Cuando los sueños tiene una base sólida no hay pandemia que los remueva. De esa forma se esperanza y trabaja Camila Valverde, una joven sanjuanina que se encamina a convertirse en profesional de la gastronomía y que durante tiempos del coronavirus supo conquistar a los sanjuaninos a través de redes sociales.
Es que sus perfiles en Instagram y Facebook se llevan todos los corazones a la hora de ofrecer sus productos y mostrar lo que sabe hacer, además de enseñar y dar los mejores tips sobre los más ricos sabores que se pueden experimentar.
"Me fui de intercambio a Bélgica en 2015 y 2016, que es la capital de la chocolatería en el mundo y ni hablar de las panaderías. Además de subir un par de kilos, me enamoré de la experiencia ya que generalmente uno suele ver las cosas como un simple producto, y yo lo tomo más como una experiencia de sabores y detectar orígenes. Esas fueron muchas de las cosas que me fueron pasando. Cuando volví a San Juan encontré la pasión por accidente, se puso de moda vender donas acá y arranqué con ese tema, ahí descubrí todo ese mundo escondía detrás, busqué hacer las mejores donas y a mi gusto lo logré", contó Camila a Diario La Provincia SJ.
Gracias a esa aventura que la mantuvo lejos de casa, fue que aprendió las sorpresas del mundo en materia gastronómica que hoy trata de replicar en sus increíbles creaciones. Panadera, chocolatera, pastelera y también barista, Camina emprende en pandemia un nuevo sueño que la llevará alto en San Juan.
"Tengo muchísimos sueños y metas, y la pandemia me perturbó en ese tema, en el no saber cuándo voy a poder seguir adelante. Pronto voy a abrir mi propio local físico y mi deseo es emular una confitería y panadería europea, que también sea cafetería y no voy a parar hasta conseguirlo", explicó ilusionada.
Es que en redes sociales, Camila pisa fuerte. "Creo que de esta crisis podemos sacar muchas cosas positivas. Creo que las redes nos llevaron a considerar que son esenciales en esta pandemia ya que la atención al cliente y la muestra de productos a través de ellas es fundamental".
Y agregó que "cuando comencé con la venta de donas tuve muy buenas repercusiones ya que apuntaba a un producto de diseño, buscaba mucha estética. Existe una pastelería de tendencia que es muy colorida, yo punto más a lo tradicional, al concepto del producto, que uno lo vea y de acuerdo a su color, formas y texturas se pueda imaginar de lo que va a probar. Un pastelero muy importante que yo admiro dijo una vez que ´primero se prueba con la mirada, después por la boca y después con el corazón´".
Al día de hoy, cuando que aún no se considera una profesional y sabe que aún le queda un largo camino por recorrer. "Aunque sea profesional, siempre me va a faltar porque en chocolatería y pastelería uno nunca deja de crecer. Sin embargo, me fui adaptado al mercado cuando decidí ponerme en carrera y no sólo ofrecer donas, y empecé a estudiar mucho más sobre", admitió.
Y añadió a su palabra que "le metí a las redes sociales para la difusión ya que no importa dónde estés situado o si tenes un lugar físico, importa más cómo llegás a la gente y qué versión tuya vas a brindar y qué impacto va a causar en las personas. Hice una selección de todas las cosas que había aprendido para poder incorporarlas a mis ventas, dentro de lo que consideraba que era mi identidad y que vuelve un poco a los orígenes".
"Ahora estoy estudiando en el Instituto Argentino de Gastronomía en Buenos Aires, y voy en camino a conseguir mi título de profesional gastronómico. Quiero dominar la gastronomía. También estoy haciendo un máster con uno de los pasteleros y chocolateros que me hizo apasionarme por eso, que es Luciano García y que es una inspiración para mi", finalizó orgullosa.