Declaración

Enfermera sanjuanina con coronavirus: "cuando me dijeron, no lo podía creer porque siempre me cuidé"

Patricia Naveda es sanjuanina y cursa el día 10 de la enfermedad. La joven albardonera vive en Buenos Aires y relató a Diario La Provincia SJ cómo enfrenta el COVID-19.
sábado, 13 de junio de 2020 00:00
sábado, 13 de junio de 2020 00:00

Patricia Naveda es sanjuanina, tiene 28 años de edad pero desde hace 4 años vive en Buenos Aires, en la localidad de San Martín. En Núñez trabaja como enfermera de un sanatorio y al igual que cientos de agentes de la salud, se contagió de coronavirus pese a haber tomado todas las medidas de cuidado pertinente. 

La joven llegó a Buenos Aires acompañando a su ex pareja que era militar y luego le tomó cariño a aquella provincia. Hoy está radicada allá y no piensa cambiar su destino y volver a vivir  a San Juan pese a que extraña mucho. Vive en un departamento, donde al principio los vecinos generaron un gran rechazo hacia ella cuando conocieron que tenía COVID-19. Luego todo se revirtió y hoy son ellos los que la ayudan a que la estadía en pleno aislamiento sea llevadera. 

"El día que me avisaron estaba justo en casa, no había ido a trabajar porque me sentía mal. Me llamaban y me llamaban pero no atendía. Pensé que me llamaban para decirme por qué no había ido a trabajar. Luego mi supervisora me mandó un mensaje y me dijo que quería hablar. Cuando me llamó, me dijo que no me pusiera mal con lo que me iba a decir pero mi hisopado había dado positivo. No podía salir de la casa", comenzó relatando Patricia a Diario La Provincia SJ.

El resultado del testeo demoró 5 días en llegar y ella todo ese tiempo lo pasó sintiéndose muy mal de salud. Por eso permanecía encerrada y evitaba tener contactos con cualquier persona. Así fue como se mantuvo aislada de todos para cuidarse y cuidar a los demás. Como enfermera había recibido diferentes capacitaciones desde marzo donde le explicaban las medidas de seguridad que debía tener para no contagiarse y si llegaba a tener el virus, cómo debía actuar.

A la vez firmó una declaración jurada en la que se comprometía a hacer el circuito de la casa al sanatorio y viceversa sin entrar en contacto con nadie más y ella lo cumplió. Antes de la pandemia trabajaba sólo en el turno de mañana sin embargo con el avance de la enfermedad, su horario laboral fue de 6 de la mañana a 22 horas. 

"Cuando me dijeron que dí positivo decía 'por qué, por qué soy positivo si me cuidé'. Siempre fui muy responsable y cómo podía ser que me contagiara! Me puse a llorar, llamé a mi mamá y le conté. Estoy muy en contacto siempre con ella y cuando me escuchó se puso a llorar también, pasé un día muy malo", recordó destacando que tiene una compañera que hace 3 meses que le sigue saliendo positivo el PCR pese a que no tiene síntomas.  

Vivi, como le dicen en la familia, es la segunda de 5 hermanos. Son 3 hombres y 2 mujeres. Además tiene sobrinos y abuelos que extraña mucho. La primaria la hizo en Albardón y la secundaria en María Auxiliadora. Sus padres son de Campo Afuera pero tiene familiares distribuidos en diferentes departamentos.

"Nos comunicamos por videollamada por whatsapp. Recién hoy pude hablar con mis abuelos y ellos están muy tristes y angustiados. La gente le decía que iba a volver yo e iba a contagiar a todos pero no es así", agregó Patricia quien se recibió de enfermera en la Cruz Roja y actualmente cursa la Licenciatura en Enfermería en la UBA.

"Yo no voy a volver a vivir a San Juan. Iré a pasear y volveré a Buenos Aires pero no ahora sino cuando todo esto pase. Quiero hacer mi vida acá, volver a trabajar, me gusta ser enfermera y me siento bien", aclaró a la vez que dio un consejo a todos los sanjuaninos que transitan la cuarentena administrada: "lo primordial es que tomen consciencia, es lo primordial, es inevitable el contacto. Donde yo vivía se juntan, no hay tanto control como acá pero les recomiendo que tomen las medidas necesarias".

"Campo Afuera y acá donde vivo son dos mundos diferentes. Cuando mi familia vino a visitarme en las vacaciones de invierno notaron la diferencia. No se vive igual que allá. Por la inseguridad no dormis con la puerta abierta", dijo entre risas.

La convivencia con la enfermedad

Patricia trabaja como enfermera en una clínica de Núñez y había sido una de las profesionales que el sistema de salud había elegido para atender a pacientes con COVID-19. El grupo seleccionado fue capacitado en varias ocasiones para saber cómo actuar de manera segura. Sin embargo algo pasó en el camino que se terminó contagiando. Pudo haber sido al circular por las escaleras o el ascensor o en cualquier otro momento, que nunca lo sabrá.

Son varias las profesionales contagiadas. En su caso particular, transitó todos los síntomas como fiebre alta, dolor de garganta, de cabeza e incluso tos que le provocó irritación en la garganta y sangrado. Este sábado transita su día 10 de la enfermedad y lo vive tranquila en su casa pero como una "batalla". El próximo miércoles será nuevamente hisopada para saber cómo sigue su enfermedad, si logró recuperarse o sigue contagiada.

"Una vecina que a veces yo le tomaba la presión y ella me llamaba para que la viera cuando se sentía mal, hoy me está ayudando. Como soy enfermera yo iba a darle una mano cuando yo estaba bien y nunca le cobraba nada. Ahora ella está a disposición para todo. No tengo contacto con ella pero viene y me trae carne y comida. Mis compañeros me mandaron chocolate, camisones y hasta una coca", finalizó entre risas con una voz que deja en claro que anímicamente está bien y seguirá la lucha firma para salir adelante y volver a hacer lo que ama: trabajar ayudando al prójimo desde la enfermería.

 

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