Este sábado, Lucía Ponce se convirtió en la primera Embajadora Nacional del Sol. A comienzos de enero, la representante de San Martín dialogó con Diario La Provincia y contó sobre su vida y sus anhelos.
Tiene 25 años, está casada y tiene un hijo de dos años. Aunque es Técnica Superior en Rayos X, ocupa su tiempo en actividades muy nobles. Actualmente tiene su emprendimiento de escritura braile, un producto pensado en aquellos que más lo necesitan. Con el emprendimiento denominado “Esbra” (es: escritura - bra: braile), la candidata de San Martín es toda una empresaria.
“Desarrollo todas mis horas en eso y en ser mamá. Es una empresa que se dedica a la creación de piezas con escritura braile. Incluso combinando lo que es tinta y escritura braile en algunas piezas que desarrollamos, como cartas gastronómicas, postales, productos gastronómicos y todo tipo de cosas. Incluso traducimos algunos libros para personas ciegas, instituciones y población en general”, contó por entonces.
Esta inquietud por colaborar con la accesibilidad a personas no videntes tiene un origen familiar. “Todo nació por mi abuela que era ciega, siempre quedó esa deuda hacia ella por que no sabía escritura braile”, lamentó Lucia y contó, que después de quedar embarazada, trabajó en la imprenta de su marido unos meses. Eso le ayudó a ver las cosas con otros ojos.
“Dejé de trabajar y empecé con el tema de la investigación, de ver como abrir mi propio camino, quería algo de mi esfuerzo”, destacó. Sin embargo, aseguró que uno de los grandes problemas, es la financiación de máquinas especiales para este tipo de escritura. “Fue todo un tema ya que las máquinas son muy costosas y en dólares”, puntualizó.
El fondo Semilla fue uno de los impulsores de su proyecto. “Empecé, yo no tenía muchas esperanzas, pero noté que estaban muy interesados, fui llenando permanentemente muchos documentos que pedían y lo aprobaron, así que estoy feliz”, celebró la embajadora.
Con una gran capacidad para ver en cosas muy simples soluciones prácticas, Lucia Ponce, candidata a representar a la provincia en la Fiesta del Sol, realizó capacitaciones y cursos que le permitieron explotar su creatividad. “Nos enseñaron la importancia del reciclado, por eso el papel de desecho que nos quedaba, ahora los hacemos lápices ecológicos. Después de su vida útil uno lo planta y sale tomate, acelga y una variedad de distintos vegetales”, comentó Ponce.
Lucía conjuga su espíritu emprendedor, con su conciencia ecológica y su activismo solidario en una verdadera empresa. Hoy emplea, además, a diez personas en la fabricación de lápices ecológicos con papel reciclado, que luego pueden plantarse para sembrar vegetales.
“También lo que tengo en un segundo plano son cartucheras hechas con bolsas de la materia prima, pero claro eso es más demoroso porque son tejidas”, puntualizó.
El ciclo productivo generado por este emprendimiento, completa su visión solidaria con las personas y el medio ambiente, generando empleo genuino. “Los lápices y todo lo demás son producidos por madres, estudiantes, personas que tienen alguna enfermedad, que no pueden trabajar en otro sitio o en relación de dependencia. Tengo aproximadamente diez personas trabajando, estamos en el proceso de inicio de la puesta en marcha, pero hace un año y medio la empresa está en funcionamiento. Arranqué en fines de 2017 con el financiamiento y en 2018 comenzó a funcionar”, aclaró.
Lo que nació como una conducta individual, para Lucía se transformó en un propósito que tiene que ser colectivo. “Noté que con este emprendimiento podía lograr una concientización en el resto de las personas, entonces empecé por el camino de los lápices y ahora seguimos charlando con una fundación de mi departamento. Queremos dictar capacitaciones sobre este tema, empezar por ese lado y esparcir la voz para que muchos copien actitudes comunes que son muy sencillas y económicas”, y completó: “no es que se gasta mucho dinero, sino que es cuestión de hábitos”.
“El proyecto del departamento que voy a presentar es la escritura braile, para hacerlo escuchar y lograr lo que necesita para hacer ese aporte en la comunidad y, sobre todo, lograr una concientización del ambiente a nivel provincia y si salgo electa a nivel nación”, finalizó la joven sanmartiniana quien asegura que el cambio de paradigma de Reina a Embajadora es muy positivo.