Historias

Tiene un comedor solidario, ayudó a familias con COVID y le hicieron un emocionante homenaje

Claudia Frías es el alma del comedor "Corazones Solidarios" y recibió la sorpresa de su vida. Sus vecinos reconocieron su amor y entrega a quienes más lo necesitan.
domingo, 20 de diciembre de 2020 12:12
domingo, 20 de diciembre de 2020 12:12

"¿Qué pasó, qué pasó?": se preguntó Claudia Frías cuando escuchó que la llamaban a la puerta de su casa en el Lote Hogar Nº 20, en la localidad de La Bebida, en Rivadavia. Se puso el barbijo y fue al encuentro de un grupo de vecinos que le dieron una gran sorpresa. Ella es el pilar del comedor "Corazones solidarios" que hace 4 años empezó a funcionar en su casa. En pandemia no paró. Entrega al menos 80 viandas para familias que tienen un plato de comida hecho con amor e incluso, no dudó en ayudar a vecinos aislados por coronavirus con lo que necesitaran.

Por eso, sus vecinos decidieron homenajearla. Un diploma y unas palabras sinceras y desde el corazón, leídas por una nena fueron el regalo más grande. Ella, agradecida y entre lágrimas, no pudo evitar el abrazo en medio de aplausos.

"Ellos quisieron agradecerme el esfuerzo de seguir adelante. Mi esposo y mis dos hijos están desempleados pero no falta el alimento para quienes lo necesiten. Tengo ayuda de personas muy solidarias como Pato Rossomando, del intendente Fabián Martín, del Ministerio de Desarrollo Humano, del club San Martín y estoy muy agradecida al Banco de Alimentos de San Juan. ¿Usted vio el queso que le colocamos a algunas comidas? Eso por ejemplo, lo tenemos gracias a ellos que una vez por semana nos entregan insumos muy valiosos", dice Claudia que transmite sencillez y emoción en sus palabras a Diario La Provincia SJ.

Al inicio, ella dispuso su casa para que funcionara un merendero y por esas misiones que en la vida uno se topa, el proyecto encarado por otra persona se cayó. Ella, en su honestidad, fue a devolver al ministerio de Desarrollo Humano un horno que utilizaban y el entonces ministro Walberto Allende destacó su labor. "Me dijo que siguiera adelante; que hacía un gran trabajo y me iban a ayudar. Así fue: tenía 25 chicos al principio y hoy, llegamos a 150 personas; a familias completas que se acercan a plantearnos su necesidad", recuerda.

A las 7.30 hs., Claudia ya está arriba para ver qué ingredientes tiene para comenzar a definir el menú. Si hay que buscar donaciones, su esposo y sus hijos Alexander e Ismael, allí están siempre dispuestos. Su hija Micaela, la ayuda en todo lo que necesite también.

En medio de la pandemia, no dudó en golpear puertas o gestionar trámites para vecinos que quedaron aislados. Empatía desde el minuto cero. "Allí donde pudiera dar una mano, traté de estar. Para mí, un "gracias" es el regalo más grande", confiesa.

Su labor, sencilla y amorosa, no pasó desapercibida. Por eso sus vecinos quisieron mimarla; que sepa que es valiosa y querida y seguirán acompañándola en lo que puedan ser útiles. Hace 25 años se conocen y saben de qué madera está hecha Claudia. "Les agradezco mucho; de todo corazón. Cada vez que necesitamos algo; ayudar al otro, ellos estuvieron y me dan una mano. Lo que deseo para el 2021 es que todo mejore; que no haya más familias que necesiten de un comedor. Que todos tengan un plato de comida en su mesa gracias a su trabajo", señala Claudia. Que así sea. 

 

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