el producto, generalmente se recibe sin problemas aunque en casos puntuales registramos algunos días de demora, pero es propio a lo que el mundo está viviendo. Ahora, por ejemplo desde nuestro lado estamos percibiendo demoras en la recepción de insumos que llegan desde Estados Unidos, país que también recibe nuestros productos, pero hay que entender la situación", explica. 

Son más de 350.000 kilos de uva los que el productor angaquero ofrece a la empresa, una de las pocas que recibe la variedad cereza, encargada de convertirla en variedades de snack para otros países. 

"Para la pasa ha sido un año difícil ya que cayó bastante el precio y todo tiene que ver con todo, con la pandemia, Brasil y el contexto mundial. La ventaja que tenemos es que en nuestra empresa tenemos gran variedad de productos, no solo somos paseros. Buscamos en la totalidad un equilibrio que también nos permite poder comprar a los productores locales y tener buenos tratos con ellos", cuenta. 

Y en el contexto actual que vive la provincia por la pandemia, Paladini aseguró que "aceleremos la producción porque no sabemos qué puede pasar el día de mañana. Aunque se hayan tomado todos los recaudos esto es un momento a momento". 

Es así que en cada uno de los eslabones de la cadena, ahora el terreno es incierto y sólo queda seguir y trabajar el momento que se vive, esperando que todo mejore y que reiterando el pedido "a Dios" para que la pandemia no afecte al sector. 

 

 

 

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