Historia

El Encón, el pueblo sanjuanino en la frontera que ruega que "no ingrese el coronavirus"

A metros del ingreso al pueblo se encuentra el control policial y sanitario. Los vecinos reconocen que la frontera es un punto latente para que entren contagiados desde San Luis o Mendoza.
lunes, 27 de julio de 2020 00:00
lunes, 27 de julio de 2020 00:00

Las calles están vacías, con poco movimiento y transmitiendo una sensación de ausencia. Un par de niños anda en bicicleta mientras otro par sale del almacén corriendo para llegar rápido a la casa. Desde que se conoció la llegada de la pandemia a la Argentina, muchos pobladores de El Encón viven con cierto temor. Sienten que a pesar de los controles policiales, la frontera es un punto latente para que entren contagiados desde San Luis o Mendoza y puedan generar "una pesadilla". 

El pueblo está ubicado en 25 de Mayo, sobre ruta 20 a 113 kilómetros de la Ciudad de San Juan. Cuenta con más de 400 habitantes distribuidos en diferentes puntos, a ambos lados de la ruta. En un lado, está el comedor, que supo ser el lugar de paso de muchos camioneros; la gomería y algunos puntos de venta de chivos. Para el otro lado, está la escuela, el Centro Integrador Comunitario y 2 almacenes. El resto son casas con familias que viven de diferentes tareas pero muchos de los cuales por la pandemia quedaron sin posibilidad laboral. 

"Yo nací acá y el pueblo ha cambiado bastante. La gente está muy asustada con el tema del virus. Tenemos el riesgo de contagiarnos. Es un pueblo lejos de la ciudad y no dejamos de estar en peligro por el tema de la ruta. Encima ahora tenemos el control acá, que hacen los hisopados muy cerca del pueblo y sentimos que es un peligro que estamos corriendo acá por el tema del virus", comenzó expresando a Diario La Provicia SJ, Soledad Mansilla (35) vecina del lugar y madre de 3 chicos de 20, 17 y 13 años de edad.

La mujer contó que el temor que tiene es por sus hijos y también por su mamá y papá que son mayores de edad. Si bien en el control sanitario de El Encón hay un estricto protocolo que impide bajarse y cruzar al pueblo, los vecinos tienen una rara sensación.

"Algunas personas aún no caen en el tema del virus y el contagio, no le dan mucha importancia pero otras personas tenemos miedo porque estamos muy expuestos. Más que nada porque el policía y camionero que se para ahí tienen necesidad de comprar en el negocio y no sabemos si lo hace y si está contagiado. Con el solo hecho que se contagie uno, estamos expuestos a terminar todos contagiados", señaló.

El mismo sentimiento lo acompaña Hugo Fernández. El joven tiene 26 años de edad y vive pocos metros antes del control policial. Nació en esa casa y toda la vida vivió allá. Hoy comparte el mismo techo con su madre que tiene 48 años de edad. Asegura que está "acostumbrado" al movimiento de los camiones y su sonido por la ruta pero el actual contexto sanitario del país lo llena de incertidumbre.

"Es un punto clave éste pero estoy acostumbrado a este movimiento. Siempre fue así. Mucho no cambió la cantidad de camiones que transitan habitualmente a lo que es ahora. Sí hay un punto que al pueblo le da miedo y es que el control esté tan cerca porque se está complicando la cosa", expresó apoyado en el alambrado de su casa y con el cartel de fondo que advierte que allí se venden chivitos.

Actualmente por la pandemia él y su mamá decidieron no seguir vendiendo para evitar el contacto con todo el que ingrese a la provincia. Y si bien es una forma de cuidarse, sabe que en cualquier momento puede entrar al pueblo el virus.

"Hay que tener una cuota de realismos que los camioneros y la gente que pasa por acá ayudan mucho al pueblo porque hay gente que no tiene laburo y sale a vender café y ellos les compran. Los que tienen comedores necesitan vender e incluso los que venden chivos. Ahora es tiempo de vender y ayuda muchísimo con los camioneros. Además es importante reconocer que ellos son personas y andan laburando", agregó.

Mendocinos en San Juan
El Encón es un pueblo donde no solo residen sanjuaninos sino también hay varios mendocinos y puntanos residiendo allí. Natalia Aguirre es oriunda de Mendoza pero hace 18 años vive allí junto a su esposo e hijos de 6, 15 y 17 años de edad. Reconoce que en estos meses "cambió muchísimo" el lugar producto de la pandemia, más que nada "porque la gente no puede salir a trabajar y eso perjudica un montón".

"Para nosotros todo es más barato en Mendoza. Ahora no tenemos acceso para pasar para el otro lado, está todo vallado", lamentó a lo que su marido, Osvaldo Castro agregó: "mi padre es oriundo de acá y yo he vuelto hace 18 años. Estuve 17 años viviendo en Mendoza y allá la conocí".

"El miedo al virus está pero veo cuando voy a Caucete que allá la gente andan sin barbijo y no respetan la distancia. En cambio yo voy a comprar y llevo alcohol y siempre a la distancia. Mi primo tiene 4 chiquitos y tenía terror de ir a Mendoza a comprar, hasta que se cortó todo", subrayó. 

Osvaldo y Natalia tienen un almacén en el corazón del pueblo y reconoció que las restricciones propias de la pandemia lo llevaron a no poder traer diferentes productos de Mendoza donde le costaba más barato. "Esto vino para quedarse como tantos virus. Es convivir con esto, seguir cuidándonos hasta que salga una vacuna segura. Nos va a cambiar la vida porque nos ha enseñado a respetarnos más como persona, saber vivir el día a día. Nos ha tenido encerrados, más allá que tenemos una libertad distinta porque me voy al campo, porque tengo animales y estoy 8 días allá y vengo 2 días acá", aseguró. 

A pocos metros de este local vive María Maldonado, una mamá de 38 años de edad que también nació en Mendoza pero reside en El Encón desde hace 14 años. Hasta allá llegó con su marido y tiene 4 hijas. Desde que comenzó la pandemia el contacto físico con su familia se ha perdido pero no así las llamadas que son constantes, más que nada con su madre que está en un punto clave de aquella provincia.

"Mi familia vive a 30 kilómetros pasando el río, pertenece al campo en La Valle. Mi madre es enfermera del pueblo y está asustada. Permanentemente viaja a Lavalle donde hay casos pero el resto está encerrada y muy asustada porque debe atender a la gente", finalizó.

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