Lucha

Comerciantes sanjuaninos “con historia” a los que la pandemia puso a prueba para no cerrar

La sombrerería "Carreón", relojería "Tic Tac" y joyería "Solís" son unos de los tantos comercios que permanecen abiertos y le hacen frente a la pandemia, en una difícil situación.
sábado, 20 de junio de 2020 14:30
sábado, 20 de junio de 2020 14:30

Cuando la vocación en un rubro se siente y se practica por tantos años, se vuelve parte de la vida de las personas y es difícil imaginarse sin eso. Así lo viven grandes e históricos comercios sanjuaninos que alguna vez tuvieron su época dorada y hoy luchan para no cerrar en medio de la pandemia de coronavirus. 

Se trata de la sombrerería "Carreón", relojería "Tic Tac" y joyería "Solís", comercios con más de 30 años en el rubro, de los cuales sus propietarios afirman que no es la primera vez que viven una crisis y no se permiten doblegarse. 

“Desde 1935 estamos con esto, cuando uno se dedica al comercio no siempre las cosas se dan de la misma forma, lo que interesa es establecerse en un lugar. Nos fijamos siempre por sobre los demás en tener mercadería para cualquier eventualidad y esta es una situación ejemplo. Las sombrererías con siempre un negocio de alto riesgo para los bancos por lo que si nos aprueban un crédito es de forma muy limitada. Entonces uno debe hacer frente con recursos propios y ahí está lo difícil”, afirmó José Carreón, propietario de la tradicional sombrerería que lleva su apellido, a Diario La Provincia SJ. 

“Es lo primero de estas características que a mí me toca vivir, hago frente con la existencia de mercadería previa y se trata de nunca gastar más de lo que ingresa, debemos ajustarnos al sueldo. En esto hubo una involución a cincuenta años para atrás, ya que como está dolarizada la mercadería que es de importación, volví a lo antiguo que es reparar y restaurar sombreros. Eso produce desaliento pero a la adversidad de la mano de Dios hay que sobreponerse”, agregó. 

Es por eso que, según asegura, jamás tuvo en mente cerrar de forma definitiva, sino busca la estrategia para tener la felicidad de volver a abrir sus puertas una vez que el comercio se reactivara. 

“Después de estar cerrados durante más de dos meses, las ventas son magras ya que en mi caso, los clientes gauchos y de los teatros no tienen actividad, los únicos que sí lo hacen son los miembros de las fuerzas de seguridad pero en este escenario no buscan sombreros. Nunca pensé en cerrar porque no tengo un sucesor y esto va a durar mientras yo esté acá”, finalizó. 

Por otro lado, el querido y conocido Rogelio Fernández, de la relojería Tic Tac aseguró que este momento es difícil para él ya que es la primera vez que trabaja en su relojería de toda la vida, en medio de una pandemia. 

“Esto es lo peor de mi vida. Desde que volvimos a la actividad aumentó mucho la tarea en el taller, la gente no compra, o si lo hace es solo de cosas pequeñas, pero en su mayoría prefieren arreglar lo que ya tienen. Creemos que mientras no haya un aumento de los sueldos esto no se va a mejorar”, indicó Fernández. 

“Da vergüenza porque hay días donde los movimientos de caja muestran “ganancias” de sólo monedas, pero la situación está así. Este local está alquilado y en los meses de actividad anteriores nos alcanzaba solo para pagar el alquiler y el sueldo de los empleados que ya llevan trabajando más de 20 y 30 años. Esto complicó aún más todo”

“Cerrar las puertas es algo que nunca pensé pero llega un momento en el que uno ya no sabe qué hacer. Llevo 64 años trabajando en esto y ahora tengo 77, es toda la vida, por eso la fuerza de voluntad es más fuerte"

Mientras que Juan Antonio Solís de "Joyería Solís", en la entrada de la conocida Galería Central, sobre Peatonal, reveló que se "siente vivo" cada día al abrir las puertas del comercio, por lo que una pandemia no lo obligará a tomar decisiones "trágicas". 

“Llevo 35 años y no es la primera vez que vivo una crisis ya que por muchos años hemos pasado gobiernos que en los económico nos fue mal, pero esta vez ‘está bravo’ porque se trata de una enfermedad y uno no sabe quién es el enemigo, está feo pero no hay otra que venir y estar. Pienso que cuando todo comience a activarse de nuevo vamos a andar bien, siempre hay una esperanza”

“La gente pregunta más de lo que compra, cuando sacamos para pagar los impuestos no queda nada, debemos reducirnos en todo al máximo. Antes de la pandemia el escenario en lo que es joyería estaba pesado, pero al menos se iba comprando y vendiendo, ahora no, no hay viajantes y lo que compran lo hacen con tarjetas de crédito. Esperemos que se componga”, agregó el joyero. 

Con papeles y análisis en sus manos, miró la gente pasar y reflexionó “Nunca pienso en cerrar, siempre miro con ‘la escopeta para arriba’, la pelea la tengo y por crisis anteriores ya vengo con experiencia. Todas las mañanas agradezco que Dios me dé la  oportunidad de seguir, el poder venir todos los días es algo que da vida, por eso a uno no se le cruza por la cabeza cerrar. Se cruzan otras cosas como por ejemplo buscar la manera de seguir”, concluyó. 

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