Historia

El drama de una sanjuanina: su padre murió en Neuquén de coronavirus y no puede traer el cuerpo

Carlos Salinas tenía 67 años de edad y murió de coronavirus el 12 de octubre pasado. Por protocolo debe ser cremado para traerlo a San Juan y ese proceso se está complicando.
lunes, 19 de octubre de 2020 00:00
lunes, 19 de octubre de 2020 00:00

Una familia sanjuanina vive un verdadero drama. Carlos Salinas tenía 67 años de edad y murió el pasado 12 de octubre en Neuquén, donde vivió los últimos años. Hasta allí viajó para residir por cuestiones laborales y para estar al lado de sus dos hermanos. En San Juan quedó su esposa e hijos quienes sufrieron intensamente en el último tiempo a partir de que le detectaran coronavirus, enfermedad que le desencadenó el peor final. Ahora su familia sufre el no poder traer el cuerpo a San Juan y tampoco las cenizas.

"Mi papá se fue hace 10 años, él era electricista. Económicamente le iba bien. Venía 4 veces al año y se quedaba un tiempo. La última vez que estuvo en San Juan fue hasta el 10 de marzo que se fue para allá y quedó varado en Neuquén sin poder volver. No se pudo venir porque allá estaba tramitando su jubilación, porque tenía domicilio en Neuquen y eso le jugó en contra", explicó Cecilia Salinas, la hija, a Diario La Provincia SJ.

Cuando le salió la jubilación, hace 3 meses, ya no podía salir de Neuquén y luego se contagió Covid-19. "Ni siquiera pudo disfrutar esa jubilación", aseguró la familia quien destacó que Carlos era un hombre sano, no fumaba y tampoco tenía una enfermedad pre-existente, sólo hipertensión que lo tenía controlado.

El camino de la mano del coronavirus empezó el sábado 26 de septiembre. Aquel día fue al hospital de Neuquén porque se sentía mal. Aquel día le dieron ibuprofeno y lo enviaron a la casa pero al día siguiente su salud ya mostraba el deterioro y le contó a su hija que le costaba respirar y le dolía la espalda. En ese momento, ella le recomendó que volviera al hospital para que lo atiendan y así hizo.

Producto de su regreso el domingo al nosocomio, le hicieron una placa, salió que tenía neumonía y quedó internado. Nunca más volvió a salir del hospital porque nunca se recuperó hasta su muerte. "Le hicieron hisopado y dio positivo. Le pusieron una bigotera porque tenía respiración baja y después le pusieron oxigeno", explicó la mujer quien contó que incluso le pusieron un casco porque tenía saturación baja pero "le dio claustrofobia" y tuvieron que sacárselo.

En la primera semana la familia pudo tener comunicación con Carlos por videoconferencia y la última vez fue el sábado 3 de octubre a las 10.30. Aquel día él le contó a su hija "que no había podido dormir, que le dolía la espalda y le costaba respirar" pero ya no tenía las palpitaciones que lo habían afectado días antes. 

"Le pedí que se quedara acostado y le dije 'mirá que te tengo el vino que te compré, esperandote'. Me pidió que no me lo tomara y luego no hablé más con él. Esa semana fue de terror. Tener un parte médico cada 24 o 28 horas y no saber si tu papá pasó la noche", destacó con la voz quebrada subrayando que en San Juan la familia vivió una "agonía", "una película de terror" porque no sabían cómo estaba. 

El lunes 12 de octubre desde el hospital les llamaron a las 8.10 de la mañana y le dieron la triste noticia del desenlace. Fueron días de dolor mientras él padecía la enfermedad pero que se extendieron aún más cuando él murió. Es que ahí empezó un nuevo drama. 

"Está en un cajón y en un nicho. Si o si tenemos que traerlo. Él siempre nos decía que si le pasaba algo en Neuquén, quería que lo trajéramos a San Juan. Y ahora no podemos", señaló la hija quien explicó que por protocolo tienen que cremarlo para traerlo de vuelta a la provincia. Sin embargo para eso, deben enviar el cuerpo a General Roca porque en Neuquén no hay crematorio y no tienen a nadie que pueda llevarlo.

Para eso necesitan que alguien les de "una mano" para traer las cenizas a San Juan y poder darle entierro en estas tierras. "Nosotros pagamos la cremación y todo. Necesitamos que mi papá vuelva, queremos despedirlo y sentarnos en una tumba, que nos lleguen las cenizas", agregó.

"Sí existe el coronavirus, duele y ves como tu familia se va de a poco y es muy doloroso irse. Es una situación que sólo los que nos pasó, lo entendemos. Tengo mi vida paralizada desde el 27 de septiembre. No voy a descansar hasta traerlo acá. Yo le prometí a él que iba a traerlo. Al menos traer la cenizas y saber que está acá de alguna manera", finalizó Cecilia.

 

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