Historias

Víctor Barroso, el doctor sanjuanino que dedica su vida a ayudar en zonas alejadas

Desde que era un niño tenía clara su vocación y hace más de 20 años comenzó su recorrido por los diferentes centros de salud de las zonas rurales.
sábado, 4 de julio de 2020 17:12
sábado, 4 de julio de 2020 17:12

La medicina es una profesión de sacrificio, no solo por los años de estudio y perfeccionamiento, sino también porque requiere estar en contacto con personas que están atravesando duros momentos. Víctor Barroso decidió desde muy joven que esa iba a ser su profesión y con el tiempo se dio cuenta de que su pasión por ayudar a los demás iba a ser más aprovechada en las zonas rurales. Hoy, a más de 20 años de que iniciara su recorrido como médico rural, dialogó con Diario La Provincia SJ y contó cómo es enfrentarse a diversas realidades desde la medicina. 

"La idea de ser médico la tuve desde siempre. Desde chico tuve la necesidad de sentirme útil y creía que con la medicina tenía una buena opción de poder hacerlo. Estudié en la Universidad de Córdoba, tuve la opción de irme a Buenos Aires, entré a la residencia allí pero decidí volverme a San Juan. Siempre tuve ganas de volver a mi provincia. Empecé haciendo clínica médica en el Marcial Quiroga, estuve un tiempo en Cirugía, pero no me encontré en esa especialidad. Después empecé a hacer medicina de familia que fue todo lo que estaba buscando en una especialidad, que colmaba mis expectativas", explicó.

Hace dos décadas le llegó la oportunidad de hacer historia y participar en la creación del primer centro de salud municipal. "El ser médico rural se fue dando de a poco. Empecé con la clínica médica en donde hacía consultorio y sala de pacientes en el Hospital Marcial Quiroga. Al ingresar a la especialidad de Medicina General, empecé mi base en el Centro de Adiestramiento Rawson, de ahì a varios centros de salud que quedaban periféricos como Villa Huarpe. Circunstancialmente, allá por el 2000 me ofrecen un trabajo en un Centro de Salud en Ullum que se estaba empezando a formar un servicio de asistencia médica municipal que fue el primero en la provincia. Funcionábamos en un horario que era muy atípico porque lo que se buscaba era atender a los jornaleros, es gente que por ahí no estaba en todo el día en su casa y cuando volvía en la tarde noche se encontraba con que tenía a los chicos enfermos. En la mecánica que tenía Salud Pública en aquellos tiempos no había atención por la tarde, solo por la mañana. Así que empezamos a armar un sistema de consultorios y de guardias, y fue mi primer acercamiento a una zona urbana pero al mismo tiempo rural porque estaba alejada de la Capital. Allí empecé a entender sobre la vida rural, y me quedé trabajando casi nueve años", recordó.

El doctor en un ateneo que se brindó en 25 de Mayo (previo a la pandemia).

En su extensa trayectoria, ha recorrido las cinco zonas sanitarias y siempre se mantiene orgulloso de trabajar por y para los sanjuaninos. "Me salió la propuesta de irme a vivir a Iglesia. Estuve en Tudcum dos años y de ahí pasé a ser Director del Hospital de Rodeo, pero atendí en todos los Centros de Salud de Tudcum. Pasé por Jáchal, Albardón, tuve un lindo recorrido por las zonas periféricas. Luego, cuando por otras razones tuve que dejar Iglesia opté por irme a Media Agua, estuve en Los Berros y de ahí tuve le pase a 25 de Mayo", relató el doctor quien actualmente ejerce como director en el microhospital Santa Rosa.

Reunión de los jefes de salud de 25 de Mayo (previa al coronavirus).

Hubo épocas en las que la falta de insumos hizo estragos en la salud, pero los médicos siguieron adelante, atendiendo con lo poco que tenían. "Me ha tocado vivir de todo. Hoy los municipios colaboran mucho con la salud pero hemos pasado épocas muy duras de falta de insumos. En el 2001, en plena crisis, el material era tan escaso que a veces era muy difícil atender y no correr riesgo. Me tocó atender a dos hermanos que se habían herido el uno al otro, trasladarlo con el material justo que teníamos, volver y tener que atender al hermano con un solo guante porque no había más. Por suerte, ahora la periferia se ha ido fortaleciendo".

¿Qué implica ser médico rural?

Obviamente, la principal característica es que atienden a pacientes en zonas rurales, pero implica mucho más que eso. "El médico rural tiene como característica que tiene que ser cercano a la gente. Uno llega a lugares en donde hay una forma de vida, una cultura, un contexto al que hay que adaptarse. Hay que contribuir con lo que uno sabe para mejorar las cosas, pero hay que entender que uno está en una cultura distinta, incluso dentro de un mismo departamento hay diversos conjuntos de creencias y estilos de vida. Hay que ser muy empático para ser médico rural porque eso facilita el acceso. Hay que entender las características del lenguaje, la idiosincrasia, hay que ser muy respetuoso de las creencias. El médico rural transita los mismos espacios que los pacientes por lo que es necesario tener una buena relación".

"En todos los lugares por donde pasé dejé una partecita mía pero me llevé muchas satisfacciones. Los médicos rurales no somos muy visibles para los médicos de capital, pero para la gente a la que tratamos somos importantísimos, somos un recurso muy valioso y cuando tenemos la suerte de generar ese vínculo de afecto es interminable y es muy gratificante", sentenció.

Comentarios