Hace casi sesenta años, Juan Carlos Navarro recibió tres monedas de un vecino y ese fue el puntapié de lo que hoy es una gran colección de más de 30 mil piezas.
"Siempre hay un familiar, un amigo, una maestra que cuando se entera que estás coleccionando monedas te empiezan a donar. Cuando mis amigos se van de vacaciones les pido que no me traigan ninguna remera de recuerdo, yo prefiero monedas o billetes. Es la forma de ir incrementando la colección", aseguró Navarro en diálogo con Diario La Provincia SJ.
Poco a poco fue admirando no solo la belleza de cada pieza sino la historia que hay detrás de cada diseño. "Así se empieza, porque hay un mundo fantástico detrás de cada moneda o billete. Por ejemplo, las monedas que sacaron para el Bicentenario, son cinco porque representa a las cinco regiones de la Argentina. De la patagonia pusieron el Glaciar Perito Moreno, la región de Cuyo con el Aconcagua, la parte central con los Lobos Marinos de Mar del Plata, la parte noroeste con el Palmar de Entre Ríos y la parte norte Tilcara de Jujuy".
Si bien calcula tener alrededor de 30 mil piezas, todo está perfectamente ordenado. "No hay una forma específica de ordenar una colección. Personalmente tengo dos billetes de cada uno acomodados en carpetas para que se vea el anverso y reverso. Las carpetas numismáticas tienen unos folios de acetato especiales que permiten la conservación exclusiva de monedas y billetes", aseveró Navarro.
Si bien ahora tienen la facilidad de las redes sociales, contrario a lo que parece esto ha dificultado el coleccionismo. "Llamamos piezas difíciles a las caras. En realidad el coleccionismo significa conseguir una pieza por el menor precio posible, canjeando. Con plata cualquiera es coleccionista. Con el internet hay mucha demanda y los precios se vuelven incoherentes, no siguen el precio del catálogo".
Argentina, divino tesoro
Si bien Juan Carlos conoce sobre el dinero de todo el mundo, sin dudas elige como favorito el de nuestro país. "La que se considera como la moneda más antigua de la Argentina es la "macuquinas" que en lengua quichua significa "golpeadas", porque los indios las hacían a golpes. Circularon en el territorio nacional de 1574 al 1773, durante 200 años. A pesar de la historia no son monedas caras, depende del valor facial, una de medio real puede llegar a costar unos $400 o $500. Mientras más grande el valor facial, es más cara", explicó el experto.
A pesar de que lleva 58 años en esto, hay una "figurita difícil" que todavía no consigue. "Tengo casi la colección completa de la Argentina, tanto en billetes como monedas. Hay piezas que son muy escasas por la cantidad que se acuñó. Por ejemplo, el "Argentino Oro" es una moneda muy cara que se acuñó de 1882 a 1896, del medio argentino, se acuñaron 346 monedas nada más. Son prácticamente imposibles de conseguir".
Cuando se ha conocido tanto, es difícil elegir alguno como favorito. "En una colección todas son importantes, porque si te falta una sola no tenés la colección completa así que tiene tanto valor la que conseguís por $1 como por 10 mil dólares. Por otro lado, todos los países tienen algo que los hace exclusivos. Por ejemplo, los chinos son los primeros que sacaron las monedas agujereadas ya que no tienen bolsillos y para transportarlas las enhebraban en un pañuelo. Tengo cinco denarios que es una moneda bíblica, cuando Judas traicionó a Jesús le pagaron con 30 denarios. En internet la podés encontrar por unos $1500".
Quienes estén interesados en conocer más sobre el mundo de la numismática, en cuanto termine la cuarentena pueden encontrar a Juan Carlos los domingos en la Feria de las Pulgas con su stand en el que vende las monedas que tiene repetidas y asesora a los coleccionistas.
