Historia de fe

Kevin Malla, el sanjuanino que se ordenó diácono en pandemia: “encuentro a Dios en las personas”

El joven se ordenó diácono, nada menos que en la Catedral de La Plata, donde vive y estudia desde hace un año. Se esperanza con el bautismo, como eje fundamental de su tarea de servicio.
sábado, 14 de noviembre de 2020 12:00
sábado, 14 de noviembre de 2020 12:00

Si bien al principio no lo sabía y no estaba seguro, a través del camino y del consejo de amigos, Dios le dio la mano y lo llevó a donde debía estar. Así siente que vivió su inicio de historia de servicio Kevin Gabriel Malla, el joven albardonero que esta semana se ordenó diácono en La Plata, después de ingresar hace ocho años al Seminario San José de aquella ciudad.

Humilde, servicial y con buena escucha, el sanjuanino que no ve a su familia hace ya 10 meses, dio un paso más en su servicio a Dios, en medio de un momento de señales sin saber lo que le esperaba.

“Desde chico fui a la parroquia de Los Desamparados, en Albardón y también al colegio religioso. Siempre participé de las misas y fui monaguillo más o menos desde que tuve 11 años. Cuando salí del secundario y había que elegir algo, una carrera, una profesión para seguir, hablé con un amigo y le pregunté ´¿Cómo sabe uno que puede ser religioso, que puede empezar el camino para ser sacerdote?´.  Él que era seminarista me dijo que tenía que sentir el llamado, que Dios lo hacía de una forma especial para cada uno”, comenzó recordando Kevin, a Diario La Provincia SJ.

Impulsado por esa “motivación” que sentía en su interior, el joven decidió seguir y esperar ese llamado, sin tomar una decisión previa. “Nunca me voy a olvidar de un día cuando abrí la Biblia para leer la lectura, era Mateo 9:35-38, donde Dios habla de que la cosecha es grande pero pocos son los trabajadores. Fue en ese momento que sentí su llamado, que me estaba diciendo a mí que sea uno de sus trabajadores”, contó.

Fue así que volvió a hablar con su amigo y le dijo lo que le había pasado, lo que sentía. “Él me respondió que claramente Dios me estaba llamando, pero que lo medite mejor”, aclaró. El proceso no fue fácil hasta que decidió dar el primer sí como respuesta. “Le conté a mi familia, mi mamá se emocionó y me dijo que era muy lindo, que se alegraba. Con mi papá fue diferente”, reveló entre risas.

Es que el joven también se dedicaba al fútbol en el Club Sportivo Desamparados y cree que su padre siempre lo vio desde ese lugar. “Después cuando hablamos me dijo que si era lo que a mí me hacía feliz, él también iba a estar feliz. Ese fue el segundo momento en el que sentí que Dios estaba conmigo”, dijo.

Desde entonces no paró, y esta semana se ordenó diácono, en medio de una ardua tarea en pandemia. "En estos meses de coronavirus estuvimos muy cerca de los que más necesitan. Al ser la catedral, viene mucha gente de otras parroquias, necesitadas de alimento, en situación de calle. Fue una experiencia pastoral diferente", revela. 

 

"Esa tarea con las personas también fue determinante en el momento de dar ese "sí" a la ordenación. Fue una experiencia muy humanizante", agregó. Sobre el momento en que recibió la noticia de que iba a ser diácono, reveló que también estuvo marcado por una señal de Dios.

“En el último año hacemos apostolados en las parroquias, desde este año estoy en La Catedral; es otro tipo de aprendizajes. Por el coronavirus no se sabía si se iban a poder hacer ordenaciones. El canciller que vive conmigo me vino a buscar y me dijo “Kevin, tenés cita con el Obispo”, lo primero que pensé fue “¿qué hice ahora, me va a retar?”. Todos estábamos expectantes pero nadie sabía nada”, contó.

Y agregó que “antes de esa reunión tuvimos misa temprano y en la lectura de ese día, estaba la frase “lámpara son tus palabras para mis pasos”. Yo sentí algo, sentí que la palabra fue la que me llamó en un primer momento y ese día lo volvió a hacer. Fue una propuesta de Dios para dar ese paso”.

De ahora en más, ese es su lema particular para su diaconado, en medio de un sentimiento de iluminación junto a Dios. “En ese momento, en el de la ordenación, se une lo humano con lo divino y es algo que no se puede explicar con palabras, es un momento inigualable”, resaltó.

“Me encuentro a Dios en las personas, me pasó siempre y me sigue pasando ahora. Bautizar es algo hermoso y me gustaría mucho seguir haciéndolo. En este momento no tengo más palabras que las de agradecimiento a todos, a quienes me acompañaron, a mi familia que siguiendo el acto por streaming y que pronto espero verlos en personal”, finalizó.

 

Galería de fotos

Comentarios