Comercio

El doloroso costo de la pandemia: locales de alquileres de ropa de fiesta intentan sobrevivir

Los locales llevan 92 días sin clientes y las posibilidades de superar la crisis son ínfimas. Por eso piden ayuda al Gobierno para no quebrar. "Trabajé toda la vida y ahora no puedo seguir", aseguró una propietaria.
viernes, 19 de junio de 2020 00:00
viernes, 19 de junio de 2020 00:00

Con la voz entrecortada y un dolor que no pueden contener al ver cómo se derrumba el trabajo de años. Así se expresan quienes hoy sienten que no pueden hacer nada por sostener el trabajo que con tanto sacrificio lograron generar hace décadas. Los propietarios de los locales de alquileres de vestidos y trajes hoy se encuentran en un momento determinante y su futuro es casi una sentencia.

A 92 días de que se marcó la prohibición de fiestas en la Argentina, por la pandemia del coronavirus, los locales comerciales dedicados a este rubro no tienen clientes y con eso las deudas se acumulan. Algunos recibieron la ayuda del Gobierno Nacional de las Asignación de Emergencia para el Trabajo y la Producción (ATP) pero la mayoría no encuadró por ser monotributistas y eso llevó a que hoy tengan que pensar incluso en cerrar definitivamente los negocios para no acumular más deudas.

"Estamos todas tristes, mal. Al menos no he cobrado como monotributista ningún subsidio. Estoy en banca rota, pasando un momento muy critico, difícil. Solo Dios sabe  la verdad. Así estamos todos. Como lo nuestro es la parte de evento, no sabemos si volveremos en diciembre o cuándo. No tengo pensión, jubilación, nada. Es muy triste lo que vivimos. Personalmente estoy re mal", comenzó expresando a Diario La Provincia SJ, Guillermina, dueña de Novias Guillermina quien tiene su local de alquiler de ropa de fiesta en la Galería Estornell.

En ese lugar, el panorama es desolador. Casi todos los locales del rubro están prácticamente cerrados, algunos sólo abren una vez a la semana y uno solo todos los días con la esperanza de que entren clientes. Para abrir las puertas, alcanza la aplicación del protocolo de los locales de venta de ropa, que abrieron ya hace casi un mes. Sin embargo al depender de la realización de fiestas, los clientes no están interesados en alquilar y por ende no generan movimiento.

"Espero que el gobernador nos ayude a salir adelante. Yo estoy colapsada y con una crisis de presión, muy mal a punto tal que me están conteniendo. Necesito ayuda porque estoy por decir basta, estoy muy mal, es muy difícil pedir, uno tiene dignidad como persona, pero es el trabajo de toda la vida. Trabajé toda la vida y ahora no puedo seguir. Es muy triste", agregó Guillermina sin poder contener el dolor y las lágrimas.

Ella lleva más de 20 años en el rubro y siempre llevó el trabajo en orden, pese a las dificiles situaciones que vivió el país. Pero ahora, tras 92 días cerrado, se debe hacer cargo de todos los impuestos y responsabilidades del negocio que a la fecha sólo generan deudas y cero ganancias.

El mismo panorama sufre Beatriz Alfonso, de Rosa de Sharon. La diseñadora de moda abre una vez a la semana el local pero en la vidriera ya cuelga un cartel que dice "Vendo o alquilo local". Es que al hacerse cada vez más difícil la posibilidad de hacer frente a las deudas, decidió abrir una vez a la semana para ver si entran clientes. 

"Lo tenemos atendiendo los jueves, hacemos vidriera nueva con toda la esperanza en Dios. Hasta acá en los 3 meses no entró un solo cliente. En San Juan no hay fiestas y nuestro trabajo tiene que ver con eso", comenzó lamentando Alfonso quien subrayó que es "una situación bastante brava, estamos soportando, tenemos una empleada que hay que pagar y los ahorros se van gastando", agregó.

Al igual que Guillermina, Beatriz lleva 20 años dedicados a este negocio, más allá que empezó con el diseño de moda y la costura hace 39 años. Ella es madre de la dueña de Vanesa Novias y asegura que el panorama que ella vive es el mismo del de su hija.

"Ver como todo se derrumba es bastante duro", subrayó y luego destacó: "la galería cobraba vida gracias a estos locales. Ahora está muy triste, ahora no anda gente, salen con lo necesario. La gente tiene miedo de salir y contagiarse, la gente grande tiene mucho temor. Todos estamos esperando que el gobernador pueda decidir, en una provincia que no hay virus y que estamos sanos", agregó.

Por su parte, el propietario de Amaneces, coincidió que "está parado todo lo que es alquiler, estamos obligados a que hayan eventos sociales, para volver y está costando mucho". "Con los fondos que hay ahorrado y con la comprensión de los dueños de locales seguimos adelante", agregó Rubén quien abre el local todos los días pero desde hace 90 días no ha visto ni un cliente ingresar al local ni siquiera para consultar por los bailes de egresados.

"La mayoría lo da perdido a este año. Apenas se habiliten las fiestas, se activará esto. Hay muchos trajes que están pendientes y estamos esperando", finalizó.

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