Historias

"Es extenuante": la difícil espera de una familia sanjuanina que tiene un papá transportista

Silvia Matamoro Bačova no ve a su esposo desde el 29 de mayo. Imrich Baca trabaja en cargas peligrosas y tomó una dura decisión, en base a las normativas vigentes en la provincia.
domingo, 2 de agosto de 2020 11:57
domingo, 2 de agosto de 2020 11:57

Silvia Matamoro Bačova conoce a la perfección el trabajo de su esposo Imrich Baca, un eslovaco que es sanjuanino por adopción y que tiene una vasta experiencia como camionero de cargas peligrosas. Su régimen de trabajo en pandemia se extendió ya que por la disposición de la cuarentena obligatoria en San Juan, no le conviene llegar hasta la provincia ya que no podrá ver a su familia. Tras cumplir el aislamiento de 14 días en hoteles, un camión lo estará esperando para regresar a la ruta sin poder disfrutar de sus seres queridos.

Llevan muchos días sin verse y eso les resulta muy estresante, triste y les genera muchos sentimientos encontrados. "Estuvimos averiguando con STOTAC, informándonos sobre la normativa nacional y provincial y realmente no le conviene venir. Este 29 tenía que estar en casa y decidió seguir; acumular francos y poder realmente tener los días necesarios para cumplir con las disposiciones de la provincia y estar con nosotras. Es muy difícil y nos duele la falta de solidaridad y empatía con los transportistas. Hay mucha crítica en las redes sociales, muchos comentarios desinformados y no saben lo que pasamos como familia de transportistas. Es extenuante y lo que nos está pasando es lo peor; nos sentimos abandonados", señaló Silvia a Diario La Provincia SJ.

Silvia y su esposo Imrich. El reencuentro espera desde el 29 de mayo.

Su esposo partió el 29 de mayo pasado a cumplir con su labor esencial y tras la decisión tomada, no lo verán por 60 días más. Una eternidad. "Mi esposo pasa sus días en un habitáculo de 2 x 2 en el que sólo puede moverse unos centímetros a su derecha. Tiene una cama en la parte de atrás pero a veces no puede usarla. Para poder acceder a un garrafín tiene que salir de la cabina y si no le permiten bajar ¿qué puede hacer? Las normativas son muy duras con ellos que abastecen a todo el país", agregó.

En el caso de Imrich, su camión no tiene faja ya que por lo que lleva (insumos petroleros) no es necesario que se baje de la unidad. "Los que llevan faja son los que llevan cargas generales o verduras porque deben bajarse a descargar. Entre los colegas de mi esposo no hay contagiados de COVID. No estamos en contra ni cuestionamos las disposiciones sanitarias de San Juan pero esperamos que se contemple la situación de transportistas que son de San Juan y trabajan para empresas de otras provincias. Los toman como foráneos. En la empresa para la que trabaja hay 5 sanjuaninos que están lejos de sus familias. Al llegar aquí, tienen que pagar el hotel de su bolsillo bajo el riesgo de no ver a sus hijos, si al terminar el aislamiento los espera de nuevo el camión", señaló.

Una de las hijas de la pareja se unió a una iniciativa de las familias de transportistas.

Debido a que Imrich no volvió a San Juan y tras conocer el robo a un anciano en Sarmiento, quiso colaborar con él ante la impotencia de lo ocurrido. "Él recordó a su abuelo que sobrevivió a dos guerras mundiales. Y este señor no merecía pasar por lo que pasó. Además, vive de una manera muy precaria. Colaboramos con la campaña que coordinaron Omar Vaca y Fernando Merino. Lo que hizo trascendió más de lo que pensamos y tomó demasiada dimensión. Mi esposo es solidario y ayudó desde su lugar. Lo han felicitado hasta en su trabajo pero no esperaba tanta repercusión; fue mucha para él", acota.

Imrich es conductor de cargas peligrosas. 

En ese sentido, Silvia destaca que lo que les importa como familia es mantenerse unidos en estos tiempos duros en los que "los transportistas están estigmatizados, cansados y expuestos a choques. Es decir que lo que por legislación marcaba que debían descansar y estar protegidos, no se cumple. No pueden bajar al baño, se les complica comprar comida y están lejos de sus familias. Todo esto nos afecta y hay una tensión que lleva incluso a que haya discusiones. Hay parejas que se han separado en estos meses. Nos sentimos abandonados; por eso pedimos que, como sociedad, nos demos cuenta de lo poco solidarios que estamos siendo". 

Imrich actualmente está trabajando en provincia de Buenos Aires, ya que la empresa en la que trabaja decidió preservarlo de ir a países limítrofes. En La Plata están dos de sus hijas, cumpliendo una cuarentena muy estricta y en San Juan, su esposa y otra hija sólo esperan que pronto puedan abrazarse.

 

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