El 4 de septiembre del año pasado un pequeño milagro marcó para siempre a la familia Mercado. Es que el pequeño Benjamin, de tan solo 7 meses dejó de respirar y gracias a los esfuerzos y la voz de su madre, volvió en sí. Esta semana el pequeño cumplió su primer año y fue bautizado.
"Lo vivo con mucha emoción. No puedo creer que esté conmigo. El tiempo se pasó muy rápido. No le han quedado secuelas, está sanito. Los hermanitos están permanente preguntando y mirándolo a ver si está bien", contó a Diario La Provincia SJ su mamá Verónica.
Benja llevaba más de 20 minutos sin signos vitales cuando su madre decidió dejar de hacerle rcp y hablarle para que abriera los ojos. "Cumplí con lo que le prometí cuando se descompuso: tenés que vivir hijo porque la mamá te quiere hacer algo para tu cumpleaños, y acá está. Ya está a punto de caminar, va rapidísimo. Es tremendo. Cuando mirábamos nombres y nos estábamos por decidir por Benjamín yo le dije al padre que todos los niños que conocía con ese nombre son terribles. Pero es un amor de persona".
Además de su cumpleaños, Benja celebró su bautismo este sábado en la Parroquia de Fátima. "Mi hijo tiene cuatro padrinos, ellos han estado siempre. Tres son familiares y la otra es mi mejor amiga. Después de lo que le pasó al niño están muy pendientes. Lo único que pido es salud, que siga bien y que no me lleve otro susto. Hay que darle para adelante", sentenció.
Su historia
"Él se levantó bien pero yo venía soñando que le pasaba algo a mi bebé. Por eso no quise llevar a mi nena a la escuela y le pedí a mi madre que lo hiciera. Me senté a desayunar con él a las 7.30, se estaba riendo y al segundo puso los ojos blancos, no tenía pulso. Lo agarré y lo puse en la cama haciéndole rcp pero no reaccionaba. Mi hijo pidió auxilio a una vecina y su marido", recordó Verónica.
Ante la desesperación, la mujer salió a la calle con el niño en brazos. "Me puse en el medio de la calle, lo paré y le pedí ayuda porque mi hijo no tenía signos vitales, no respiraba. Me llevó hasta La Rotonda mientras yo le seguía bombeando el corazón. Yo le hablaba y le pedía que no se muriera que es mi vida y que me costó mucho tenerlo. Le pedí a Santo Come y Damián porque ellos fueron doctores. También le pedí a La Difunta Correa, al Curita Brochero y a la Virgen de Guadalupe, le pedí a todos los santos".
Fue ahí cuando ocurrió lo que hasta los médicos que lo revisaron después lo clasificaron como un "milagro": Benja abrió los ojos y la miró sonriendo. Finalmente fue revisado por los profesionales del Centro René Favaloro quienes le dijeron que Benjamín había sufrido un preinfarto seguido de muerte súbita.
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