Historia

Burbuja sanitaria: colabora con los abuelos y alimenta a los callejeritos pero necesita ayuda

Desde el pasado 19 de agosto, el barrio Justo P. Castro 1, permanece en lo que se denominó una "burbuja sanitaria". Silvina Rey vive allí y necesita ayuda para al
lunes, 31 de agosto de 2020 00:00
lunes, 31 de agosto de 2020 00:00

Es el punto de Caucete donde se habría generado el brote del coronavirus. Allí una gran cantidad de vecinos transitan la enfermedad y todos permanecen encerrados para evitar contagios. Desde el pasado 19 de agosto, el barrio Justo P. Castro 1, permanece en lo que se denominó una "burbuja sanitaria" que obliga a no poder circular por las calles ni compartir una charla entre vecinos en la vereda. 

En este escenario, una vecina se convirtió en referente de ayuda tanto para los abuelos que viven en la zona como también para los perros callejeros que, por este aislamiento, mermaron en gran medida la posibilidad de alimentarse. Se trata de Silvina Rey, presidenta de la Asociación Civil Campito San Roque, quien vive en ese barrio y hace todo lo que puede para tender una mano en la adversidad.

"Estamos amargados, nos sentimos discriminados. Si decís que sos del barrio Justo P. Castro te miran como si tuvieras lepra. La mayoría son personas mayores los que viven acá, con patologías oncológicas, diabéticas, hipertensas que lamentablemente no pueden salir y los hijos no pueden ir a verlos", comenzó expresando Silvina quien manifestó la dureza que están viviendo desde que estalló la pandemia en el lugar.

Ella vive ahí hace bastante tiempo y ama al lugar pese a todo. Su espíritu solidario hace que atienda a los vecinos del barrio que por ser del grupo de riesgo no pueden salir. A ellos asiste haciéndoles las compras de comida o medicamentos, además de atenderlos cuando lo necesitan.  

"Las personas no pueden salir y por eso me hago cargo de hacer los mandados. Salgo, voy y vengo pero no entro a la casa de ellos. Les tiendo una mano porque cómo los puedo dejar solos a los viejitos. Yo hago lo que puedo pero estamos amargados porque dicen que acá empezó todo", señaló Silvina quien ama también los perros y por ellos siempre hizo fuertes campañas para no dejarlos solos.

Y ahora no es la excepción. Pero la pandemia ha azotado a los animales callejeros en gran medida. Es que por la poca circulación de gente en las calles durante el aislamiento total que vivió Caucete, muchos no pudieron seguir alimentándose como era habitual. Sin embargo, los del barrio Justo P. Castro 1 aún viven este aislamiento y Silvina se las rebusca para no dejarlos solos.

"Con el tema animales estamos complicados por la comida y el celo del animal. Pero estamos todas las organizaciones en la misma situación. No hay cómo alimentar a los animales. Y en mi barrio no se puede entrar ni salir", explicó.

El problema radica en que Silvina no puede ir al centro a buscar las donaciones de alimentos y hasta el viernes pasado tampoco podía nadie acercar las donaciones hasta el barrio. Ella se hace cargo de los animales del lugar pero está sin trabajo y la comida para los perros la consigue pidiendo fiado pero eso no puede sostenerlo por más tiempo.

"No tenemos permiso para circular y con esto del aislamiento hay muchos más perros. Los vecinos dan algo de comida porque la manada cuida la cuadra pero no es suficiente. A las 9 de la mañana mi mamá sale con el tarrito y en la noche también pero los perros miran con los ojos largos", confesó. 

Toda la familia de Silvina Rey es "bichera". Su mamá Susana Daruni colabora con la atención de los perros que calculan que son alrededor de 14. 

La Asociación Civil Campito San Roque es conocida en Caucete y en la provincia por promover el cuidado y rescate de los animales de la calle. Ellos están a cargo del refugio de animales de San Juan donde se construirá un hogar para los perros de la calle. Allí ya sufrieron 2 robos grandes, donde desconocidos se llevaron lo que iba a ser el cierre perimetral.

 

Además la asociación tiene una deuda aproximada de 50 mil pesos con la veterinaria El Retoño que atendió a uno de los perros que rescataron: Balto. Este animal había sido baleado en la columna, en noviembre del año pasado en Santa Lucía y murió en febrero.

Para poder pagar la deuda, habían organizado una serie de actividades para hacer desde marzo pero la pandemia les frenó todos los proyectos y hoy necesitan más que nunca la ayuda de todos los sanjuaninos.

 

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