Este martes, una familia de Rivadavia pasó por lo más doloroso que puede haber para un padre, la pérdida de un hijo. Rubencito tenía 7 años, y a su corta edad ya era un luchador. Es que desde muy pequeño le detectaron un problema cardíaco por el que estuvo alrededor de un año en el Garraham en Buenos Aires.
Ya de vuelta en su casa, estaba como cualquier otro día jugando a las balitas en la puerta de su casa, cuando entró se descompensó en los brazos de su madre. "Todo había estado bien, él estaba siguiendo con su tratamiento. La madre dice que le pidió dormirse y se le desvaneció en sus brazos. Le dio un paro respiratorio, pedimos ayuda a la policía y a la ambulancia que no llegaron. Pedimos ayuda a los vecinos que ahí nomás nos auxiliaron y se lo llevaron en auto hasta el Marcial Quiroga. Cuando llegamos nos dijeron que lo estaban reanimando pero que su corazón no había resistido", contó a Diario La Provincia SJ su tía Anita.
El dolor está presente pero decidieron que no los iba a paralizar, sino todo lo contrario, iba a ser su motor para generar un cambio. "Hemos recibido muchas donaciones y queríamos agradecer a toda la gente que nos ha ayudado brindándole una olla de comida. Nos prestaron las ollas pero queremos seguir con esto en honor al niño. Queremos ayudar a los chicos con chocolate y comida".
Fue así cómo en la puerta de su casa instalaron una olla popular para brindarle un plato caliente a quien lo necesitara. "Queremos volver a hacerlo. Necesitamos ollas, verduras, mercadería y ropa. Necesitamos enfocarnos en esto y seguir en honor a él. A nosotros nos dieron mucha ropa. Elegimos lo que le hacía falta a los chicos de mi hermano y lo demás hicimos hoy un ropero comunitario para los chicos a los que les haga falta. Una mano lava a la otra. Estamos para ayudarnos y más que nada lo hacemos por los niños", agregó la mujer.
Quien pueda ayudarlos pueden comunicarse con Anita al 2646262621.
El recuerdo eterno
"A él le gustaba mucho jugar pero sus padres no lo dejaban correr para que no se agitara. Le encantaban los camiones, él quería ser bombero", recordó su tía.
El estar ocupados no significa que no duela, pero tienen otras razones para mantenerse de pie y luchando. "Es difícil, por ahí nos quebramos llorando pero los niños se ponen a la par a llorar así que tratamos de mantenernos fuertes por ellos, para que no se vengan abajo".
El próximo miércoles, a las 9.00 de la mañana realizarán una manifestación. "Vamos a hacer una marcha en nombre de mi sobrino para que nos pongan un médico de guardia en el puesto sanitario. Rubencito no es el único caso, antes del COVID ya hubo otros chicos fallecidos por no haber sido atendidos en el momento por ningún médico ni ambulancia", sentenció Anita.
