Solidaridad

Se les incendió la casa y amigos rifan un lechón para reconstruirla

Juntaron diversos premios y ahora venden los números de forma online. También reciben materiales de construcción.
domingo, 23 de agosto de 2020 18:56
domingo, 23 de agosto de 2020 18:56

A fines de julio, un cortocircuito terminó en un voraz incendio que consumió la mayor parte de una casa en calle Córdoba entre Balaguer y Aberastain, en Santa Lucía. Allí vivían tres hermanos quienes sufrieron grandes pérdidas. 

"La cocina estaba conectada con dos habitaciones y se quemó todo. Lo único que quedó fue la habitación del mayor porque está separada de la casa y es a donde están viviendo todos. Por suerte mis hijos habían salido", contó a Diario La Provincia SJ Violeta Robledo, la madre de los jóvenes.

Las pérdidas fueron grandes y por ahora están viviendo en una habitación que estaba apartada del resto de la construcción. "No nos quedó nada. Ahora nos tenemos que enfocar para que tengan un techo pero necesitamos reponer también todo lo de la cocina y las camas. Levantar paredes es muy caro", señaló la mujer.

Por ello, amigos, vecinos y familiares decidieron poner manos a la obra y realizar una rifa para ayudarlos. "La gente nos preguntaba cómo podía colaborar y nos pareció que esta era una forma de poder beneficiar a quienes nos ayudaban. Con la vuelta a la fase 1 tuvimos que venderlos de forma online, así que los interesados se comunican con nosotros y nos hacen una transferencia a la cuenta cuyo CBU es 0110474930047439958415. Cada número cuesta $200 y se pueden ganar un lechón, una pava eléctrica, un conjunto de camiseta y pantalón del club Alianza, y una caja con 6 botellas de fernet", explicó Violeta.

El sorteo se realizará en 12 de septiembre a través de Quiniela Nacional. Quien pueda colaborar puede comunicarse con ella al 2644467396.

Su historia
Los damnificados son una familia acostumbrada a ponerse de pie tras cada golpe. Se trata de los Cappes Robledo quienes hace nueve años sufrieron el asesinato de su hermano José María. El 9 de julio de 2011, a las 5.00 de la mañana, el joven de 22 años fue atropellado en calle General Acha y Progreso, en Rawson. Él iba caminando junto con cuatro amigos, de los cuales algunos resultaron heridos pero pudieron salvarse.

El conductor del auto se dio a la fuga y nunca dieron con su identidad. El Ministerio de Gobierno puso una recompensa de $100 mil para quien puediese aportar datos pero nada ocurrió. La causa prescribió, José María nunca recibió justicia y su familia tuvo que aprender a convivir con el dolor.

"José María es nuestro ángel. Ahora debemos unirnos más que nunca. Sé que nuestro angelito desde el cielo nos ayuda mucho y Dios jamás me soltó la mano. Pensando en frío, por más que perdimos todo, agradezco que ellos estén bien", sentenció la mamá.

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