Historias

Un papá calingastino con cuatro hijos vive de la solidaridad y pide una oportunidad para salir adelante

Daniel Gómez está a cargo desde enero de 4 menores de edad. Vive de prestado en un humilde rancho en Villa Corral y sólo recibe donaciones de alimentos y bolsones de mercadería. Quiere trabajar, sin descuidar a los chicos.
domingo, 3 de mayo de 2020 12:42
domingo, 3 de mayo de 2020 12:42

"Ellos me preguntan qué vamos a comer, sabiendo que tenemos poco y les respondo: "algo voy a hacer". Yo la peleo". Eso responde con pesar, Daniel Gómez, un papá calingastino que vive con sus cuatro hijos de 8, 6, 5 y 1 año y medio en un humilde rancho en la localidad de Villa Corral, en ese departamento. Desde enero está dedicado a pleno a los chicos ya que no tiene con quién dejarlos o mejor dicho, prefiere no separarse de ellos por mucho tiempo. Sin embargo, está dispuesto a trabajar organizándose para poder llevar el sustento al hogar. Es que desde hace cuatro meses sólo viven de la solidaridad de quienes conocen su duro presente y por aporte de familiares.

"Trabajaba en una finca en Puchuzum y me avisaron que hubo problemas y me hice cargo de mis hijos. Mi expareja los dejaba mucho tiempo solos e incluso se iba los fines de semana a Mendoza y los dejaba con una vecina. Ella se fue en enero con una nueva pareja y estoy solo para ellos. Necesitan contención, atención y son muy chicos", destacó Daniel a radio Manantial que se trasladó al humilde rancho donde el baño es una letrina y el agua potable llega a través de una manguera, sólo hasta el patio.

El hombre de 42 años vive allí de prestado. "Subsisto con ayuda de la gente y de mis parientes. Me dan ropa y alimentos. Quienes me conocen, saben que desde hace 4 meses no cobro nada y me traen bolsones. No tengo plata para comprar carne y verduras, pero quienes nos ayudan me traen cuando pueden", dice con su voz quebrada. 

Daniel, dedicado al 100% a sus hijos. (Foto: Gentileza El Sol de Calingasta)

"Trato de contener a mis hijos. Tres de ellos van a la escuela y asistían en Barreal a la escuela Pedro Esnaola. No tenían libretas porque se quemaron  y tuvimos que hacer trámites. Los recibieron bien en la escuela de esta localidad y estamos tirando para adelante. El más chico toma el biberón, familiares me colaboran con pañales y gente que pasa me lleva con ellos a la salita de Puchuzum para vacunarlos. Los está atendiendo la psicóloga y tienen los controles de salud al día", destaca.

Daniel no cobra asignaciones por su hijos ni tampoco tiene activa la tarjeta social o AlimentAR ya que su pareja era la titular. Ahora, los trámites los encaran asistentes sociales del municipio y de la Dirección de la Niñez para que él pueda cobrar. "Me piden paciencia pero qué les digo a mis hijos. ¿Qué tengan paciencia si tienen hambre? Esperamos mucho para hacer un par de papeles; a lo mejor si hubiera estudiado, las cosas las habría hecho más rápido", dice apesadumbrado.

"Ya no quiero pedirle más a la gente. Pido justicia para mi caso: que las asistentes sociales me agilicen los papeles para cobrar asignaciones para mis hijos. Que el intendente me ayude a tener mi casa y pueda trabajar en mis oficios. Soy tractorista, entiendo de fincas y cuidado de chacras y panadero. Fui trabajador golondrina pero me cuesta con mis hijos. No quiero descuidarlos. Podría amasar. Con un horno casero, podría hacer semitas y pan. Lo hice antes cuando vivía en la ciudad y me iba bien. Ahora no tengo insumos pero podría trabajar en eso para salir adelante. Mi idea siempre ha sido trabajar", sentenció.

 

 

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