En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en San Juan se destacó una regularidad en las denuncias en los últimos dos años. Se trata del incremento en las denuncias de casos de violencia psicológica en la pareja y que se traslada a la familia.
La directora de la Dirección de la Mujer, Adriana Ginestar expresó a radio AM1020 que "hemos advertido que el pedido de ayuda a personas en riesgo de vida por violencia de género llega cada vez más de vecinos y amigos de la víctima que no temen involucrarse. Hay más sensibilidad social y hay que trabajar en esto para evitar, en el corto plazo, males mayores como femicidios".
Además, "hay un incremento notable en el porcentaje de denuncias de violencia psicológica. Es decir que se reconoce la manipulación, el chantaje y los insultos. Esto nos llama mucho la atención y la tendencia en alza viene desde el 2018. En ese sentido, también consideramos que hemos hecho camino con la concientización y.que esas situaciones no se deben normalizar".
Entre las manifestaciones está la denigración, la crítica a la vestimenta y la afirmación que no puede manejar su dinero, sino que lo tiene que hacer su pareja. En otros casos, por ese desgaste psicológico, dejan de trabajar y pasan de esa manera a tener dependencia económica.
Además, durante el contexto de pandemia se detectó un aumento del caudal de llamados en referencia a situaciones de violencia de género. El pico de 35% se produjo durante los meses mayo y abril coincidiendo con la etapa de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) más estricto.
Cómo se hace el monitoreo de las víctimas
Desde el 2019, en el CISEM 911 se realiza el seguimiento de los dispositivos duales para el cumplimiento de medidas y penas de alejamiento en materia de violencia doméstica, de género o intrafamiliar.
Los reportes de la actividad y los desplazamientos de las personas se muestran en las terminales del Centro de Monitoreo del CISEM 911 ya que los equipos utilizan tanto GPS como Radio Frecuencia (RF) para determinar la ubicación del agresor y su proximidad a la víctima protegida en todo momento. El victimario lleva también un transmisor asegurado a su tobillo, que está asociado con la unidad de rastreo GPS (dispositivo), el cual debe estar cerca de la persona en todo momento. El sistema detecta si el agresor está a una distancia segura de la víctima y se activan alertas si éste se acerca demasiado. Además, las víctimas pueden pedir ayuda llamando a la línea 911 desde el dispositivo o algún teléfono celular y/o activar las alertas de pánico en situaciones en las que sienta que su seguridad está en peligro.
Actualmente se monitorean dieciséis parejas, las cuales están distribuidas en tres puestos de trabajo. Por turno, cinco son los operadores civiles destinados al control de las mismas y tratamiento de eventos y un supervisor policial a cargo de la sala, quienes actúan conforme a protocolo ante alguna incidencia de gravedad. Mensualmente se comisionan, en promedio, veinticuatro móviles a los lugares donde acontece una situación a resolver.
Las autoridades destacan que no hay antecedente alguno que, durante el periodo de monitoreo de las víctimas, hayan sufrido violencia física por parte de los agresores imputados en las causas, por lo que se considera una herramienta válida para disuadir al agresor, pero fundamentalmente para hacer efectivo el derecho de la víctima a su seguridad y protección y generarle confianza para poder abordar su recuperación y tratamiento.
