Pocito

Mamás de las nenas muertas en Pocito: "queremos justicia y que la gente no se olvide de ellas"

Las nenas de 11 años murieron el pasado viernes cuando iban cruzando calle Mendoza entre 13 y 14. Sus madres piden que caiga todo el peso de la ley sobre el conductor del auto.
viernes, 6 de marzo de 2020 00:00
viernes, 6 de marzo de 2020 00:00

Justicia y que la sociedad no se olvide de ellas para acompañarlas en este duro momento que transitan. Eso es lo que piden Noelia Quiroga y Susana Méndez, mamás de Julieta Farías y Ailén Páez, respectivamente, las nenas que el pasado viernes perdieron la vida atropelladas en calle Mendoza entre 13 y 14 en Pocito. El autor del siniestro vial, Sergio Arenas, las abandonó en el lugar y luego horas más tarde se entregó. A una semana de la tragedia, el pedido de justicia sigue intacto y latente en toda la comunidad pocitana.

"Julieta era una nena muy buena, le gustaba hacer muchas cosas. Tenía muchas amigas. Iba a la escuela en la tarde. Rabiaba porque no había aprobado matemática y la tenía que rendir. Ahora en febrero pudo rendir y aprobó. Estaba recontenta porque iba a pasar a 6to grado. Estaba pensando en el conjunto de egresado, en ponerse las pilas. Tenía muchos sueños", comenzó relatando Noelia Quiroga, mamá de Julieta Farías, a Diario La Provincia SJ.

Julieta era la mayor de tres hermanos. La hermanita que le sigue, de 6 años de edad, pregunta todo el tiempo por ella pero sabe que murió. "Los hermanitos preguntan todo el tiempo. La de 6 años está más despierta y dice mi hermana murió", agregó.

Noelia tiene muy grabado lo que ocurrió aquella noche. No pudo ver la escena en la que Arenas embistió a su hija, pero se acuerda el lugar exacto donde apareció (alrededor de 200 metros de donde la atropelló) y se imagina que su Julieta tal vez fue viva en el capot del auto pidiendo que frente el conductor.  

"La llevó a calle 13 y cuando giró la pisó. Cuando fuimos a verla a la morgue, tenía la rueda pasada por el estómago. Le pasó por encima", recordó entre lágrimas y subrayó: "quiero que ellos estén presos de por vida, que no salgan nunca más, que paguen lo que le hicieron. Le sacaron todo a ellas y nos sacaron todo a nosotros. Es una persona sin escrúpulo. No va a ver que estaba en el capot. No va a frenar para auxiliarla, llevarla al hospital, frenar con el primer golpe... No se que le diría o haría si lo tuviera frente mio, porque si no tuvo escrúpulos con mi hija, yo tampoco los tendría con él".

Precisamente ese sentimiento de justicia y ese deseo de que el hombre pague es el que aborda a Susana Méndez, la mamá de Ailén Páez. La nena era la más chica de 6 hermanos, 4 de ellos ya estaban casados y con familia y su mamá vivía con ella y con su hermano de 16 años.

"Le encantaba la escuela, tenía buenas notas. Estaba re entusiasmada con empezar las clases. Era muy buena hija. Ese día estaba contenta porque iba a ver el corso, andaba entusiasmada, se bañó, se arregló. No sabíamos que iba a pasar esta desgracia", recordó entre lágrimas y ya sin voz por el dolor que siente por la pérdida.

Susana había estado minutos antes con las dos nenas pero en cuestión de minutos, ambas quisieron comprar golosinas para ver el corso y ahí se desencadenó la desgracia.

"Las nenas andaban conmigo. Mi casa queda cerca de la plaza y me pidieron plata para comprar algo en el corso, probablemente compraron una golosina pero ya habían cruzado la calle. Cuando me entero de lo que había pasado, corro para allá y la veo tirada en la orilla. Esta persona parece que venía muy rápido, no las ha visto pero a la otra nena la arrastró 200 metros y luego la pasó por arriba", dijo desbordada en llanto.

Luego se preguntó por qué no paró para auxiliarlas y para llevarlas al hospital. "Si lo tuviera frente mio, lo mataría, le diría asesino. Mis hijos me dan contención y fuerza pero estoy muy mal, extraño mucho a mi hija, no doy más, la necesito, quiero oir su voz, nada más", finalizó.

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