Desde el pasado viernes rige en todo el país el decreto presidencial que prohibe toda actividad civil en el terreno argentino como medida de protección ante el avance del coronavirus. La medida tiene sectores exceptuados, pero de igual manera estos generan prohibición para los aglomerados. Esto sucede con el servicio fúnebre, considerado un servicio esencial pero que a su vez genera una restricción.
"Después del decreto presidencial, tuvimos que hacer unos cambios en la forma de trabajar. Tuvimos que apuntar a obedecer lo que se dijo de evitar la aglomeración de gente. El decreto presidencial indica que las funerarias estamos permitidas trabajar pero en el artículo 7 dice que tenemos que evitar la aglomeración", explicó a Diario La Provincia SJ, Margarita Annecchini, propietaria de la empresa Lanusse & Annecchini S.A.
Ante este escenario, se decidió suspender los velatorios, no hacer en domicilios ni salas velatorias. En el caso de esta empresa, se retira el cuerpo del lugar donde está el fallecido, ya sea en el domicilio, hospital o clínica, y se lo lleva a la sala para prepararlo. Este proceso se hace con todo un equipo de protección, que es el recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación de Empresas Fúnebres.
Luego que el cuerpo está preparado, se lo transporta en el furgón hasta el cementerio. Allí tampoco pueden estar los familiares.
"Es lamentable porque ante la pérdida de un ser querido, siempre queremos honrar al fallecido y no nos queda otra que no acompañarlo. La gente ha aceptado esta medida, en su gran mayoría. Uno solo no le gustó mucho pero hemos decidido preservar a la familia del fallecido, al personal. No hay que tener gente aglomerada", agregó.
Las empresas en San Juan fueron notificadas por el Ministerio de Salud y la Asociación de Empresas Fúnebres de Cuyo, de estas medidas.
