Desde pequeña, a Ana Avellaneda la cautivó el amor por los animales. Esa pasión la moviliza hasta hoy en que no deja de ayudar a callejeritos y pensar que, en un futuro no muy lejano, pueda tener su propia marca de productos para los mejores amigos que podemos tener. En tanto, uno de sus emprendimientos es furor: las cuchiruedas.
Se trata de cuchas realizadas con cubiertas que ya cumplieron su vida útil y que ella busca en una gomería cercana. Sobre ellas, aplica toda su creatividad: personalizadas y únicas; tienen detalles en vivos colores y colchoncitos y almohadones que los mimados de la casa disfrutan desde el minuto cero. Apenas publica un modelo en su Facebook o estado de WhatsApp, se vuelan.
"Amo hacerlo por ellos", dice sobre su trabajo en el que se nota su dedicación. "Empecé a reciclar las cubiertas y les puse el nombre de Cuchiruedas. Hace casi tres años empecé a buscar ideas por Internet en principio para hacerlas para mis mascotas y después para cada perrito o gatito que entregaba en adopción. Ellos partían a su nuevo hogar con su cuchirueda", dijo a Diario La Provincia SJ.
Y detalló un costado solidario y proteccionista: "también hacía para donar a los callejeros. Llevo muchos años en el tema de los rescates en los que me ayuda mi marido. Asistimos a los que están en el Club Huarpes, en el trabajo de mi marido y los que pasan por mi casa. Con lo que recaudo con la venta de productos cosméticos y de Cuchiruedas puedo desde comprar alimento a pagar gastos veterinarios y de peluquería para ellos".
Ana nunca pensó que le iría tan bien con su emprendimiento, el que desarrolla en su casa: "me encargan las cuchiruedas; las ven en mis estados de WhatsApp y me compran. Por ahí no me dan los tiempos para hacerlas pero trato de cumplir. Nunca me imaginé que gustaran tanto. La gente me felicita y la verdad que me llena de felicidad hacer algo que me encanta. Algún día tendré mi pequeño negocio con accesorios, ropa y muchas novedades para las mascotas y siempre reciclando que es lo que me gusta".
En la cuarentena, si bien sintió el parate de actividades en general nunca dejó de pensar en quienes más necesitan: "primera vez que pedí por Facebook que me ayudaran con colchones, rellenos, almohadas y telas viejas. Con lo que me donaron, hice más de 20 colchones para las chicas proteccionistas que conozco y algunas cuchas también", señaló feliz.
Para contactarse con Ana pueden escribirle a su perfil en Facebook.