Su sonrisa se extiende plenamente en su rostro. Sus ojos le brillan y transmiten esperanza. Alejo Delahaye tiene apenas 4 años de edad y ya se "puso los guantes de lucha" para hacer frente a una enfermedad que nadie la imaginaba en su familia: leucemia linfoblástica. El diagnóstico lo obtuvieron en medio de la pandemia, donde los miedos surgen pero a los que se les hace frente con toda la fuerza.
Alejo llegó 11 años después que su hermana mayor, Sofía, y vino acompañado de dos hermanos más: Eugenio y Emilia. Su mamá es enfermera del Hospital Rawson y su papá es ingeniero mecánico y docente. Los cinco son quienes acompañan esta lucha en primera fila pero él es el protagonista y la lleva con gran entereza y fortaleza.
"Lo descubrimos a partir de un control. Nunca manifestó síntomas que estuvieran relacionado a lo que hoy sabemos que tiene. Hace 2 semanas, un sábado en la tarde hizo un poquito de fiebre, era fin de semana y nunca manifestó ningún tipo de dolencia ni malestar", comenzó expresando Marcos, papá de Alejo, a Diario La Provincia SJ.
El lunes posterior a ese fin de semana, visitaron al pediatra pero ya sin síntomas y sólo manteniendo una pequeña febrícula. Cuando el médico lo revisó encontró "cosas extrañas" como ganglios inflamados y eso derivó a hacer una ecografía abdominal. El resultado fue el hígado y el baso inflamados. Eso llevó a un análisis de sangre de urgencia que indicó una "anemia muy importante".
Con ese cuadro fue derivado al hospital Rawson, y al día siguiente la jefa de Oncología, doctora Rieta, les confirmó que el pequeño tenía leucemia linfoblástica. Éste es un tipo de cáncer muy común durante la niñez que ocurre cuando una célula de la médula ósea presenta errores en su ADN.
"El último de los análisis había sido a fines de mayo y estaban perfectos. De hecho los médicos usan el termino de debut y no hay explicación alguna de lo que tiene", señaló Macros y agregó: "este tipo de enfermedad llega de un momento para el otro y en algunas evoluciona de una manera y en otro chicos de otra forma. Lo bueno es que es chiquito y tienen una capacidad de autoregeneración, autoreparación impresionante. Es admirable cómo los niños se bancan este proceso y lo bien que se recuperan".
El padre contó que tienen un "buen pronóstico" y sabe que se viene "un largo tratamiento, con altos y bajos, pero súper invasivo". En este camino el pequeño no está solo. Detrás de él está su familia acompañando la lucha pero también cientos de sanjuaninos que se sumaron con cadenas de oraciones de diferentes credos y campañas en las redes sociales, desde facebook hasta por whatsapp.
Hoy Alejo es el gran luchador que moviliza a muchos sanjuaninos que sin conocerlo ya lo quieren y se preocupan por su salud. Incluso están dispuestos a donar sangre y plaqueta y en la primera convocatoria que la familia hizo, la respuesta fue "impresionante".
"Eso es muy positivo y un poco lo que nos estamos aferrando: la cantidad de gente que hay, incluso que no conocemos y nos están apoyando. Hay hasta metafísica de por medio, todo suma y estamos encaminados con la mejor de las voluntades, tratando de mantener el ánimo que es lo que va a prosperar en el tiempo. Es muy complicado, triste y doloroso pero estamos convencidos que saldrá bien", agregó el papá.
El pequeño ya lleva 10 días de tratamiento de quimioterapia y el miércoles fue la primera vez que recibió medicación por vena. Pese a esto, su ánimo y fuerza es admirable.
"Así como estaba aquel sábado que empezó todo, está hoy. Es una personita que no manifestó dolencia de ningún tipo, come bien y hace todas las actividades sin problema. Estamos convencidos que ésta es una realidad que vivimos gracias a todas las personas. Tengo palabras de agradecimiento, con el corazón, a todos los sanjuaninos", señaló Marcos.
El lunes faltaban plaquetas para el tratamiento y eso postergó su transfusión para el martes. Después de que se hiciera una convocatoria en las redes sociales, "en mediodía el IPHEM colapsó de la cantidad de gente que fue a donar". "Eso fue maravilloso", dijo con emoción el padre desde la habitación del hospital, al lado del pequeño.
Alejo va a necesitar más plaquetas porque el tratamiento recién empieza y en algún momento volverá su familia a pedir colaboración. Para ese día, esperan seguir teniendo la misma respuesta de la gente, y desde ya están muy agradecidos.
¡Fuerza Alejo!
