Historias de cuarentena

Emprendedores sanjuaninos a los que la pandemia les dio oportunidades que supieron explotar

Sacudidos por el parate y la nueva normalidad que comenzó a gestarse, decidieron ofrecer y generar productos de prevención y protección con un éxito que los sorprendió.
domingo, 19 de julio de 2020 00:00
domingo, 19 de julio de 2020 00:00

La pandemia por coronavirus no sólo trajo consigo una nueva normalidad en la que las restricciones, la cuarentena y el temor eran la clave sino que también dejó abierta la puerta a oportunidades. Y precisamente tuvieron que ver con responder a las nuevas necesidades que se generaron y que implicaban adoptar hábitos y elementos de protección y prevención sanitarios.

En ese segmento ubicamos nuestras historias: sanjuaninos que tuvieron que darle una vuelta a sus emprendimientos o generaron nuevos, basados también en querer brindar un servicio a otros, ya sea permanente o por lo que dicte la cuarentena.

Allí ubicamos a la familia Campo que apostó, en los primeros meses de la pandemia en nuestro país, a ofrecer los termómetros infrarrojos. Estos dispositivos de mano, a modo de “pistola”, permiten medir la temperatura a distancia y su uso comenzó a visibilizarse en los ingresos a hospitales, sanatorios, edificios públicos y terminales de colectivos. Es que uno de los síntomas fuertes de los casos sospechosos de COVID es la fiebre.

“La idea surgió de uno de mis tíos que comenzó a ver las novedades en Internet y le vio potencial al producto: se convirtió en algo necesario en esta situación que estamos viviendo. Le comentó a mi papá y decidieron hacer la inversión por 100 unidades. Fue una apuesta arriesgada”, comenzó a relatar, Ariel Campo, a Diario La Provincia SJ.

El dispositivo, liviano y muy fácil de usar, se hizo rogar en llegar ya que el transporte estuvo afectado por la cuarentena. Venían nada más y nada menos que de China. “Cuando estaban acá, en la Aduana los retuvieron hasta que se dio una autorización. Por supuesto que hubo incertidumbre, nervios y ansiedad hasta que se resolvió y además, si bien había interesados en comprarlos, no pedimos seña previa contemplando esto que finalmente nos pasó. Igual, no dejaban de preguntar”, recordó como “una novela” en la que también se vieron afectados por el valor del dólar.

Los Campo le tenían toda la fe a los termómetros y con ese convencimiento, se organizaron para promocionarlos y venderlos. “Los vimos útiles no sólo para lo que fue la cuarentena estricta sino también para el después. Para que, por ejemplo, las familias con niños los usaran sin problemas. Es seguro y además, en algunos rubros, se ha vuelto obligatorio para controlar la temperatura a empleados o público. Es una buena herramienta de prevención y nos resultaron de muy buena calidad”.

Al rojo vivo: cuando se detecta fiebre, el visor cambia de color.

Con las redes sociales, sobre todo Instagram y WhatsApp, como aliados en las que hasta subieron videos para mostrar cómo se usaban, la familia empezó a ofrecerlos. El lote era numeroso y, en medio del parate de la cuarentena que afectó los trabajos de los inversores y de Ariel y sus tres hermanos, lograr ventas significaba una ayuda económica significativa para ellos. “Mi mamá es médica y ella nos abrió puertas; la mamá de mi novia los ofreció en la UNSJ y cerró ventas; también logramos pedidos en un sanatorio y en empresas vitivinícolas que necesitaban controlar a sus empleados y el boca a boca, en esos casos, nos ayudó un montón”, detalló.

Ariel considera que, más allá que vieron que el termómetro era un producto prometedor, la ventaja para ellos fue el momento en el que los compraron y vendieron. “Llegaron antes del 8 de junio. Estuvo bueno que se hizo la inversión en el momento justo y estuvieron disponibles cuando en San Juan comenzaron a habilitarse actividades en lugares cerrados y otras instituciones, como los institutos de danza y gimnasios, se estaban preparando con los protocolos para reabrir y los adquirieron como prevención. Hoy por hoy, bajaron los precios, entró más oferta y hay más competencia. Nosotros los tuvimos en un tiempo clave y en lo que hicimos la diferencia fue en que le podíamos decir al cliente: “yo lo tengo acá; no tenés que esperar que te llegue de ningún lado, encima con demora por el transporte. Además, te garantizo que funciona bien y si no, te lo cambio por otro”. No tuvimos ninguna falla. Esa fue nuestra mejor publicidad”.

Amigos, unidos por la pandemia

Franco López siempre se dedicó a las ventas y en esta pandemia, junto al ingeniero Juan Manuel Britos y a Bruno Pugliese, con amplia experiencia en el ámbito de la salud y en lo administrativo-contable, decidieron apostar de lleno a generar productos sanitizantes y preventivos de coronavirus. El resultado fue tan bueno que su emprendimiento, que vio la luz con la pandemia en la cuarentena más estricta, se consolida y van generando nuevas propuestas para enriquecerlo a largo plazo.

Franco, junto a dos amigos, armaron un sólido equipo.

“Es muy importante generar un vínculo emocional con el cliente”, dijo Franco a este diario mientras despliega su carpeta en la que, de manera muy organizada, tiene muestras de la oferta de productos, folletos explicativos y presupuestos. Sabe que exhibir la calidad es clave y por eso, abre kits sanitarios descartables cuidadosamente sellados en bolsas para mostrar camisolines de friselina de alta densidad, cofias y cubrebotas. Todos, fabricados en San Juan (“generamos empleo también”, acota) y altamente demandados en los sectores de salud y también, entre agentes de limpieza en geriátricos y hoteles. También, sumaron barbijos KN 95 y máscaras faciales transparentes y antiempaño que compran a distribuidores y pueden personalizar.  

Los kits sanitarios son fabricados en San Juan. Los barbijos y las máscaras son importados.

 “Vimos que la situación sanitaria que se desató con el coronavirus y decidimos no quedarnos de brazos cruzados y ponernos como objetivo ayudar a fortalecer las medidas de bioseguridad recomendadas por el Ministerio de Salud y la Organización Mundial de la Salud. En esta cuarentena observamos diferentes métodos utilizados en otras provincias y países, llegando a la conclusión que debíamos fabricar un sistema de desinfección ya probado y que logró resultados efectivos. Nuestro gran objetivo es poder llevarlo a la mayor cantidad de lugares en San Juan y con presupuestos acordes a cada persona. Todo lo hacemos pactando visitas a domicilio”, relató.  

Los amigos le dieron para adelante y pensaron en grande. Aprovechando sus conocimientos en el rubro y las necesidades que potenció la pandemia, encararon la fabricación de máquinas sanitizantes. “Creamos las nuestras y pensamos en diversificar. Fabricamos en San Juan los tótems, cabinas y las alfombras sanitizantes”, detalló y mostró su gran estrella. Se trata de una bandeja de chapa galvanizada plegada que tiene una placa de gomaespuma que contiene un líquido sanitizante (amonio cuaternario) y sobre ella, una pieza de goma que es la que se pisa. Así, se desinfectan las suelas. Reemplaza el trapo de piso y su virtud es que es más durable y reutilizable.

Las alfombras sanitizantes son muy demandadas en comercios. Las fabrican en la provincia.

Los tótems y las cabinas se colocan en las entradas o accesos a edificios, generalmente de alto tránsito. Funcionan con un mecanismo de desinfección con pulverización: no moja ya que se genera una especie de nube de microgotas que caen sobre la persona que ingresa con brazos y palmas de manos abiertas y debe dar un giro. Las estructuras de chapa galvanizada plegada, que tienen distintos tamaños, cuentan con tres pulverizadores accionados por una bomba.

Usa amonio cuaternario, un compuesto muy efectivo y biodegradable, que no es tóxico ni mancha. “Los sanjuaninos preguntan mucho y quieren prepararse contra el coronavirus. Queremos que nos conozcan y poder ayudarlos en eso. Nos los han pedido en iglesias y también, para el Parque Ischigualasto”, especifica.

Toda la variedad de productos y los contactos pueden establecerse en el Face: Sanitizantes San Juan.

“Creemos que podemos contribuir a que se adopten barreras efectivas para contener el COVID. Queremos ayudar a los sanjuaninos a adoptar esta nueva normalidad. Más allá que esto es un emprendimiento económico, por lo que cada uno vive en su ámbito, nos unimos en este compromiso social. Es un virus que no sabemos hasta cuándo estará entre nosotros y hay que combatirlo entre todos. Y una de las formas es creando zonas seguras  a través del uso de productos determinados que son generados en San Juan y tienen garantía y mantenimiento acá. Creemos que esto va a mantenerse en el tiempo como parte de nuestra nueva normalidad”, señala.

Para los chicos, protegerse contra COVID es divertido

María Alexandra Nuñez conoce por demás los gustos de los chicos. Vio sus sonrisas en cada cumpleaños o festejo en el que se sumaron sus productos de diseño pero la pandemia puso un freno a las reuniones sociales. Entonces, tenía que hacer algo para que la cuarentena no fuera gris para los pequeños.

“Con esta pandemia, me pregunté: ¿en qué trabajo ahora? Comencé a explorar por Internet qué alternativas podía ofrecer para los chicos, como tipo máscaras y encontré un formato de cajitas. Pero no me pareció divertido llevar una caja en la cabeza (se ríe). Entonces surgió la idea de hacer las máscaras con personajes porque ¿a qué chico no le gusta estar disfrazado? Fue entonces que, al momento de pensar un nombre surgió Mascaretas; algo muy simpático. Para los papás es tenerlos protegidos y para ellos, un juego. Esto hace más llevadero usar algo a lo que no estábamos acostumbrados”, detalló.

Alexandra, luciendo una de sus Mascaretas. Son furor desde su lanzamiento.

Tienen una estructura que cubre toda la cara; es liviana y flexible, con visor y permite usar el barbijo debajo y también anteojos. Está hecha en un material termolaminado con impresiones en papel fotográfico de alta calidad, por supuesto bajo un sistema de termofusión. “La premisa fue que tuviera mucho color”, resaltó y su público va de los 2 a los 13 años.

Además, resisten limpieza con alcohol en gel o desinfectantes sin que se dañen. Son ajustables al diámetro que se necesite y muy seguras.

“Pregunté a mamás amigas qué personajes eran más populares entre los chicos, más allá de los clásicos. Le armé una a mi hijo Lucas que usó cuando vio a sus amigos e inmediatamente le preguntaron dónde la había comprado. Entonces dije: “si gusta, funciona”. Un día fui al centro a comprar insumos y la llevaba en la mano. Otra vez las consultas, entonces me animé a hacerlas porque, la verdad, no estaba segura. Los precios son muy accesibles”, contó. Con su “Papelito singular”, las presentó días antes que autorizaran a los chicos a salir de casa por un rato y el éxito fue inmediato, con su teléfono que no paró de recibir mensajes.

Los modelos de mascaretas y pedidos pueden hacerse en el Facebook: Papelito Singular.

En las redes sociales, empezó a subir los diseños personalizados y la demanda se disparó. Llegó a generar en un día hasta 24 diseños diferentes y a tener más de 60 para entregar en una jornada. Los pedidos incluyeron desde Messi a Dybala, con nombres propios y escudos de clubes de fútbol así como los populares superhéroes y personajes animados como Paw Patrol, Minnie y Mickey y los infaltables unicornios.

Llegar a tiempo con todo, le valió a la emprendedora jornadas muy largas de trabajo y pocas horas de sueño, además de ocuparse de sus hijos y casa. Para darle una mano, o mejor dicho las dos, estuvo su hermana Marianela para todo lo que fue recorte, armado y distribución, sobre todo en las primeras semanas ya que ahora pacta retiros en su domicilio.

Con la posibilidad que los chicos salgan más, el furor no para y se sumó a otro producto de Alexandra.  “A las party box personalizadas para celebrar los cumpleaños en casa (con etiquetas, toppers, banderines, globos y demás), que es a lo que me dediqué siempre en relación a eventos, le sumamos las mascaretas para los chicos. Hace más especial ese festejo, con el que se ilusionan siempre y con todo lo que representa, y ellos están cuidados”.

Ahora, su campo de público se amplió a un sector muy prometedor. “Con el reinicio de clases, una docente de Nivel Inicial me pidió que le arme una que, si bien no tendrá personajes para no distraer a los chicos, cuente con algunos apliques en vinilo. Estamos armando eso con la máscara con una vincha para adultos. La verdad es que esto tiene una proyección a futuro y estoy feliz con esta apuesta. Nos queda mucho tiempo aún para cuidarnos y las máscaras son unas buenas aliadas en la prevención”, sentenció.

Marianela, hermana y mano derecha de Alexandra, ayuda a dar vida a una protección divertida.

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