Historias

Cadena de favores: venden verduras y frutas para ayudar a sostener al convocante Santuario de Fátima

Con la colaboración de la comunidad y la dedicación de jóvenes de la Acción Católica Argentina (ACA) que acompañan al padre José María Solar, día a día ofrecen combos a un precio accesible. Una obra de amor y servicio.
domingo, 28 de junio de 2020 07:23
domingo, 28 de junio de 2020 07:23

“Nunca había sido vendedor pero esta es una obra muy linda. Hasta hemos aprendido a llamar la atención de la gente, promocionando lo que tenemos”, cuenta Enzo Alejos, uno de los jóvenes comprometidos con una obra muy especial. El santuario de Nuestra Señora de Fátima, que es uno de los más convocantes de San Juan, por efecto de la cuarentena por coronavirus se vio sacudido en sus ingresos económicos. Es por ello que, con ayuda de la misma comunidad, se generó una pequeña verdulería que se instala a diario en las puertas del templo para así generar ingresos. El resultado fue mejor del que esperaban.

“Me convocó el padre José María Solar y me preguntó si me animaba a vender. No dudé en darle una mano. Soy integrante de ACA y estoy al servicio. Los jóvenes tomamos la posta y estamos vendiendo de martes a viernes de 16.30 o 17 hs. a 20 hs. y el fin de semana aprovechamos los horarios de misas: los sábados a las 19 hs. y los domingos a las 10, 11.30, 17 y 19 hs”, relata. Enzo y los hermanos Gastón y Facundo Giménez son quienes están a la cabeza de este emprendimiento y siempre cuentan con la colaboración de otros voluntarios.

La fe le gana al frío: los jóvenes dedican horas a la venta de las verduras. La gente no duda en colaborar.

Juntos, colocan un mesón exhibidor con bolsas de papas, cebollas, limones y ahora, huevos caseros que venden en combos a sólo $100. También han tenido miel y hasta leña para ofrecer a los compradores que de boca en boca y por WhatsApp y redes sociales se fueron enterando de este “almacén fatimero”. Le han ganado al frío con el calor de su entusiasmo por sumar su granito de arena y están contentos con la respuesta de la gente.

“Todo empezó antes del 13 de mayo cuando una familia de Médano de Oro donó zapallitos verdes para vender. Y había que ofrecerlos, naturalmente. Fue nuestro comienzo. Después se sumaron comerciantes y otros vecinos con sus donaciones. Nos alegra poder vender aquellas verduras que la gente necesita en casa y también, limones que son de estación. Empecé solo, con impulso del padre José María y se fueron sumando los chicos. La gente no duda en ayudar con su compra. Nos ha servicio un montón”, destacó Gastón, que pasó de colaborar con las transmisiones de las misas en redes sociales a ser una de las caras visibles del emprendimiento.

Ofrecen combos a sólo $100 para que estén al alcance de las familias.

Aprovecha también para destacar que esta iniciativa también les permitió fortalecer lazos con los fieles que, por el aislamiento obligatorio, no podían visitar el santuario y tomar contacto con quienes les podían dar la palabra de aliento que necesitaban. “Nos da un momento para conversar con quienes no la han pasado ni la pasan bien. Tanto en lo anímico, con los que sufrieron depresión en la cuarentena, como en lo económico. Los estamos acompañando y nos hace muy bien, en medio de lo que nos tocó vivir. Por eso nos emociona tanto ver a la gente que regresó a las misas, cuando las autorizaron. Incluso, mediante nuestra palabra con respeto, entienden que más de 20 personas no pueden estar cuando nuestro santuario puede albergar a 300. Es la nueva realidad que nos toca”.

Una colaboración valiosa

El dinero que se recauda de la venta de verduras y frutas está destinado a cubrir gastos elementales como el pago de boletas de servicios, sueldos de 6 personas que trabajan en el santuario y también, ayudas sociales para integrantes de la comunidad que se destinan a la compra de medicamentos o de garrafas de gas para hogares, por ejemplo.

El sacerdote José María Solar, responsable del santuario de Fátima, junto a Gastón Giménez y Enzo Alejos, los jóvenes comprometidos con ayudar a "la familia y a la casa de su Madre María".

“Gracias a Dios y a María, se ha podido saldar las obligaciones y el santuario está al día. Los fondos para cubrir esos compromisos ingresaban por el pago de ceremonias como bautismos y casamientos así como en la colecta en las misas. Al estar cerrados, era dinero que no entraba. Con nuestro emprendimiento colaboran tanto personas de la comunidad y de capillas cercanas como quienes, al enterarse por redes sociales o conocernos a nosotros, no dudan en comprarnos una bolsa. El padre José María está conmovido por el gesto de la gente y para nosotros es una alegría estar al servicio dado una mano. Fátima es todo para mí”, sentencia Enzo.

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