A diario, el mundo replica en los medios internacionales la efectividad con la que Nueva Zelanda sigue adelante a la vez que aplana efectiva y rápidamente la curva de coronavirus.
Con solo 4 fallecidos y 886 contagiados, el país tomó medidas muy parecidas a las de Argentina, y el sanjuanino Francisco Lloveras, quien se encuentra allá con una visa de trabajo, contó cómo vive esta experiencia del otro lado del mundo.
"Estoy en una ciudad pequeña al norte de la Isla Sur, donde vivimos desde el 1 de abril el Nivel 4 de emergencia en el país, que es similar que en Argentina pero con la diferencia que podemos circular para hacer lo que necesitamos. La gente respeta y no vemos que hayan detenidos por desobedecer lo que se decreta", relató el joven a Diario La Provincia SJ.
Cuando el joven llegó, para responder al decreto, debió pasar los días de cuarentena aislado para no ser deportado a América. Lo hizo y gracias a las medidas, una vez que finalizó el periodo encontró trabajo recogiendo manzanas, actividad que cumple sin problemas hasta el momento.
"Los asesores le recomendaron a la Primera Ministra que decretara el Nivel 4 así evitaban que no se propagara tan rápido como en otros países. Podemos salir a comprar y trabajar en tareas de primera necesidad como los alimentos, pero así y todo, antes durante y después de entrar a los trabajos, hacen chequeos sanitarios a los empleados y trabajan bajo estrictas normas. A todos nos dieron elementos de seguridad para que nos cuidemos", señaló Francisco.
Y agregó que "Cuando declararon nivel 4 de emergencia tuve mucho miedo, con mi amigo decidimos quedarnos en el pueblo donde estábamos y ahora vemos que hicimos bien. Acá no hay casos positivos de coronavirus y pudimos empezar a trabajar después de una semana y media. Podemos salir a correr con mucho cuidando y respetando las normas".
En este escenario, al notar la respuesta de los ciudadanos y los cuidados establecidos por el Estado, notó la efectividad de las medidas.
"La recolección de frutas es una de las actividades primordiales ya que Nueva Zelanda se dedica a eso; al arribar fue donde conseguimos. Después de estar aislados comenzamos a trabajar y estamos muy bien, todo con controles masivos. Hay cuarentena pero no es extrema como en Argentina, los ciudadanos entienden que no hay que salir y lo respetan, son conscientes de la peligrosidad del asunto", aseguró.
Como experiencia personal, comenta que será una etapa de su vida que no olvidará jamás. Acompañado por su amigo y sintiendo la cercanía de su familia a través de mensajes y videollamadas, a través de las cuales les trasmite tranquilidad por su situación.
"Mi experiencia es que admiro el nivel cultural, estoy tranquilo acá con los controles y viendo cómo nos cuidan. Nosotros que somos inmigrantes, en un país ajeno tenemos que portarnos como invitados para que no nos deporten. Tratándose de Nueva Zelanda, donde tienen estabilidad económica, se vive tranquilo con la idea de que esto va a pasar", dijo Francisco.
"A través de los diarios vimos cuando Alberto Fernández decretó cuarentena y todos se fueron a la costa un fin de semana largo. Eso acá no pasa, por eso nos extendieron la visa de trabajo para que no tengamos que volver tan pronto y evitar la circulación de gente por el mundo. La verdad no me arrepiento, es lo mejor que estoy haciendo en mi vida", culminó.