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Miguel, el nuevo Diácono: "siento que estoy de vacaciones porque es un placer servir a Dios"

Es la primera vocación de 25 de Mayo en llegar a la ordenación. Pasó de comerciante a seminarista y tras diez años de entrega, hace una semana dio el gran paso.
domingo, 11 de octubre de 2020 17:54
domingo, 11 de octubre de 2020 17:54


Miguel Chirino junto a Martín Nacusi son los nuevos Diáconos de San Juan. En una ceremonia que siguieron cientos de personas a través de youtube y con la presencia de familiares y amigos cercanos, vivieron la tan esperada ordenación en la Catedral.

A una semana de la celebración, Miguel dialogó con Diario La Provincia SJ e hizo un recorrido desde los inicios de su vocación. Es oriundo de 25 de Mayo, y aunque hubo otras vocaciones antes, es la primera que llega a la ordenación. 

"El fin de semana estuve por allá y están muy felices. Hubo varias vocaciones en el departamento, pero la primera que llega a Diácono soy yo. Hay muchas formas de responder cómo fue mi llamado. A veces uno tiene un par de anécdotas para contar, pero el llamado es todos los días, yo me sigo sintiendo llamado todos los días. En mi infancia me llamaban mucho la atención las personas consagradas. Me acuerdo de a los nueve años haber visto un sacerdote ordenando leña en el fondo de una casa. Se había lastimado las manos y ahí me di cuenta de que era un ser humano y me di cuenta de que se puede. Después hay sacerdotes que de la nada se acercaron a preguntarme si yo me sentía llamado a esta vida", recordó. 

Si bien fue algo que sintió desde muy chico, tardó 30 años en dejarse llevar. "Más allá de recibir tantos llamados, me resistí bastante.  El último proceso vocacional que desembocó en el Seminario fue cuando le pedí a un amigo sacerdote que hiciéramos el proceso para tratar de convencerme que no era mi camino. Y así entré al seminario a los 30 años. Aquí estoy, con cuarenta años, a punto de cumplir 41".

El esperado abrazo con sus padres tras la ceremonia.

Un gran apoyo en este camino fueron sus padres. "Mis padres me conocían bien, así que no les sorprendió. Les alivió el hecho de que por fin me animaba a seguir lo que siempre quise. Ellos me veían que probaba distintas cosas, fracasando en unas cuantas y cuando le dije a mi papá me dijo: ¡por fin!. Están muy sorprendidos de todo lo que me está pasando. Tuve una vida parecida a la de Jesús en el sentido de que estuve 30 años trabajando junto a mis padres y después me lancé a mi ministerio. Están sorprendidos de la reacción de la gente conmigo y de lo que dicen de mí. Tengo un ministerio bastante fecundo". 

Su mamá, gran aliada de su vocación.

Fue así como pasó de comerciante a Diácono y es algo que agradece todos los días. "Lo que más me sorprende es despertarme todos los días como consagrado. A partir de la ordenación más todavía. Me sorprende muchísimo la felicidad que siento en todo momento, con mucha paz interior. Estoy donde siempre quise estar. Intento dedicarle todo lo que puedo a las personas que me necesitan. Siento que estoy de vacaciones todo el tiempo porque para mí es un placer servir a Dios y a los hermanos", aseguró Miguel. Todavía recuerda la primera vez que se vio vestido con el clériman. "Fui, me compré la camisa y no me animaba a probármela. Cuando en el Seminario nos dijeron que ya teníamos que ir a misa con la camisa puesta me daba miedo salir al pasillo. Me gustaba verme en el espejo pero me sentía raro de que los demás me viesen. Después obviamente me acostumbré", recordó entre risas.

Desde el inicio de su formación pasó por varias comunidades, las dos parroquias de 25 de Mayo, la Medalla Milagrosa, la Catedral y Nuestra Señora del Rosario de Andacollo de Chimbas. "De mi vida sacerdotal espero ser fiel en cada llamada que me hace Dios. No tengo objetivos como ser Obispo o Papa, yo me conformo con seguir sirviendo. Ser fiel no es solamente al celibato, que es lo que más le llama la atención a la gente, pero ser fiel a lo que Dios te va pidiendo es mucho más difícil. Uno siempre tira a hacer las cosas que más le gusta y a veces Dios pide cosas que no te gustan, pero después de hacerlo uno siente felicidad. Quiero fidelidad hasta el día de mi muerte", sentenció Chirino. 

 

 

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