Es una de las experiencias más lindas a los que la vida los enfrentó en su profesión. Acostumbrados a recorrer las calles combatiendo el delito, dos efectivos de Comisaría 17 fueron protagonistas del alumbramiento de una joven madre.
Sucedió en calle Benavidez y Necochea, en el asentamiento Fe y Esperanza en Chimbas. Los efectivos Guillermo Tello y Edgar Andrada se encontraban de recorridas de prevención y recibieron un llamado de pedido de ayuda para una mujer que estaba por dar a luz.
"Somos comisionados a las 23.30 al Asentamiento y allí nos manifiestan que una señora estaba con trabajo de parto. Se hace el ingreso a una habitación, se observa a la mujer recostada en la cama con fuertes dolores y contracciones", comenzó explicando el sargento Tello a Diario La Provincia SJ.
La joven de 23 años estaba con trabajo de parto y mientras esperaban la ambulancia rompió bolsa. Su amiga, Vanesa Garin, les pidió ayuda y rapidamente trabajaron todos juntos para poder asistirla.
"Le decimos que se acomode y se da apoyo para que esté tranquila hasta que llegue la ambulancia pero no aguanta más y tiene a la bebé en el lugar. Yo lo recibo y asisto. Le limpio la boquita, la nariz, lo doy vuelta, empieza a llorar, la envolví y se la di a la madre", detalló el uniformado.
Luego llegó personal de emergencias médicas y se procedió al traslado de la menor con la joven madre, Milena Vargas, al hospital Rawson.
"Es la segunda vez que me pasa en el año. Son experiencias muy lindas. Siempre, gracias a Dios, preparado y agradecido a la familia y a la institución", expresó el sargento Tello y luego agregó: "por los lugares que nos toca transitar, custodiar y preservar el orden, es raro y más dos veces en el año. Todavía estoy cursando un perfeccionamiento que me da la policía que está dictado por la Católica y sirve muchísimo".
Tello tiene 3 hijos, de 14, 13 y 4 años. Este hijo más chico nació también un 10 de noviembre y casualmente, de los 3 que tiene es con el único que pudo presenciar el parto. Por eso, este alumbramiento que hoy protagonizó, lo vivió con un sentido muy especial: "fue indudable. Cuando tuve la oportunidad de de recibir a mi hijo fue un cruce de emociones. Y anoche fue recordar que tomé en los brazos a mi hijo. Es una alegría poder transmitir a la gente seguridad y confianza", destacó.
Por su parte, Andrada contó que mientras su compañero ayudaba a dar a luz, él se quedó haciendo guardia en la puerta de la vivienda esperando la ambulancia y cuidando la moto. En ese momento cuando escuchó llorar al bebé fue una emoción muy fuerte.
"Es una experiencia muy agradable ver una chiquita. Lo que más esperábamos era el llanto y cuando se dio fue muy emotivo", finalizó.
