Historia

Charo, la abuela que hace más de 35 años alimenta a cientos de personas y no para en la cuarentena

Desde su centro asistencial "María Jovita" en el Barrio Güemes, Rawson, alimenta a 360 personas y hasta les brinda los elementos necesarios de seguridad.
viernes, 17 de abril de 2020 17:00
viernes, 17 de abril de 2020 17:00

Cuando el espíritu solidario se lleva y se siente, no importan las circunstancias que se vivan, siempre se seguirá ayudando. Así lo practica Charo, la abuela de 67 años que hace más de 35 años ayuda a todo aquel que confía en ella. 

En esta época de aislamiento social, preventivo y obligatorio por la expansión del COVID-19, continúa alimentando a cientos de personas que asisten a su comedor y hasta les brinda los elementos necesarios para el cuidado en la prevención del virus. 

“Hace casi 40 años que realizo este tipo de tareas. Recuerdo que empecé ayudando a hacer trámites a quien lo necesitara, o a personas mayores que los ayudaba en diferentes situaciones. En el 2000 comencé con un comedor y merendero, con el paso del tiempo fue quedando menos gente pero hace cuatro años hemos vuelto a tener mucha gente y hoy atendemos a 360 personas a quienes les brindamos la copa de leche y almuerzos”, contó Charo a Diario La Provincia SJ. 

Hasta el centro "María Jovita" llegan vecinos del Barrio Güemes, Villa del Carmen y alrededores de todas las edades. Allí el plato de comida caliente nunca falta, aunque en estos días sólo buscan los alimentos para compartirlos en casa. 

Tenemos un registro de los grupos familiares y en base a eso es que les damos las porciones. Cuando cocinamos para ellos pensamos que lo hacemos para nosotros mismos, tratamos de ponerles todos los ingredientes y tener todos los cuidados que se requieren, lo único que dejamos a decisión de ellos es el consumo de sal, a nada le ponemos”, aseguró con firmeza. 

Es así que porciones de tallarines, arroz, pollo al disco, milanesas, pizzas y hasta recetas con carne de cerdo a diario llegan a la mesa de muchas familias. Todo gracias al esfuerzo, dedicación y gran corazón de Charo y su equipo. 

Nos ayudan los comerciantes de la zona, una iglesia evangélica también colabora. En todos estos años he tenido a muchos niños, algunos de ellos crecieron y hoy son profesionales que sigue comprometidos con nuestra labor. Cuando la situación está difícil los llamo e inmediatamente tengo los ingredientes para hacer de comer. Es una dicha enorme”, señaló la abuela. 

En este caso no sólo la alimentación es importante sino también las actividades recreativas como el Ballet de danzas árabe y folclore que cerca de 60 niñas integran. Aunque ahora no lo practican debido a las medidas de aislamiento, frecuentemente bailan en espectáculos a beneficio propio y del centro asistencial. 

“Siempre pedimos que vengan los padres y sin sus hijos para que no tengan que bajar la cabeza delante de ellos a la hora de pedir comida, es muy difícil pasar por esa situación. Es muy triste ir con un hijo de la mano a pedir comida. En este tiempo de cuarentena vienen los padres y les colocamos alcohol en gel, además de la comida les damos guantes y barbijos hechos por nosotros también. Hacen la cola respetando las distancias y yo no salgo, mi equipo me acerca los recipientes”. 

Convencida de hacer lo correcto, Charo se motiva día a día impulsada por su familia y amigos, y lejos de bajar los brazos ante cualquier circunstancia, intensifica sus tareas solidarias en beneficio de los demás. 

A mis 67 años estoy agradecida de poder seguir haciendo todo esto pero me da mucha pena las historias que escuchamos de las personas. Les agradezco a todos los que me facilitan los medios para poder seguir ayudando, lo hago ahora en cuarentena y lo haría siempre en la situación que se presente. Quiero que los niños vuelvan a bailar y poder incluirlos nuevamente”, concluyó. 

Para poder ayudar a su comedor "María Jovita", asistir a Barrio Güemes, calle Pellegrini 465 oeste – Rawson. O llamar al 264 459 4300 y comunicarse con Marita. 

 

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